Pinochet sigue en su casa de verano pese a la orden de arresto del juez

El texto de la resoluci¨®n del juez chileno Juan Guzm¨¢n, emitida el viernes y conocida ayer, se?ala que "de los antecedentes m¨¢s la propia declaraci¨®n del inculpado Augusto Jos¨¦ Ram¨®n Pinochet Ugarte, prestada en Londres" hay "presunciones suficientes" que permiten al magistrado someter a proceso al inculpado "en su calidad de autor de los delitos de secuestro y homicidio calificado" de 57 personas, y "en su calidad de autor de los delitos de secuestro" de 18 v¨ªctimas, cuyos cuerpos nunca fueron encontrados. La resoluci¨®n concluye con la siguiente orden: "El procesado quedar¨¢ sujeto a prisi¨®n preventiva en su propio domicilio, ubicado en La Dehesa (Santiago), orden¨¢ndose su debida custodia, una vez ejecutada esta resoluci¨®n".El ex dictador permanece en su residencia veraniega de Bucalemu, 150 kil¨®metros al sur de la capital, por expresa recomendaci¨®n de sus abogados en una argucia m¨¢s por evitar la notificaci¨®n formal del auto de procesamiento y evitar as¨ª su arresto domiciliario. A la espera de que ma?ana la Corte de Apelaciones de Santiago examine el recurso de amparo presentado por la defensa del ex dictador, arrecian las presiones sobre el juez Guzm¨¢n y el Gobierno por parte de los militares y de los pinochetistas, seg¨²n han se?alado varios de los abogados de la parte querellante.

Incapaces de demostrar la inocencia del inculpado, los abogados de Pinochet y los partidos que heredaron el pensamiento del ex dictador basan sus argumentos en presuntas irregularidades procesales que tienen como ¨²nico objetivo apartar a Guzm¨¢n del caso. Pero no logran desbaratar el principal argumento jur¨ªdico del auto de procesamiento: el general Sergio Arellano Stark, jefe de la comitiva militar conocida como Caravana de la Muerte, actu¨® un mes despu¨¦s del golpe de 1973 como delegado del entonces comandante en jefe del Ej¨¦rcito, Augusto Pinochet. La resoluci¨®n da cuenta de c¨®mo dicho grupo de militares sac¨® a un total de 75 opositores encarcelados en el norte de Chile, y procedi¨® a su fusilamiento.

Tanto el general Arellano como los jefes de las unidades militares de las localidades referidas declararon ante el juez Guzm¨¢n que actuaron por orden del comandante en jefe, en una misi¨®n "para acelerar procesos y ordenar criterios jur¨ªdicos respecto de los detenidos". La Corte Suprema fue m¨¢s all¨¢ en agosto pasado en su fallo sobre el desafuero de Pinochet al se?alar: "Se concluye que desde un principio dicha misi¨®n ten¨ªa por objeto finalidades ocultas y diversas de las consignadas en el instrumento que lo orden¨®".

Cuando Guzm¨¢n envi¨® un exhorto a Londres para que desde su lugar de detenci¨®n fuera contestado por Pinochet, ¨¦ste lo devolvi¨® en blanco con una carta de 20 l¨ªneas. El juez interpreta que en esa contestaci¨®n Pinochet se declaraba inocente y s¨ª respondi¨® al interrogatorio, con lo que se cumpl¨ªa el tr¨¢mite para procesar al inculpado.