Bush apela a la unidad del pa¨ªs mientras prepara la transici¨®n a la Casa Blanca
En su primera jornada como presidente electo de EE UU, George W. Bush rez¨® en una iglesia metodista de Austin junto con su esposa, Laura; multiplic¨® las declaraciones a favor de la reconciliaci¨®n nacional; avanz¨® en la formaci¨®n de su Gobierno, y sostuvo reuniones con agentes de la CIA y el Servicio Secreto. "No he sido elegido para servir a un partido, sino para servir a una naci¨®n", dijo Bush ayer en su primer discurso presidencial, una hora despu¨¦s de que Al Gore hubiera aceptado su derrota. El tejano que el 20 de enero se convertir¨¢ en 43? presidente de EE UU se reunir¨¢ la pr¨®xima semana con Gore y con Bill Clinton.
Aire grave
Desde Inglaterra, Clinton telefone¨® ayer a Bush para agradecerle la "generosidad" de sus primeras declaraciones como vencedor de los comicios m¨¢s disputados de la historia norteamericana. En paralelo, la Casa Blanca desbloque¨® el acceso del equipo de Bush a los locales de la Oficina de Transici¨®n Presidencial, en Washington, y sus 5,2 millones de d¨®lares (cerca de mil millones de pesetas) de presupuesto. Pero la transici¨®n en el cargo pol¨ªtico m¨¢s poderoso del planeta ya ha perdido cinco de sus diez semanas.Bush inform¨® de que en los pr¨®ximos d¨ªas ir¨¢ desgranando la composici¨®n de su futuro Gobierno, cuya figura estelar ser¨¢ el general afroamericano Colin Powell en el papel de secretario de Estado, es decir, jefe de la pol¨ªtica exterior. Powell tambi¨¦n puede servirle a Bush para tender puentes hacia el grupo norteamericano que m¨¢s duramente se ha opuesto a su llegada a la Casa Blanca. Mientras que la mayor¨ªa de los l¨ªderes pol¨ªticos estadounidenses se declaraban ayer dispuestos a intentar la reconciliaci¨®n predicada por Gore y Bush, los afroamericanos, que apoyaron a Gore en un 90%, segu¨ªan cuestionando la legitimidad de Bush.
Bush, el segundo hijo de un presidente que conquista la Casa Blanca, hizo un ¨¦nfasis particular por ganarse al menos la neutralidad de los votantes de Gore en su discurso de aceptaci¨®n de la victoria de la madrugada de ayer. Citando a Thomas Jefferson, que en 1800 fue elegido tercer presidente de EE UU tras 36 votaciones en la C¨¢mara de Representantes, asegur¨® que los valores norteamericanos son "respeto del otro, respeto de nuestras diferencias y generosidad de esp¨ªritu". Y anunci¨® una agenda pol¨ªtica susceptible de ser aceptada por los dos partidos: mejora de la educaci¨®n p¨²blica, cobertura farmac¨¦utica para los jubilados, refuerzo del poder¨ªo militar y rebaja de impuestos.
David Bonior, congresista dem¨®crata, felicit¨® a Bush por el tono de su discurso. Pero le se?al¨® que debe utilizar su presidencia para resolver los problemas de voto puestos al descubierto por la batalla de Florida. "Lo que all¨ª ocurri¨®", dijo, "ha dejado un mont¨®n de amargura. Bush tiene que enfrentarse a eso. Tiene que comprender con profundidad las causas de esa amargura para poder cerrar las heridas abiertas en el pa¨ªs". Muy a la norteamericana, Bush comenz¨® ayer su primera jornada como presidente electo acudiendo a rezar a una iglesia, en busca, dijo, de "iluminaci¨®n" para alcanzar esa comprensi¨®n y unificar a un pa¨ªs tan dividido.
No hubo la menor celebraci¨®n en las andanzas de ayer de Bush. El presidente electo adopt¨® un aire grave para dar a entender que es consciente de la estrechez de su victoria (por 537 votos en Florida y 1 voto en el Supremo de EE UU) y de la dif¨ªcil tarea que tiene por delante para asentar su legitimidad. Pero expres¨® su confianza en que su experiencia de Gobierno en Tejas, donde busc¨® y consigui¨® acuerdos de republicanos y dem¨®cratas, le sirva en el emponzo?ado y mucho m¨¢s duro clima de Washington.La historia recordar¨¢ que el primer gesto de Bush despu¨¦s de que Gore arrojara la toalla fue solicitar ser presentado a la naci¨®n como presidente electo por un dem¨®crata, Peter Laney, presidente de la C¨¢mara de Representantes de Tejas. Ante una audiencia de decenas de millones de personas, Laney asegur¨® a los norteamericanos que Bush es "un l¨ªder que busca y sabe encontrar el consenso".
De momento, Bush, y sobre todo Dick Cheney, su vicepresidente, est¨¢n buscando las 6.000 personas que constituyen el Gobierno y los diferentes departamentos administrativos que dependen de la Casa Blanca. El equipo de Bush ya ha recibido 20.000 solicitudes de empleo, muchas de ellas de dem¨®cratas. Buena parte de los aspirantes a cargos pol¨ªticos y administrativos deben pasar ex¨¢menes de antecedentes del FBI, una tarea gigantesca que ha perdido cinco semanas.
Pero el alivio por el fin de una noche electoral de pesadilla primaba ayer sobre cualquier otro sentimiento en EE UU. El pr¨®ximo lunes se reunir¨¢ en Washington el Colegio Electoral que elige presidente, pero lo que podr¨ªa haber sido una tremenda querella volver¨¢ a ser mero tr¨¢mite.
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