Historia de un desencuentro
La profunda austeridad de H¨¦ctor C¨²per est¨¢ resultando una barrera insalvable entre el t¨¦cnico y la festiva afici¨®n del Valencia
Por lo visto, un tipo tan austero como H¨¦ctor C¨²per, que no acude regularmente a la peluquer¨ªa, sino que se recorta el pelo de vez en cuando en su propia casa, no es el personaje m¨¢s popular para la parroquia de Mestalla, que am¨® en su d¨ªa la simpat¨ªa e histrionismo de su antecesor, Claudio Ranieri. ?sta es la historia de un desencuentro, el que ha vivido el t¨¦cnico del Valencia, H¨¦ctor C¨²per, y la afici¨®n valencianista, incapaz de amarle a pesar de una campa?a y media pre?ada de ¨¦xitos. Y ¨¦ste es el momento en que una mala qu¨ªmica entre ambos puede provocar la marcha del entrenador que ha logrado lo que nadie: colocar al club en una final de la Liga de Campeones, el pasado a?o en Par¨ªs. Lo advirti¨® ayer el vicepresidente del club Jaime Ort¨ª: el t¨¦cnico est¨¢ muy bajo an¨ªmicamente despu¨¦s de los silbidos que ha recibido en las ¨²ltimas jornadas, y eso puede frustrar su renovaci¨®n por el Valencia.
No es problema de dinero, seg¨²n el club. C¨²per ya cobra 320 millones limpios por temporada -de los que reparte 60 entre sus ayudantes-, y el Valencia le ofrecer¨¢ m¨¢s de 400, es decir, que pasar¨ªa a ser uno de los t¨¦cnicos mejor pagados del mundo. Para hacernos una idea, el preparador del Manchester United, Alex Ferguson, lidera esta clasificaci¨®n con unos 525 millones limpios por ejercicio; le siguen Fabio Capello, del Roma, con 450, y Marcelo Lippi, destituido en el Inter, con 350 millones. Del Bosque, del Madrid, ronda los 80.
No es eso, pues, sino las broncas que eventualmente Mestalla le brinda a su entrenador. La m¨¢s sonada se produjo el a?o pasado, cuando un Madrid muy mermado por las bajas empat¨® a ¨²ltima hora en Mestalla y el p¨²blico cant¨® un casi un¨¢nime C¨²per vete ya. El preparador argentino no es tan impermeable a las cr¨ªticas como parece. Y mucho menos su esposa, que pas¨® mucho miedo ese mismo d¨ªa, cuando unos radicales -un grupo muy minoritario, eso s¨ª-, zarandearon el coche en el que esperaba a su marido. Esa hostilidad, que se disip¨® a medida que el Valencia escalaba en la Liga y en la Liga de Campeones, ha reaparecido tras la eliminaci¨®n copera ante el Guadix, de la Segunda B. E incluso antes. De nada le sirve ser cabeza en Espa?a y en Europa. A la primera de cambio, por ejemplo si sustituye a Ilie en el ¨²ltimo tramo del partido, la grada le protesta con fuerza al entender que es una propuesta conservadora. Y durante el ¨²ltimo partido, ante el Racing, C¨²per se refugi¨® en el banquillo, sin salir a la banda a impartir instrucciones. Por si acaso.
Con todo, estas ¨²ltimas cr¨ªticas no son un¨¢nimes: puede tratarse de un ruidoso tercio del campo. El mismo que, tambi¨¦n incomprensiblemente, abronc¨® el pasado domingo al jugador Angulo, que hab¨ªa cometido un pecado capital: fallar el penalti decisivo ante el Guadix. No hay que exagerar, evidentemente, pues la mayor¨ªa quiere la continuidad del entrenador argentino, pero lo dif¨ªcil es entender a ese tercio del campo. Tal vez ayude a comprenderlo la tendencia autodestructiva que ha caracterizado, tradicionalmente, al club de Mestalla, que se ha cebado con todos sus principales ¨ªdolos: le silb¨® a Di St¨¦fano despu¨¦s de proclamarse como entrenador campe¨®n de Liga en 1971, pero tambi¨¦n a Claramunt, Kempes o el mismo Mendieta. As¨ª que, nada nuevo bajo el sol. Pero s¨ª que hay algo en el car¨¢cter del t¨¦cnico que ha podido influir. Mientras que Ranieri se pavoneaba del brazo de su esposa por el centro de Valencia saludando a unos y otros en las fiestas de Fallas, muy raro es ver a C¨²per en p¨²blico. Y cuando lo hace, es de manera casi clandestina. Agacha la cabeza y no conoce a nadie.
A todo esto, los jugadores han cerrado filas en su defensa. Cuando el ex valencianista Farin¨®s regres¨® en Navidades de vacaciones a Valencia, le sali¨® del alma el siguiente comentario: 'Ahora s¨ª me doy cuenta de lo buen entrenador que es C¨²per'. En Italia, Farin¨®s ha conocido en poco tiempo a Lippi y a Marco Tardelli. El portero Ca?izares clama contra la 'injusticia' de la grada con C¨²per; el lateral Carboni le pide m¨¢s madurez a la hinchada en este aspecto; y Albelda se pregunta ret¨®ricamente: '?Alg¨²n otro entrenador ha conseguido en la historia lo de C¨²per?'.
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