Una nueva era

El inter¨¦s por el jazz resurge en Estados Unidos. Pero es un resurgimiento curioso. Las ventas de discos de jazz son muy bajas: este a?o s¨®lo han representado un 3% del total, muy por debajo, por ejemplo, de las ventas sumadas por un subg¨¦nero como el rock de contenido cristiano. En cambio, en ese mismo periodo, se han publicado m¨¢s de 50 libros sobre el jazz. Y sobre todo crece de forma apreciable la asistencia a conciertos. Es casual que el segundo hombre m¨¢s poderoso del pa¨ªs (si no el primero), el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, se dedicara durante a?os a tocar profesionalmente el clarinete en una banza de jazz, y siga improvisando de vez en cuando con algunos amigos. Pero simboliza a la perfecci¨®n la nueva era del jazz, caracterizada por un color m¨¢s blanco y un nivel socioecon¨®mico m¨¢s elevado que en d¨¦cadas anteriores. Otro s¨ªntoma es la serie realizada por Ken Burns para la cadena de television p¨²blica PBS. Se trata de un macrodocumental de 19 horas de duraci¨®n titulado Jazz, que abarca todo el siglo XX y empezar¨¢ a emitirse el 8 de enero. Pero hay quien se siente inquieto. "Hay que acabar con la museificaci¨®n de la cultura", dice Roger Kinball, director de la revista neoconservadora New Criterion. "Si el jazz se convierte en material de museos y documentales, podemos apostar a que no le queda mucha vida".