Ca?izares
M¨¢s que ocupar un puesto en el equipo, un portero de f¨²tbol representa toda una met¨¢fora. El guardameta es un s¨ªmbolo de una vida al l¨ªmite, un equilibrio entre la gloria y el oprobio con una frontera marcada tan s¨®lo por un bal¨®n esf¨¦rico alojado o no en una red. Padre y madre a la vez de un grupo humano, protector de sus jugadores -ya sean los fieles hijos defensas o los reto?os m¨¢s d¨ªscolos y escurridizos que corretean por las bandas-, cari?oso y severo a un tiempo, el portero de f¨²tbol considera un ¨¦xito pasar desapercibido. Su presencia ha de resultar imprescindible, pero ha de ser imperceptible. ?nicamente en las situaciones de emergencia aparece la figura, siempre visionaria, de un portero para detener un penalti. Asociado al ¨²ltimo recurso, el portero se asemeja mucho al bombero que apaga un incendio o al m¨¦dico que opera en una sala de urgencias. Los guardametas no lucen por tanto en la normalidad, sino en la excepcionalidad.Cuentan los psic¨®logos del deporte que los porteros suelen tener un punto de locura, un cierto autismo mientras aguardan a que el bal¨®n llegue a sus dominios. Carmelo G¨®mez ha encarnado recientemente en El portero, una notable pel¨ªcula de Gonzalo Su¨¢rez ambientada en la posguerra espa?ola, esa singular personalidad. Pero se lamentaba hace unos d¨ªas Santiago Ca?izares, el guardameta del Valencia, ante las c¨¢maras de TVE de la marginaci¨®n que sufren sus colegas a la hora de elegir a los mejores futbolistas europeos del a?o. Portero menos goleado esta temporada, tanto en la Liga espa?ola como en el torneo de campeones, Ca?izares tiene todo el derecho a reclamar respeto para el puesto m¨¢s decisivo en un equipo de f¨²tbol. Con su pelo corto te?ido, sus medias subidas hasta la rodilla, sus gestos airados y un aire de impaciencia, los movimientos de Ca?izares en un terreno de juego ofrecer¨ªan mucho tema para un psic¨®logo avispado. Muchos aficionados valencianos piensan que Ca?izares est¨¢ loco. Quiz¨¢ lleven raz¨®n porque todos los grandes porteros han estado un poco locos.
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