?Qu¨¦ com¨ªamos hace 2.000 a?os?
Estudios avanzados sobre huesos antiguos permiten saber m¨¢s sobre la dieta y las diferencias de las poblaciones prerromanas
Un mapa gen¨¦tico
La muerte de LHY-112 no fue in¨²til. Cay¨® asesinado en La Hoya, en lo que fue la capital prehist¨®rica de la actual Rioja Alavesa. Esas letras y n¨²meros designan a los restos descubiertos de un ni?o de la etnia de los berones. ?l y muchos de sus vecinos fueron atacados por una tribu vecina. Su cuerpo qued¨® all¨ª. Ahora, casi 2.000 a?os despu¨¦s, ha servido de muestra para conocer mejor a su gente, a los pobladores del Pa¨ªs Vasco antes de la romanizaci¨®n.Las muestras recogidas en La Hoya (de ah¨ª el nombre cient¨ªfico de LHY-112) y otros cuatro yacimientos arqueol¨®gicos se han utilizado como base de un estudio cuya principal peculiaridad radica, por inusual, en la colaboraci¨®n de profesionales de cuatro disciplinas distintas: arque¨®logos, f¨ªsicos, genetistas, paleopat¨®logos y bi¨®logos moleculares. El estudio lo ha auspiciado el Museo de Arqueolog¨ªa de ?lava y lo han dirigido la arque¨®loga Idioa Filloy y el f¨ªsico Rub¨¦n Cerd¨¢n. En ¨¦l se han investigado dos cuestiones principales: de qu¨¦ se compon¨ªa la dieta con que se alimentaban nuestros ancestros y cu¨¢les eran las diferencias gen¨¦ticas entre las distintas tribus que poblaban el Pa¨ªs Vasco.
A base de cereales
Y todo se ha realizado de manera ecol¨®gica. Porque en materia cient¨ªfica tambi¨¦n hay diferentes maneras de trabajar. "Se trata de hacer una arqueolog¨ªa sostenible porque los yacimientos son finitos. Hemos despilfarrado muchos", asegura Amelia Balde¨®n, directora del Museo de Arqueolog¨ªa. "Ahora volvemos sobre los datos antiguos, mediante la utilizaci¨®n de instrumentos nuevos y tecnolog¨ªas modernas, como el estudio del ADN. Es una especie de reciclaje".
De esa parcela se ha encargado Rub¨¦n Cerd¨¢n, que ha recogido huesos de 18 individuos y ha tratado de encontrar las diferencias gen¨¦ticas entre ellos. ?l conoc¨ªa experiencias anteriores, pero prefer¨ªa probar nuevas formas de investigar, de modo que no se destruyeran las muestras. "El material gen¨¦tico de ¨¦pocas tan antiguas suele estar degradado. No se conserva la piel, ni los pelos; s¨®lo el hueso. Pero normalmente para estudiar los huesos hay que taladrarlos, lo que produce un calentamiento de la propia muestra y una degradaci¨®n del col¨¢geno ¨®seo. En definitiva, te quedas sin hueso. Nosotros, dada la escasez de huesos, quer¨ªamos utilizar una t¨¦cnica no destructiva".
De este modo, en este estudio se han empleado, en vez de una especie de taladro, unas t¨¦cnicas de microscopia para extraer el ADN de cada hueso. "Se usan microscopios con aguja inteligente. Es un proceso m¨¢s lento, pero con m¨¢s garant¨ªas. La gen¨¦tica de los ni?os es m¨¢s inestable, pero est¨¢ m¨¢s protegida. Es el caso ideal", explica Cerd¨¢n.
Al estudiar las muestras, los investigadores no han buscado los datos concretos de cada individuo porque no aportaban nada cient¨ªficamente. Han preferido agrupar las muestras recogidas en cada yacimiento y de esa forma han dibujado el mapa gen¨¦tico de cada tribu. Y se han descubierto diferencias evidentes entre unos y otros: los v¨¢rdulos, antiguos habitantes de una franja que va desde la sierra de Cantabria hasta la costa guipuzcoana; los caristios, pobladores desde Iru?a de Oca hasta la costa vizca¨ªna; los autrigones, que ocupaban el oeste de ?lava y Vizcaya y el norte de Burgos; y los berones, antecesores de los riojanos, posiblemente de filiaci¨®n celta. ?stos eran la etnia m¨¢s conocida gracias al hallazgo de La Hoya y los m¨¢s avanzados tecnol¨®gicamente de los todos los grupos."Los caristios y autrigones ten¨ªan entre s¨ª menos diferencias", concluye Idioa Filloy. "Pero parece que ¨¦tnicamente s¨ª hay diferencias gen¨¦ticas, aunque pod¨ªan ser s¨®lo diferencias culturales. Quer¨ªamos ver si hab¨ªa cosanguineidad, como as¨ª ocurre, si hay parentescos, confirmar si los huesos de las necr¨®polis son de la misma tribu que los hallados en el poblado. Y ver si con la romanizaci¨®n vinieron pobladores de fuera o, como pensamos, no lleg¨® tanta gente. Se trata de comparar el n¨²mero de ind¨ªgenas y romanos".
Hay diferencias entre las etnias, producidas por las diferentes relaciones sexuales, el clima... "Todo influye", asegura Cerd¨¢n. "Los huesos est¨¢n magn¨ªficamente conservados. La gen¨¦tica sirve para corroborar, pero antes ha habido un largo trabajo arqueol¨®gico".
Tras estudiar sobre todo los restos de La Hoya, ha quedado demostrado que sus habitantes se alimentaban de cereales, adem¨¢s de consumir carne. "Quer¨ªamos confirmarlo y comprobar en qu¨¦ proporci¨®n. Tambi¨¦n com¨ªan frutos secos, bellotas, avellanas. A trav¨¦s de los restos de sus huesos podemos saber su dieta. Era muy equilibrada, sin duda", a?ade Filloy.Hasta ahora no se sab¨ªa con precisi¨®n qu¨¦ frutos secos com¨ªan, ni si se trataba de un consumo continuo. Adem¨¢s, se ha podido precisar mejor qu¨¦ paisaje ve¨ªan los habitantes que poblaban el Pa¨ªs Vasco antes de la romanizaci¨®n, antes del siglo II. Se cre¨ªa anteriomente que hab¨ªa un medio boscoso y que el espacio cultivado era m¨ªnimo. Pues no. Los prerromanos, ayudados por sus herramientas de hierro, ten¨ªan campos de cereal extensos.
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