"Mi dise?o ideal es un museo sin colecciones"
Manuel Toharia (Madrid, 1944) asumi¨® la direcci¨®n del mayor museo cient¨ªfico de Espa?a el pasadomes de enero, tras redactar el proyecto de contenidos, y se vino a vivir a Valencia. Divulgador cient¨ªfico de trayectoria larga e intachable, Toharia no oculta su entusiasmo por una instalaci¨®n que en s¨®lo 15 d¨ªas ha vendido 60.000 entradas y ha sido visitada por 200.000 personas.
Pregunta. ?C¨®mo se han estructurado las primeras exposiciones?
Respuesta. Hab¨ªa compromisos ya adquiridos que pudimos incluir en el proyecto museol¨®gico. Lo que hicimos fue complementarlos. El reto era adaptar los contenidos al continente. Los proyectos anteriores chocaban con el edificio dise?ado y por eso fueron desechados, incluso se lleg¨® a buscar a alg¨²n arquitecto diferente a Santiago Calatrava para que dise?ase el espacio expositivo. Nosotros decidimos no competir en espectacularidad con el edificio, pero s¨ª en atractivo. Ten¨ªamos que inventarnos paredes y jugar con la luz que proporciona el acristalamiento del edificio, por eso recurrimos a la imagen de un tejido en la que cada c¨¦lula ser¨ªa una exposici¨®n. Ninguna tiene techo y las paredes son curvas con lo que no se pierde la perspectiva visual del edificio.
P. El museo carece de fondos propios. ?Ha sido muy laboriosa la b¨²squeda de los contenidos?
R. El 50% de las exposiciones se ha hecho aqu¨ª y el 50% restante se ha traido de los mejores museos del mundo, pero luego se ha adaptado aqu¨ª. Por ejemplo, la exposici¨®n sobre las ballenas ten¨ªa una parte referida a las especies del Pac¨ªfico, que aqu¨ª no tiene sentido, as¨ª que aqu¨ª lo hemos completado con los animales que se pueden ver en el Mediterr¨¢neo. En total, dos tercios de los contenidos del museo son valencianos.
P. El hecho de que todas las exposiciones sean temporales da una imagen de museo en movimiento.
R. El museo tendr¨¢ una programaci¨®n anual, igual que las televisiones, probablemente a partir de enero. Las exposiciones que se retiran o bien se alquilan a otros museos o bien se integran en el proyecto de museo itinerante de la Comunidad Valenciana, que consistir¨¢ en una carpa en la que se mostrar¨¢n elementos de las exposiciones en distintas ciudades valencianas. La programaci¨®n del a?o que viene permitir¨¢ que la tercera planta del museo, dedicada actualmente a las estructuras, derive hacia la gen¨¦tica y la vida. Ya estaba prevista, pero no nos dio tiempo a montarla en los ocho meses que llevo al frente del museo.
P. Una instalaci¨®n muse¨ªstica como esta tendr¨¢ un elevado coste de mantenimiento.
R. Este museo es una joya y por tanto es muy caro. Hay que pensar que habitamos un monumento. La verdad es que hay gastos de funcionamiento que en este momento nadie sabe a cu¨¢nto van a ascender porque no se puede hacer una extrapolaci¨®n de lo que cuestan en un piso de 100 metros cuadrados y multiplicarlo por los metros de que dispone el museo.
P. ?El presupuesto marcar¨¢ el ritmo de renovaci¨®n de contenidos?
R. La renovaci¨®n de contenidos estar¨¢ condicionada por el ¨¦xito de las exposiciones y el ritmo de trabajo. Todos los museos de la ciencia son deficitarios. La idea que han tenido para cubrir el d¨¦ficit ha sido la de crear una fundaci¨®n con patronos. La cuesti¨®n aqu¨ª es que el equipo de idear exposiciones no existe y hay que crearlo. Los equipos para montar y construir exposiciones s¨ª existen y se pueden ampliar. El comit¨¦ cient¨ªfico nos puede dar ideas y supervisar los contenidos, pero no son los que hacen exposiciones, porque los buenos cient¨ªficos no tienen porqu¨¦ ser buenos divulgadores.
P. ?Coincide el dise?o del museo con el que hab¨ªa imaginado?
R. S¨ª, hace ya siete a?os mi dise?o ideal era un museo sin colecciones, que es el que me gusta. Es la idea de transmitir conceptos valiosos a trav¨¦s de objetos que no valen casi nada, lo que permite cambiarlos frecuentemente. Eso es lo fascinante de una idea como la del P¨¦ndulo de Foucault [que demuestra el movimiento de rotaci¨®n de la Tierra]. Hoy en d¨ªa hasta los grandes museos de ciencias antiguos han creado sus partes nuevas para incorporar este tipo de museo basado en el concepto.
P. Usted ha defendido la idea de un museo virtual junto al real. ?En qu¨¦ consiste?
R. No quiere ser un museo bis con webcams que muestren la realidad, la gente ya vendr¨¢. Lo fundamental para m¨ª es que el museo virtual se convirtiese en un portal y que nos permitiese convertirnos en una agencia de noticias cient¨ªficas y t¨¦cnicas. Estamos pensando incluso en montar un peque?o estudio de televisi¨®n y radio para hacer peque?os programas y suministrarlos. En definitiva, se trata de crear un portal [de Internet] muy centrado en la divulgaci¨®n cient¨ªfica.
P. ?Qu¨¦ le ha sorprendido del p¨²blico valenciano que visita el museo?
R. Su reacci¨®n tan positiva. La gente llega a aplaudir cuando el P¨¦ndulo de Foucault tumba una bolita o cuando se abre un huevo y sale un pollito. Hay una especie de fen¨®meno de entusiasmo en las exposiciones. Todo tiene detr¨¢s un mensaje cultural. La gran ciencia es muy dif¨ªcil, pero la cultura cient¨ªfica la deber¨ªamos compartir todos.
P. Hay quien asegura que este tipo de museos est¨¢n en crisis. ?Qu¨¦ opina?
R. En los grandes museos el n¨²mero de visitantes no disminuye. En Estados Unidos funcionan de maravilla y en Espa?a los museos de la ciencia van como un tiro. En instalaciones como la de La Villette de Par¨ªs no veo que haya una crisis de visitantes, hay una crisis de gesti¨®n, porque cuesta mucho de mantener. Hay que saber siempre d¨®nde est¨¢s y para qu¨¦ sirves.
P. En este museo la celebraci¨®n de banquetes se ha convertido en fuente de ingresos. ?No cree que esto puede desvirtuar sus contenidos?
R. Que el museo como contenedor sirva para un evento social de gran relevancia es motivo de orgullo. La ciencia siempre ha sido pisoteada.
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