Un acuerdo anodino

Es aconsejable ampliar el espectro y la intensidad de las relaciones entre Espa?a y la hiperpotencia estadounidense m¨¢s all¨¢ de la dimensi¨®n militar. Pero la anodina declaraci¨®n suscrita ayer en Madrid por Madeleine Albright y Josep Piqu¨¦ no sirve sino para disfrazar lo que a Washington le interesa prioritariamente de Espa?a en estos momentos: ampliar las bases de Rota y Mor¨®n y lograr mayores facilidades de uso, en unas condiciones que est¨¢n por determinar y que en cualquier caso deben ser transparentes. Estas bases han cobrado mayor importancia en la estrategia militar estadounidense tras las guerras en el Golfo y en los Balcanes.

?A qu¨¦ Gobierno se le ocurre firmar lo que se presenta como una declaraci¨®n de calado con un Ejecutivo que cesa exactamente dentro de ocho d¨ªas? Al de Aznar, quemando as¨ª un cartucho que le hubiera sido m¨¢s ¨²til como tarjeta de visita ante la nueva Administraci¨®n de George W. Bush. No es ning¨²n m¨¦rito, sino m¨¢s bien lo contrario, que, 'salvo imprevistos', ¨¦ste sea el ¨²ltimo documento internacional que firme Albright como secretaria de Estado.

En un principio, Exteriores aspiraba a construir una 'relaci¨®n especial' con EE UU, similar a la de Londres con Washington, que tiene profundas ra¨ªces hist¨®ricas. Piqu¨¦ prefiere ahora hablar de 'relaci¨®n preferente', es de suponer que con la esperanza de que Madrid se convierta en un socio tan importante para Washington como Berl¨ªn, Londres, Par¨ªs o Roma. Es un prop¨®sito loable que necesitar¨¢ algo m¨¢s que declaraciones de este tipo.

La institucionalizaci¨®n de consultas regulares ser¨¢ sin duda ¨²til en los campos abordados: defensa, cooperaci¨®n econ¨®mica y financiera, ciencia y tecnolog¨ªa y cultura. Las novedades que aporta este texto, adem¨¢s del establecimiento de un impreciso Comit¨¦ Bilateral de Defensa de Alto Nivel, se centran en 'medidas pr¨¢cticas', no precisadas, en la persecuci¨®n de 'la financiaci¨®n del terrorismo' y en un apartado heterog¨¦neo de cooperaci¨®n en la lucha contra 'el narcotr¨¢fico, la destrucci¨®n medioambiental, el crimen organizado, las enfermedades pand¨¦micas y otros riesgos globales'.

La declaraci¨®n conjunta no menciona ni una sola vez como tal a la Uni¨®n Europea ni al euro, reflejo del atlantismo y d¨¦bil esp¨ªritu europe¨ªsta que anima a este Gobierno, que busca prioritariamente el reconocimiento internacional. Un pa¨ªs que se considera importante, y Espa?a lo es, no necesita repet¨ªrselo constantemente. Simplemente, ejerce de tal.