Mujeres que amaron demasiado
Se publican en Francia los escritos de la pintora surrealista y voz de la literatura alucinatoria Unica Z¨¹rn
De todas las mujeres asociadas al surrealismo, seguramente Unica Z¨¹rn (l9l6-l970) sea la menos conocida. Ahora, Jo?lle Losfeld acaba de publicar Vacances ¨¤ Maison Blanche. Derniers ¨¦crits et autres in¨¦dits, traducidos al franc¨¦s y presentados por la especialista en surrealismo y amiga de la autora Ruth Henry. Con El hombre Jazm¨ªn (escrito en l965, traducido al franc¨¦s en l971), que Michel Leiris consider¨® como el libro m¨¢s importante publicado aquel a?o, y con Sombr¨ªa primavera (Belfond, l97l), un relato de una experiencia er¨®tica infantil, Vacances ¨¤ Maison Blanche forma una trilog¨ªa que, s¨²bitamente, resit¨²a a Unica Z¨¹rn. No s¨®lo como una interesante artista pl¨¢stica, sino tambi¨¦n como una gran voz en la literatura alucinatoria (junto a Aurelia, de Gerard de Nerval, y Abajo, de Leonora Carrington) y en lo que podr¨ªamos llamar una literatura de mujer.De l953 a l970, Unica fue la compa?era de Hans Bellmer, el creador de unos transgresores dibujos er¨®ticos, realizados con un afilado preciosismo; el "maquetista", como dijera Annie Le Brun, "de la perversi¨®n amorosa con su c¨¦lebre Poup¨¦e" y el autor de unas inquietantes fotograf¨ªas en las que el cuerpo de Unica aparece atado con un cordel como si de una pieza de carne que va al asador se tratara. Estas fotograf¨ªas han suscitado reacciones diversas. ?Mero ejercicio formal o acto de sadismo? La relaci¨®n con Hans ten¨ªa un componente masoquista que ella misma tuvo la lucidez de aceptar y describir ("es mi destino el ser una eterna v¨ªctima"). Admiraci¨®n, por un lado; sumisi¨®n, por otro, y, si se quiere, "venganza" final, ya que Z¨¹rn se suicid¨® tir¨¢ndose por la ventana del piso de Bellmer, estando ¨¦ste paral¨ªtico, el l9 de octubre de l970.
Unica hab¨ªa nacido en Berl¨ªn en l9l6 y, tras trabajar en la UFA, se divorci¨® de un primer marido del cual tuvo dos hijos que perdi¨® en el litigio. Andr¨¦ Pieyre de Mandiargues, gran amigo, la describi¨® como "una belleza diab¨®lica, sabia, sutil alucinada, intuitiva, un poco cruel, rica en sentido del humor". Si bien es cierto que Bellmer fue un gran desquiciado que sublim¨®, como tantos artistas hacen, sus pulsiones s¨¢dicas, tambi¨¦n fue su compa?ero, su principal apoyo art¨ªstico y moral y un firme protector de sus derechos cuando Unica, ya muy desequilibrada, no demostraba ning¨²n sentido com¨²n en sus tratos con los marchantes. Con Bellmer, finalmente, Unica entr¨® en el c¨ªrculo surrealista, el de la primera ¨¦poca con artistas como Arp, Man Ray, Duchamp o Max Ernst, y el de la posguerra, con Matta, V¨ªctor Brauner o Klossovski.
En Par¨ªs, su vida con Bellmer estuvo marcada por la miseria hasta bien entrados los a?os sesenta, y por profundas crisis por las que tuvo que ser internada en varios psiqui¨¢tricos en sus ¨²ltimos ocho a?os. Su gran m¨¦rito fue ser capaz de explicar estas experiencias delirantes, y de hacerlo con un estilo directo y objetivo, narrando su historia en tercera persona. "?Y si fueran las razones de sus frecuentes reca¨ªdas en la enfermedad?", escribi¨®. Uno de los amigos que le llevaron papel y pinceles al hospital fue Henri Michaux, de quien ella estuvo enamorada durante muchos a?os.
Los dibujos de Unica, que en l998 pudieron verse en una gran retrospectiva en la Neue Gesellschaft de Berl¨ªn, obedecen a impulsos autom¨¢ticos y describen animales fant¨¢sticos, constelaciones y seres construidos a base de ret¨ªculas, evocando, lejanamente, el arte de Klee y del propio Michaux.
Alegato a favor del aborto
En cuanto a su prosa, cabe destacar la belleza y nitidez de algunas de sus im¨¢genes pl¨¢sticas ("seis pa?uelos blancos de papel quemando en un recipiente; una m¨¢quina de coser planeando a un metro de su cabeza...") que alumbran una suerte de inquietante extra?eza del mundo cotidiano. Es tambi¨¦n la autora de unos poemas anagrama, titulados Hexentexte. Y en Vacances ¨¤ Maison Blanche, ir¨®nico t¨ªtulo ya que se trata de uno de los asilos en los que estuvo internada, Unica narra el episodio de su aborto, dando a luz a un embri¨®n en un triste lavabo. "Aterrorizada y admirativa a la vez, sostiene en sus manos a este ser inacabado que se parece a un objeto arcaico, casi azteca". M¨¢s all¨¢ de la fuerza pl¨¢stica de esta imagen y de lo desgarrador del testimonio y de la escena, el pasaje se convierte en el alegato a favor del aborto m¨¢s convincente y m¨¢s terrible que yo he le¨ªdo jam¨¢s.
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