Kapuscinski afirma que su libro de reportajes sobre ?frica es un diario ¨ªntimo
'?bano' evita las rutas oficiales y describe la vida cotidiana
En 1957, la agencia polaca para la que trabajaba le envi¨® a Ghana para que escribiera un reportaje sobre c¨®mo era la vida de un pa¨ªs que acababa de ganar la independencia. Los cuarenta a?os siguientes, el periodista Ryszard Kapuscinski (Pinsk, 1937) no ha dejado de viajar por ?frica, evitando las rutas oficiales, los palacios y la gran pol¨ªtica. ?bano (Anagrama), su nuevo libro, describe en el espacio y en el tiempo "algo de la mentalidad, la sensibilidad y la vida cotidiana" de los habitantes de ese "inmenso y diverso" continente.
Kapuscinski, que se encuentra en Madrid en visita privada, acaba de ser elegido por su nuevo libro mejor escritor del a?o por la revista literaria francesa Lire, y en Italia ha recibido el Premio Viareggio, pero tanto agasajo -en los ¨²ltimos meses ha realizado dos grandes viajes por Am¨¦rica Latina y otros 34 viajes por Europa- le quita "tiempo para escribir". Se le considera un escritor de culto por sus reportajes literarios, en los que mezcla periodismo, historia y filosof¨ªa, pero ¨¦l asegura que su ¨¦xito se debe a que escribe lo que lleva en "el coraz¨®n, en la sangre y en la memoria".?bano -"un libro autobiogr¨¢fico, un diario ¨ªntimo"-, del que en Espa?a se han vendido m¨¢s de ocho mil ejemplares, es la primera parte de una trilog¨ªa que se completar¨¢ con un libro dedicado a Am¨¦rica Latina y otro a Asia. ?bano comienza en Ghana en 1958 y termina a finales de los noventa en la provincia et¨ªope de Wollega bajo la sombra de un mango. Empez¨® a escribirlo hace dos a?os y ha utilizado, por encima de sus notas period¨ªsticas, su memoria.
Ni una entrevista
Como periodista, profesi¨®n que ejerce desde que ten¨ªa 18 a?os, Kapuscinski nunca ha realizado una entrevista, y cuando trabajaba para la agencia polaca, a la que dej¨® de enviar cr¨®nicas en 1981 para dedicarse a escribir libros, era de "esos reporteros que acuden a las ruedas de prensa y se limitan a tomar notas silenciosamente; prefer¨ªa que fueran otros los que hicieran las preguntas". Pese al paso de los a?os y el ¨¦xito de libros sobre el Sha o El Imperio, Kapuscinski sigue igual de humilde que cuando se sentaba en los ¨²ltimos bancos de las conferencias de prensa. Su opini¨®n es que el reportaje debe "tener un esp¨ªritu humano" y que los reporteros deben ser traductores "de las culturas y los comportamientos de las personas y no s¨®lo de su lenguaje".Nunca le ha tentado pasarse a la literatura. "La realidad es mucho m¨¢s dura y dif¨ªcil que la ficci¨®n y, adem¨¢s, llena todas mis aspiraciones literarias", cuenta Kapuscinski, que muchas veces ha tenido que reprimirse a la hora de escribir porque los hechos que pensaba narrar eran demasiado sangrientos. "Si buscas la realidad, no necesitas inventar novelas".
Sus reportajes, que ¨¦l define como "fragmentos po¨¦ticos" o "literatura de collage", destacan porque "los lectores de hoy en d¨ªa est¨¢n demasiado ocupados y se lleva la prosa lapidaria". Lo del collage, seg¨²n Kapuscinski, tiene que ver con la realidad a la que hay que describir mostrando todas sus facetas. Se puede comparar, seg¨²n este periodista, a lo que fue el cubismo en la pintura: cuando trataba de describir una cara la mostraba con todas sus reflexiones.
Kapuscinski describe as¨ª en ?bano c¨®mo le sorprendi¨® el olor del tr¨®pico ya en la escalerilla del avi¨®n que le condujo a Ghana: "Es el olor del cuerpo acalorado y del pescado sec¨¢ndose, de la carne pudri¨¦ndose, de las flores frescas y algas fermentadas; en una palabra, de todo aquello que, a un tiempo, resulta agradable y desagradable, que atrae y echa para atr¨¢s".
Kapuscinski sigue viviendo en Varsovia y es en la capital polaca donde redacta sus reportajes lapidarios. Los escribe a mano desde el principio hasta el final y luego alguien se los pasa al ordenador. La escritura a mano le proporciona el ritmo que necesita, frente al ordenador, que le parece excesivamente r¨¢pido y agresivo. "El viaje es la fuente, pero necesito mucho tiempo despu¨¦s para concentrarme".
El periodista ha viajado recientemente a Cartagena de Indias, donde ha impartido unas clases en la escuela de periodismo que dirige Garc¨ªa M¨¢rquez. "Creo que el reportaje literario es el g¨¦nero del futuro, aunque en el periodismo hay lugar para todos los g¨¦neros y ah¨ª reside su fuerza", concluye convencido.
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