Saramago cree que hay que despertar la alarma ante la deshumanizaci¨®n del mundo

'Hay ocasiones en las que el di¨¢logo es casi imposible, y ¨¦sta es una de ellas', se lament¨® el escritor portugu¨¦s mientras firmaba un volumen de su reciente novela, publicada el pasado 2 de enero.

Antes de iniciar la firma de libros, en una desbordada librer¨ªa Crisol, en Madrid, Jos¨¦ Saramago (Azinhaga, 1922) confes¨® que en los ¨²ltimos d¨ªas ha 'hablado demasiado de una novela que tiene que hablar por ella misma'. El premio Nobel de Literatura de 1998 hizo sonre¨ªr al p¨²blico, que acababa de recibirle con entregados aplausos, al repasar la lista de ciudades que a¨²n le toca recorrer para contentar a sus editores: Bilbao, Zaragoza, Barcelona, Roma, Par¨ªs, M¨¦xico...

'Las cosas han cambiado, ahora los editores creen que el autor tiene que estar m¨¢s presente, pero de eso a estar omnipresente...', brome¨® el escritor, que reside en Lanzarote desde 1993 con su esposa y ¨²ltima traductora, la espa?ola Pilar del R¨ªo.

Respecto a su flamante novela, culminaci¨®n de lo que ¨¦l mismo ha bautizado como 'trilog¨ªa involuntaria', iniciada con Ensayo sobre la ceguera y Todos los nombres, todas ellas publicadas por Alfaguara, Saramago explic¨® que ha tratado de expresar el estado de deshumanizaci¨®n en que se encuentra el mundo -una preocupaci¨®n que comparte el fil¨®sofo Emilio Lled¨®, presente ayer en el acto-.

Sobrado, como suele, de un escepticismo rebelde y provocador, el escritor se quej¨® de que en la actualidad 'hay muchos motivos para la preocupaci¨®n'. Luego advirti¨®: 'Los pol¨ªticos siempre dicen que no hay que despertar la alarma social. Yo digo que, al rev¨¦s, hay que despertar la alarma social todos los d¨ªas, porque eso significa que estamos despiertos'.

En La caverna, una muy personal puesta al d¨ªa del mito de Plat¨®n, el autor de El a?o de la muerte de Ricardo Reis, Memorial del convento o El evangelio seg¨²n Jesucristo, algunas de sus obras m¨¢s se?aladas, narra la peque?a historia de un alfarero que ve peligrar su puesto de trabajo con la apertura de un gigantesco centro comercial.