El precio del miedo
Luis Uranga renunci¨® ayer a gobernar un club ingobernable como ¨¦l mismo hab¨ªa definido a la Real Sociedad cuando destituy¨® a Javier Clemente. Ingobernable deportivamente por los malos resultados (es pen¨²ltimo en la Liga y ha sido eliminado por el Beasain, un equipo de Segunda B) y por la p¨¦rdida progresiva de sus se?as de identidad. La Real Sociedad, el club con m¨¢s temporadas seguidas en Primera (descontado los tres que nunca perdieron la categor¨ªa) quiso anticiparse al futuro cuando entrevi¨®, siendo presidente I?aki Alkiza, un terremoto que acabar¨ªa por hundirle en los escombros y decidi¨® cambiar su filosof¨ªa futbol¨ªstica como protecci¨®n ante los grandes clubes y frente al vecino de al lado. Fue un gesto audaz, pero la Real midi¨® mal el miedo. El conjunto donostiarra ha ido creciendo como club en la misma medida que se devaluaba como equipo. La Real que deja Uranga es una sociedad deportiva m¨¢s consolidada a cambio de un equipo muy despersonalizado y poco identificado con los valores que representa.La temporada pasada, la Real borde¨® el descenso hasta el punto de acudir a Javier Clemente, un vizca¨ªno de pro, m¨¢s en demanda de auxilio (como gestor de empresas en crisis) que como prueba de tolerancia y solidaridad. El club m¨¢s silencioso de Espa?a contrataba al entrenador m¨¢s volc¨¢nico. Todo un s¨ªntoma de debilidad de Luis Uranga y una prueba de alejamiento de su idiosincrasia. Con la ayuda de un par de refuerzos, muy discretos, se salv¨® en ¨²ltima instancia pero perdi¨® su ¨²ltimo basti¨®n: la imagen de un club que sab¨ªa comprar barato y vender caro. Apenas siete futbolistas de la treintena que ha fichado Uranga en el extranjero resisten un control de calidad.
Luis Uranga ha sido un modelo de tolerancia frente a un sector de aficionados ligados al nacionalismo radical que le declararon la guerra casi desde el principio. Y ha sido un modelo de gesti¨®n econ¨®mica para engrandecer un club habitualmente desasistido por la provincia. Pero en ese empe?o se ha olvidado del equipo y el factor humano es el que sigue decidiendo el futuro del f¨²tbol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.