La Gran Rusia de Fungairi?o
Seguramente hay infinidad de razones para que Vlad¨ªmir Gusinski tema a unos tribunales, incluso a los m¨¢s impecables y garantistas. La inmensa mayor¨ªa, acaso quiz¨¢s la totalidad, de los nuevos millonarios rusos han ganado sus fortunas por medio de irregularidades, abusos y manipulaci¨®n de las leyes y huecos legales en el caos de la econom¨ªa rusa. Cuando no por medio del robo directo o la extorsi¨®n. El magnate de la prensa ahora encarcelado por el juez Baltasar Garz¨®n a requerimiento de la Fiscal¨ªa General de Rusia es todo menos inocente en el sentido general del t¨¦rmino. Nadie lo es en la danza de tiburones del poder econ¨®mico y pol¨ªtico ruso.Que la polic¨ªa lo detuviera es perfectamente l¨®gico, y que Garz¨®n lo encarcelara, probablemente tambi¨¦n. Le acusan nada menos que de estafar 40.000 millones de pesetas. La mayor¨ªa de los que comparten patio con ¨¦l en la c¨¢rcel de Soto del Real est¨¢n all¨ª por bastante menos. Ahora la fiscal¨ªa rusa tiene 40 d¨ªas para formalizar la denuncia de acuerdo con el Convenio Europeo de Extradici¨®n, firmado tanto por Espa?a como por Rusia. Dice la fiscal¨ªa en Mosc¨² que ya lo ha hecho. Es tremenda la diligencia de esta instituci¨®n cuando se trata de Gusinski y lo cuesta arriba que se le ponen las cosas cuando se trata de investigar otros casos.
Pero si la fiscal¨ªa de Mosc¨² ha demostrado esta ins¨®lita agilidad, nada comparable con la desplegada por el inefable fiscal jefe de la Audiencia Nacional espa?ola, Eduardo Fungairi?o, que, un d¨ªa despu¨¦s de la detenci¨®n ten¨ªa ya todo claro y quiere entregar a Gusinski mejor hoy que ma?ana. Con lo melindroso que fue en el caso de Pinochet. El fiscal Fungairi?o tiene ya todo perfectamente claro y sabe que la justicia rusa bajo Vlad¨ªmir Putin es una exquisitez; Rusia, un Estado de derecho impecable, y no hay posibilidad alguna all¨ª para que el poder persiga a alguien por alg¨²n inter¨¦s pol¨ªtico.
Fungairi?o demuestra una vez m¨¢s su sensibilidad conmovedora, adem¨¢s de un profundo seguimiento de la actualidad rusa. Si llega a toparse Le¨®n Trotski con un Fungairi?o, Stalin se habr¨ªa ahorrado el viaje de Ram¨®n Mercader a M¨¦xico. Gusinski no es Trotski, sino un magnate de poco escr¨²pulo, y Putin tampoco es Stalin, aunque, por ejemplo, muchos chechenos tienen a veces razones para dudarlo. Ni Fungairi?o es un fiscal que no patine en sus juicios con asiduidad.
En esto ¨²ltimo reside la esperanza de Gusinski, de la oposici¨®n democr¨¢tica, de la prensa independiente y de los intelectuales que se han movilizado contra la extradici¨®n. Que el se?or Gusinski ha hecho negocios muy poco ortodoxos est¨¢ meridianamente claro. Pero tambi¨¦n lo est¨¢ el hecho de que la fiscal¨ªa rusa abre y reabre casos contra Gusinski como el de la supuesta estafa a la compa?¨ªa Gaszprom, que ya hab¨ªa sido solventado. Y que lo hace para ejercer presi¨®n sobre los medios de comunicaci¨®n del grupo Most, que son los ¨²nicos que a¨²n osan criticar al poder del presidente Putin, que tiene tan entusiasmados a algunos pol¨ªticos occidentales, pero que no otorga a sus adversarios pol¨ªticos un trato precisamente "occidental".
Si la Fiscal¨ªa General de Rusia hubiera tenido el inter¨¦s ahora demostrado en cazar a Gusinski en la investigaci¨®n de los atentados que provocaron varios cientos de muertos en Mosc¨² y otras ciudades rusas que sirvieron como pretexto para la guerra de Chechenia quiz¨¢s hoy sabr¨ªamos m¨¢s de los famosos terroristas que los provocaron. Y si los periodistas en Rusia pudieran investigar muchos casos de corrupci¨®n y cr¨ªmenes sin tener que temer por sus vidas y las de sus familias quiz¨¢s la Fiscal¨ªa General de Rusia -incluso Fungairi?o- tendr¨ªan m¨¢s pruebas sobre delitos cometidos por gentes que no est¨¢n precisamente en Soto del Real.
En todo caso, cabe esperar que no se produzca el sarcasmo de que, como dec¨ªa el l¨ªder opositor Grigori Yavlinski, un juez que persigui¨® a Pinochet entregue ahora a Gusinski al ¨¦mulo del dictador y enfermo imaginario chileno.
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