Bush alaba "las habilidades" de Greenspan, pero insiste en su dr¨¢stico recorte de impuestos
George W. Bush dio ayer dos nuevos pasos por el sendero de centrismo y reconciliaci¨®n nacional que se ha marcado tras su estrecha victoria sobre el vicepresidente Al Gore. El primer acto de su primera visita a Washington como presidente electo fue un desayuno de trabajo con Alan Greenspan, de 74 a?os, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. Tras la reuni¨®n, Bush emple¨® la f¨®rmula que esperaban los mercados financieros: "Tengo confianza en sus habilidades". Luego se fue al Congreso, a predicar a dem¨®cratas y republicanos la necesidad de "cicatrizar las heridas".
El padre de Bush termin¨® mal con Greenspan, al que responsabiliz¨® de no haber atajado la peque?a recesi¨®n econ¨®mica que le cost¨® la Casa Blanca, y es sabido que el actual presidente electo y el guardi¨¢n del d¨®lar discrepan sobre la conveniencia de un masivo recorte de impuestos. Pero nada de eso emergi¨®, al menos p¨²blicamente, en la entrevista de ayer. "He hablado con un buen hombre", dijo a su t¨¦rmino Bush, con su bonhom¨ªa tejana. "Hemos tenido", a?adi¨®, "una discusi¨®n potente sobre mi confianza en sus habilidades". El actual mandato de Greenspan concluye en el a?o 2004. Durante media hora, Bush estuvo acompa?ado en su encuentro con Greenspan por el vicepresidente electo, Dick Cheney, y su guru econ¨®mico, Larry Lindsey. Luego convers¨® a solas durante un cuarto de hora con el hombre que ha sido clave para la econom¨ªa norteamericana bajo las presidencias de Reagan, Bush y Clinton. Seg¨²n cuenta Bob Woodward en su libro Maestro, Greenspan fue muy directo en su primera conversaci¨®n con el reci¨¦n elegido Clinton, a finales de 1992. Le dijo que pusiera en sordina sus promesas de campa?a y que si quer¨ªa un ¨¦xito econ¨®mico lo que ten¨ªa que hacer era reducir el enorme d¨¦ficit presupuestario de EE UU.
Se desconoc¨ªa anoche si Greenspan le dijo esta vez a Bush que debe olvidarse de su promesa de una rebaja general de impuestos de 1,3 billones de d¨®lares a lo largo de los pr¨®ximos 10 a?os. Greenspan coincide con Clinton y Gore en la necesidad de destinar el actual super¨¢vit presupuestario del Gobierno federal estadounidense a pagar la deuda nacional, que asciende a tres billones de d¨®lares. No obstante, Greenspan, que es republicano, prefiere rebajas de la presi¨®n fiscal a incrementos del gasto p¨²blico.
Bush piensa que los s¨ªntomas de enfriamiento de la principal econom¨ªa del planeta son una raz¨®n a?adida para su propuesta fiscal. El recorte de impuestos, dice, devolver¨ªa dinero a los particulares, que podr¨ªan destinarlo a la inversi¨®n y el consumo. "Es una p¨®liza de seguros contra la recesi¨®n econ¨®mica", proclama. Frente a ese riesgo, Greenspan tiene sus propios instrumentos. Los mercados esperaban ayer que, en su ¨²ltima reuni¨®n del a?o, la Reserva Federal proclame hoy el final de la pol¨ªtica de incremento de los tipos de inter¨¦s que aplica desde 1998.
Mientras su esposa, Laura, tomaba el t¨¦ en la Casa Blanca con Hillary Clinton, Bush se fue al Capitolio. Le precedi¨® la aprobaci¨®n que han encontrado sus primeros nombramientos gubernamentales. El pasado fin de semana, Bush fue m¨¢s lejos en materia de integraci¨®n de minor¨ªas en el Ejecutivo que ninguno de sus predecesores dem¨®cratas: nombr¨® para puestos de la Casa Blanca o el Gobierno a dos negros, Colin Powell y Condoleeza Rice; dos mujeres, Karen Hughes y Rice, y un hispano, Al Gonzales. Y reiter¨® que quiere a dem¨®cratas en su equipo.
Corta mayor¨ªa
Una corta mayor¨ªa de norteamericanos -el 50% frente al 45%, seg¨²n un sondeo de CBS- est¨¢ satisfecho con el resultado de las elecciones. Pero Bush no ha ganado en voto popular, y si lo ha hecho en el mecanismo indirecto del Colegio Electoral, ha sido merced a la pol¨¦mica de Florida. As¨ª que ayer hizo exhibici¨®n de esp¨ªritu constructivo tras reunirse con los l¨ªderes del poderoso Congreso: los republicanos Trent Lott y Denis Hastert y los dem¨®cratas Tom Daschel y Dick Gephardt."Les he dejado claro", dijo, "que vengo a Washington con la intenci¨®n de ocuparme de los asuntos del pueblo y de trabajar con republicanos y dem¨®cratas". La batalla poselectoral, a?adi¨®, obliga a que "todos nos agrupemos para cicatrizar las heridas que pueda haber, por residuales que sean". Bush celebr¨® luego reuniones con diversos candidatos a varios puestos ministeriales.
Bush se reunir¨¢ hoy en la Casa Blanca con Clinton y en la oficina del vicepresidente con Gore, reci¨¦n regresado de unas cortas vacaciones por el Caribe.
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