'No me imagino a Kasp¨¢rov conmigo en una piscina'
Ha roto el molde de los campeones del ajedrez, y no s¨®lo por su sello indio. Viswanathan Anand, de 31 a?os, m¨¢s bien vegetariano pero amante del pescado, con el coraz¨®n partido entre Madr¨¢s (ahora Chennai) y Madrid, tranquilo pero muy r¨¢pido en sus reflejos mentales, huye de las broncas, disfruta de la vida y se pregunta si el ruso Gari Kasp¨¢rov tambi¨¦n lo hace alguna vez. Tras vencer al espa?ol de origen let¨®n Alex¨¦i Sh¨ªrov en el Campeonato del Mundo oficial, se ha convertido en el nuevo ¨ªdolo de su pa¨ªs, de 950 millones de habitantes.
Pregunta. ?Se siente cerca de los dioses?
Respuesta. No tanto. Pero ese trato de h¨¦roe o ¨ªdolo me ha parecido muy bien porque dignifica al ajedrez. Siempre he sido famoso en India, pero ahora me han ascendido. Tradicionalmente, los deportes m¨¢s populares han sido el cricket y el hockey sobre hierba, pero he sido elegido el mejor deportista del milenio. Todo eso es muy positivo para el ajedrez.
'Las derrotas son muy dolorosas por la imagen, acertada o falsa, que liga al ajedrez con la inteligencia'
P. Usted pertenece a la casta de los bramanes, una de las m¨¢s altas. ?Comparte la reivindicaci¨®n, cada vez m¨¢s fuerte en India, de que la pertenencia a una no suponga privilegios?
R. S¨ª, coincido con el Gobierno en que debemos llegar a una sociedad sin castas. Lo malo es que la fase transitoria puede ser eterna, aunque ya se ven grandes progresos; por ejemplo, en el acceso a la universidad. En la vida cotidiana el problema es m¨¢s leve. Cuando hablo con alguien me da igual su casta. La soluci¨®n vendr¨¢ con el tiempo. Pero India es un enorme pa¨ªs de pa¨ªses. Hay segmentos de la sociedad que van a la velocidad de Internet y otros con una organizaci¨®n tribal. Para los europeos es dif¨ªcil entender que la poblaci¨®n de India es el doble de la de toda Europa, incluida Rusia. Algunas regiones son comparables con Alemania y otras con Albania.
P. India es un l¨ªder en la industria de la Inform¨¢tica, pero muchos empleados bancarios trabajan sin ordenador. ?C¨®mo explica esos contrastes?
R. Si se informatizase los bancos, habr¨ªa que despedir a mucha gente que, previamente, deber¨ªa ser adiestrada en la tecnolog¨ªa moderna para que encontrara otro trabajo. Los afectados podr¨ªan ser el doble de la poblaci¨®n de Espa?a, con el enorme problema social que ello implicar¨ªa. As¨ª, la soluci¨®n no puede llegar en un d¨ªa ni en un a?o. Conozco un suburbio paup¨¦rrimo de Bombay en el que las condiciones de vida son en general miserables. Sin embargo, en ¨¦l residen pilotos, m¨¦dicos y otros profesionales con televisor y lavadora. Hace a?os tuvieron que irse all¨ª porque el terreno en Bombay es car¨ªsimo. Algunos son ahora ricos y no se marchan porque se han acostumbrado a vivir as¨ª. Es dif¨ªcil entender lo que pasa en India. Yo lo entiendo s¨®lo en parte.
P. ?Cu¨¢l es su postura en el conflicto con Pakist¨¢n? ?Es nacionalista?
R. No, pero no hace falta serlo para que te duela la muerte de los soldados indios en ese enfrentamiento tan complejo. ?ramos un mismo pa¨ªs y el divorcio fue doloroso. No lo hicimos bien. La soluci¨®n tambi¨¦n tiene que ser dif¨ªcil. Adem¨¢s, los fabricantes de armas est¨¢n interesados en que la guerra contin¨²e. Alguna vez he jugado contra paquistan¨ªes, sin problemas. Para m¨ª, son seres humanos, y punto.
P. ?El inventor del ajedrez tuvo que ser muy inteligente?
R. No creo imprescindible que lo fuera. La mitolog¨ªa dice que lo invent¨® un rey para que su esposa no se aburriera. Pero lo probable es que fuera el producto de una evoluci¨®n lenta a partir de dos personas que empezaron a jugar con unas piedras. A lo largo de los siglos se fue complicando hasta llegar a las 32 piezas y las 64 casillas, cuya combinaci¨®n produce un juego de enorme complejidad.
