Soriano visto por Soriano
En 1931, cuando naci¨® Jos¨¦ Soriano, Vila-real se sustentaba sobre el monocultivo citr¨ªcola. Hoy, la industria cer¨¢mica ha invadido el paisaje y apenas queda suelo destinado a la agricultura. La chispa de esta revoluci¨®n fue encendida por una helada en 1956, que anul¨® todas la posibilidades econ¨®micas del pueblo tan s¨®lo una d¨¦cada despu¨¦s de que otra helada hubiese dejado los naranjales al borde del exterminio. "En aquella ¨¦poca no hab¨ªa seguros para las heladas, ni el pedrisco, ni nada, y la agricultura era un gran riesgo", relataba Soriano. "Entonces, algunos agricultores, y entre ellos mi padre, crearon una empresa de cer¨¢mica para compaginar la agricultura con la industria y que nos ayudara cuando hubiera problemas".As¨ª naci¨® la primera empresa de cer¨¢mica de Vila-real, que fue Azuvi, y de la que el padre de Soriano fue uno de los fundadores. "Mi padre", evocaba el presidente de Porcelanosa, "era una persona a la que le gustaba mucho que hubiese respeto en las empresas. Que hubiese amo, entendido como la persona que coordina el trabajo con respeto a las personas y con ilusi¨®n. Yo era un joven que iba a trabajar al campo, y como mi padre consideraba que la construcci¨®n de la empresa no estaba bien orientada, les dijo a los socios que dejar¨ªa a su pe¨®n para que pusiese orden, y que luego volver¨ªa al campo. Y entonces hice la funci¨®n que se me pidi¨®, de programar el trabajo de la construcci¨®n de la empresa, y luego volv¨ª al campo durante una temporada".
Soriano trabajaba en el campo "en lo que hiciera falta, como un jornalero m¨¢s". No hab¨ªa estudiado el bachiller porque, con la helada, la situaci¨®n era muy dif¨ªcil. "Mi padre dec¨ªa a veces que la escuela no lo era todo en la vida, y que ser persona y ser coherente, trabajar y ser honrado era tan importante como eso", justificaba. Pero las cosas no rodaban muy bien en Azuvi, donde "parec¨ªa que se hubiese perdido un poco el sentido que hab¨ªa en el pueblo de compartir las cosas, de ser respetuosos, de que hubiese orden...", y los socios le pidieron a su padre que le dejara volver. "A mi padre le supo muy mal, porque cre¨ªa que yo no deb¨ªa de estar all¨ª sino en otro sitio, pero que si era para bien de la empresa, pues aceptar¨ªa. Y volv¨ª", refer¨ªa. Entonces Azuvi todav¨ªa utilizaba el m¨¦todo tradicional de producci¨®n, con el horno moruno y el esmaltado a mano. "Ten¨ªa muchas dificultades", se dol¨ªa, "y pens¨¦ que en el extranjero deb¨ªan de producir de otra manera. Y un verano me fui a Francia, Alemania e Italia y vi que el nuestro era un proceso antiguo. Habl¨¦ con mi padre y sus socios y les dije que nuestra f¨¢brica era antigua y no ten¨ªamos futuro". A pesar de su juventud, confiaron en su an¨¢lisis y ¨¦se fue el principio de la transformaci¨®n. Fue la primera f¨¢brica de Espa?a que cambi¨® del cl¨¢sico horno moruno al automatismo y las prensas electr¨®nicas, y "el ejemplo que despu¨¦s tomaron muchas f¨¢bricas para transformarse".
Como ten¨ªa "ideas muy inquietas", plante¨® que deb¨ªan de montar una f¨¢brica de pavimento, pero su propuesta provoc¨® desavenencias entre los socios, que pensaban que era un riesgo innecesario para la empresa. "No quisieron, por lo que yo inici¨¦ otra f¨¢brica que se llama Zirconio, que era de pavimento poroso", recordaba, "aunque no abandonamos la cosa agr¨ªcola. Con los hermanos Colonques, H¨¦ctor y Manolo, creamos una sociedad que era una especie de cooperativa para poder comercializar nuestras naranjas y hacer los cultivos a la vez". En aquel tiempo tambi¨¦n se produjo la transformaci¨®n agr¨ªcola de Vila-real. Dej¨® de hacerse casi todo a mano gracias a la tracci¨®n mec¨¢nica de los motocultores, de los que el pueblo fue pionero. Con otros socios, Soriano impuls¨® la fabricaci¨®n de una m¨¢quina para cavar los huertos, la cavasola, que como su nombre indica apenas necesitaba de la ayuda del hombre. Pero pronto, en sus viajes a los Estados Unidos y a Israel, descubri¨® que se estaba imponiendo el sistema de riego por goteo, en el que se abonaba a trav¨¦s del agua y se utilizaban los herbicidas para no trabajar los campos. "Entonces vi que la cavasola ya no ten¨ªa futuro", confesaba, "y antes de que viniese la crisis disolvimos la sociedad, la transformamos y le vendimos a un se?or de Barcelona la patente". Sin m¨¢s dilaci¨®n, Soriano aplic¨® los nuevos sistemas de riego y cultivo en una finca que fue "de las primeras de Espa?a" en experimentarlo y en comprobar que se reduc¨ªan mucho los costes.