P. ?C¨®mo distribuye su tiempo para el entrenamiento t¨¦cnico, f¨ªsico y psicol¨®gico?
R. Voy dos horas al gimnasio por las ma?anas, de 10.00 a 12.00. Luego, la comida y la siesta. Analizo de 16.00 a 22.00, solo o con mi entrenador y mi analista o con computadoras. No tengo un plan concreto de preparaci¨®n psicol¨®gica, pero pienso a menudo en ello. Cuando falta una semana para un torneo dejo de trabajar con el fin de llegar fresco, con ganas de jugar. Esos d¨ªas tengo m¨¢s tiempo para o¨ªr m¨²sica, divertirme con el ordenador o seguir la actualidad por la televisi¨®n o leyendo la revista The Economist.
P. ?Ha logrado compaginar su gran creatividad natural con el c¨¢lculo en bruto de las computadoras?
R. Intento encontrar ese equilibrio, que considero fundamental porque en los torneos te enfrentas a seres de carne y hueso con su psicolog¨ªa espec¨ªfica. Cuando llevo muchas horas con un ordenador lo dejo y me voy al tablero para seguir analizando la misma posici¨®n, pero pensando s¨®lo con mi cabeza y sintiendo la madera en mis dedos. Es muy ¨²til.
P. En apariencia, se lleva bastante bien con los ajedrecistas de la ¨¦lite. ?Pero a cu¨¢l invitar¨ªa a pasar dos semanas en su casa?
R. El tiempo me ha ense?ado a evitar conflictos. Eso encaja con mi forma de ser. No los busco. Otros, s¨ª. Por ejemplo, [el ruso Anatoli] K¨¢rpov y [el suizo de origen ruso V¨ªktor] Korchn¨®i. Cuando compites tanto son inevitables peque?os residuos de odio. Por otro lado, es absurdo que cambies tu forma de ser para convertirte en un campe¨®n. Si yo hubiese intentado tener el instinto asesino de Kasp¨¢rov, no ser¨ªa el campe¨®n y jugar¨ªa peor. En 1998, tras ganarme en el Mundial de Lausana, en condiciones muy injustas , K¨¢rpov dijo varias frases ofensivas contra m¨ª. Unos meses despu¨¦s fuimos juntos a la sauna y fue muy amable conmigo. Tas su careta ante los periodistas, esconde virtudes admirables.
P. No ha contestado a la segunda parte de la pregunta.
R. Invitar¨ªa a todos porque estoy seguro de que quienes no me son gratos no querr¨ªan venir.
P. Kasp¨¢rov es un boxeador; usted y Kr¨¢mnik, yudokas. ?Le parece v¨¢lida la met¨¢fora?
R. Quiz¨¢. Hay enormes diferencias de temperamento, aparte la edad. Kasp¨¢rov vive con una intensidad extrema, luchando para que el mundo sea como ¨¦l quiere. Supongo que disfrutar¨¢ de la vida de alguna forma, pero no me lo imagino sentado conmigo al borde de una piscina. Voy a contarle otro episodio con K¨¢rpov. Cuando le gan¨¦ por 5-1 en Le¨®n fuimos a cenar juntos y estuvo muy amable. Es imposible que Kasp¨¢rov se comporte as¨ª.
P. Muchos ajedrecistas tienen siempre una partida en la cabeza. Otros acotan su entrenamiento a unas horas determinadas. ?A qu¨¦ grupo pertenece?
R. Soy capaz de no pensar en ninguna partida. Pero el cerebro no te obedece si llevas mucho tiempo analizando una posici¨®n y no la has resuelto. Por ejemplo, en una ceremonia de inauguraci¨®n o clausura, a mi entrenador se le ocurre una idea y me la dice. Entonces, mientras se pronuncian los discursos, ya s¨®lo pienso en ella.
P. ?Se ha despertado en plena noche sobresaltado al pensar en una jugada?
R. S¨ª, varias veces he encontrado as¨ª la soluci¨®n. El subconsciente trabaja aunque creas que has desconectado.
P. ?Por qu¨¦ las derrotas son tan dolorosas en el ajedrez?
R. Lo paso fatal, pero he aprendido a evitar que el dolor me dure m¨¢s de dos d¨ªas. Rara vez pienso que mi rival ha jugado una partida formidable. M¨¢s bien tiendo a creer que he perdido por mis errores, que s¨¦ c¨®mo ganarle, que no he aprendido nada de esa derrota... Algunos sostienen que la clave est¨¢ en la imagen, acertada o falsa, que liga al ajedrez con la inteligencia. Como el ¨¢rbitro no influye y no cuenta que tu adversario mida dos metros y pese 100 kilos, parece que ¨¦ste es m¨¢s inteligente que t¨². Quiz¨¢ tengan raz¨®n porque a veces, en esos momentos, me pregunto por qu¨¦ me ha abandonado mi inteligencia.
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