Por aquellos d¨ªas le propusieron hacerse cargo de una empresa de cer¨¢mica de Guadalajara, que trabajaba con pasta blanca y estaba en situaci¨®n muy dif¨ªcil. "Con trato humano arreglamos la desmotivaci¨®n que hab¨ªa en la empresa y la reflotamos enseguida", explicaba, "y aunque no me vincul¨¦ a ella, me qued¨¦ con la ense?anza de la pasta blanca, que era un producto distinto al que hac¨ªamos en Vila-real y que pod¨ªa funcionar muy bien para la exportaci¨®n. La pasta blanca fue la base de Porcelanosa, empresa que fund¨® junto a los hermanos Colonques, Miralles, Benjam¨ªn Casa? y un ingeniero italiano.
Soriano reconoc¨ªa "con absoluta modestia" que hoy "es una de las empresas m¨¢s importantes del mundo". "Nos conocen en muchos sitios", aseguraba "y eso hace que exportemos cerca del 70% de nuestra producci¨®n. Es curioso que adonde m¨¢s exportamos es a Italia, que es un pa¨ªs muy exigente y muy rico en cultura cer¨¢mica". Y fundamentaba el prestigio en "la calidad, el dise?o y el servicio", a la vez que se manten¨ªa una pol¨ªtica empresarial de no subir el precio del producto. "Nosotros no reconvertimos, defin¨ªa, "sino que mecanizamos y reducimos coste, de modo que absorbemos con la mecanizaci¨®n, producimos m¨¢s y distribuimos mejor. La igualdad en la vida est¨¢ en que el hombre gane m¨¢s y el producto cueste igual. Y as¨ª hacemos poder adquisitivo para comprar m¨¢s cosas".
Soriano radicaba la clave del ¨¦xito de Porcelanosa en que "la gente se sienta estimulada, ilusionada y promocionada". "La gente sabe que aqu¨ª es tan importante el que limpia como el que dirige, y eso hace que cada uno se crea un especialista en lo suyo y haga las cosas con cari?o y profundidad. La automatizaci¨®n propicia que el hombre trabaje menos. Nosotros hemos logrado que el operario piense. La automatizaci¨®n permite que disponga de m¨¢s tiempo para pensar. Es muy importante el humanismo. Nosotros pensamos que las personas no son m¨¢quinas, sino personas. Sabemos el nombre de la gente y le damos el trato que se merece, por eso hemos reducido el absentismo laboral a cero. Cuanta m¨¢s responsabilidad tenemos, m¨¢s humildes somos y m¨¢s estamos para servir y no a que nos sirvan", confesaba.
El presidente de Porcelanosa manten¨ªa que dentro de la empresa la moral era m¨¢s importante que la ley. Para explicarlo, pon¨ªa un ejemplo que beneficiaba al trabajador "?Cu¨¢l es el sueldo legal?", se preguntaba, para responder enseguida: "Pues el sueldo moral, con el que uno tenga suficiente para tener una vida ordenada y decente, y pueda satisfacer sus necesidades. Muchas veces, el sueldo que marca la ley no es el moral, y pagar conforme a ley no es moral". Soriano fundamentaba este sistema en la educaci¨®n de su familia. "La herencia que yo recib¨ª de mis padres es la formaci¨®n, no el patrimonio. Me dieron una educaci¨®n humilde, sencilla, pero siempre honesta y eficiente. Y ¨¦se es mi talante. Ser tolerante es muy importante, facilita el di¨¢logo y el respeto", aseveraba. Estaba convencido de que una de las causas que ha facilitado la prosperidad de Vila-real tras estar asolada en la miseria es la ausencia de clases sociales. "En Vila-real la gente no se divide ni por posici¨®n social, pol¨ªtica ni econ¨®mica. Aqu¨ª los amigos de infancia continuamos siendo amigos, y el universitario sigue junt¨¢ndose con el paleto. La convivencia hace que los pueblos progresen, y las clases los dividen. En Vila-real, como en Porcelanosa, vamos todos en un mismo barco", sentenciaba.
"Ni una peseta para ETA"
M. A., Apenas dos d¨ªas despu¨¦s de realizar la entrevista, Jos¨¦ Soriano pidi¨® que no se publicara. El Ministerio del Interior le hab¨ªa comunicado que estaba en el punto de mira de ETA y le hab¨ªa recomendado pasar lo m¨¢s desapercibido posible. La primera noticia del inter¨¦s de ETA sobre su persona se la hab¨ªan dado unos amigos empresarios vascos. Era un empresario apetecible y su relaci¨®n personal con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lo convert¨ªa en candidato perfecto para un secuestro o un atentado. Tres a?os despu¨¦s, a ra¨ªz de la tregua de ETA, hubo un intento de desbloquear la entrevista. Con bastante antelaci¨®n, Soriano convoc¨® una comida en el restaurante de su empresa para el 15 de diciembre de 1999, con tan mala fortuna que ETA rompi¨® la tregua unos d¨ªas antes. "Las cosas est¨¢n muy mal de nuevo", confes¨® durante la comida. "La polic¨ªa ya no me permite ni que aparque en el mismo sitio que los trabajadores. Siempre lo he hecho, porque si me retraso, los trabajadores dir¨¢n: el se?or Soriano se ha dormido hoy. Me gusta que me cuenten si su mujer est¨¢ bien, si su hijo ha aprobado... La polic¨ªa me ha dicho que debo tener cuidado. Pero yo le tengo dicho a mi familia que si me secuestran que no den ni una peseta. No se puede dar dinero para hacer da?o como hace ETA. El dinero s¨®lo debe darse para cosas que beneficien a la gente", se sincer¨®.
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