El desastre impide de nuevo el desarrollo econ¨®mico de la zona
Huracanes, terremotos, inundaciones y sequ¨ªas dinamitan, con exasperante regularidad, las perspectivas de crecimiento econ¨®mico y las esperanzas de 34 millones de personas. Como S¨ªsifo, el istmo sube trabajosamente unos pelda?os para caer de nuevo al punto de partida. Hay un hecho insoslayable: seis placas tect¨®nicas, incontables fallas regionales y 27 volcanes activos convierten al territorio centroamericano (m¨¢s de 500.000 hect¨¢reas) en zona de riesgo. Adem¨¢s, entre junio y noviembre, en ¨¦poca de lluvias, la regi¨®n est¨¢ expuesta a huracanes y tormentas tropicales. De noviembre a mayo, a sequ¨ªas e incendios forestales.
Las cat¨¢strofes marcan la vida y los hitos de sus pobladores: los terremotos de Nicaragua, en 1972; de Guatemala, en 1976; y de El Salvador, en 1986; o el hurac¨¢n Mitch, en Honduras en 1998, son a¨²n referencias obligadas en las conversaciones. La realidad socioecon¨®mica de estos pa¨ªses, sin embargo, agrava la situaci¨®n.
Los deficientes sistemas de prevenci¨®n de desastres, la deforestaci¨®n, la ausencia de planificaci¨®n urbana y la proliferaci¨®n de asentamientos humanos en ¨¢reas de peligro multiplican los efectos destructores de la naturaleza.
Concluidos los conflictos armados de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, las incipientes democracias centroamericanas han volcado sus esfuerzos en construir infraestructuras y en atraer la inversi¨®n extranjera mediante las privatizaciones. Las carreteras y los puentes se han ido multiplicando en los ¨²ltimos a?os. El producto interior bruto (PIB) per c¨¢pita, que en los a?os ochenta hab¨ªa experimentado un crecimiento negativo del 2% anual, se fue recuperando en los a?os noventa, hasta llegar a un promedio del 1,7%.
El lento despegue se ha visto frenado una y otra vez por los fen¨®menos naturales. Una frase se repite invariablemente despu¨¦s de cada tragedia: 'Justo ahora que...'. En El Salvador apenas comienza el recuento de la destrucci¨®n causada por el terremoto del s¨¢bado. Justo ahora que la dolarizaci¨®n, la cohabitaci¨®n del col¨®n y el d¨®lar puesta en marcha el pasado 1 de enero, hab¨ªa abierto las esperanzas de salir de un estancamiento que dura ya un lustro. El a?o pasado, la econom¨ªa apenas hab¨ªa crecido un 2,2% del PIB, muy por debajo del 3,5% esperado por el Gobierno.
Hurac¨¢n Mitch
En Honduras, fue el hurac¨¢n Mitch el que vino a propinar, en diciembre de 1998, un golpe devastador. Su econom¨ªa, una de las m¨¢s d¨¦biles de Latinoam¨¦rica, registraba por primera vez un crecimiento del 5,5%. 'Justo ahora que empez¨¢bamos a salir adelante', se lamentaban entonces los hondure?os. El Mitch parti¨® la columna vertebral del pa¨ªs: desde las plantaciones de banano del norte?o Valle de Sula hasta el corredor agroindustrial de Tegucigalpa, la capital, y de Choluteca, al sur del pa¨ªs. Los principales productos de exportaci¨®n (pl¨¢tano, mel¨®n, palma africana y camar¨®n) quedaron destruidos.
El Mitch, que afect¨® tambi¨¦n a Nicaragua y Guatemala, dej¨® en Centroam¨¦rica 10.000 muertos, dos millones de damnificados y p¨¦rdidas por 6.500 millones de d¨®lares. Los cuantiosos pr¨¦stamos y donaciones no lograron impedir el estancamiento del crecimiento econ¨®mico regional, que antes del hurac¨¢n se hab¨ªa calculado en el 5% del PIB.
6 muertos en Guatemala
Seis muertos, una decena de heridos y destrucci¨®n de infraestructuras constituyen el primer balance dejado en Guatemala por el terremoto que sacudi¨® la regi¨®n centroamericana en la ma?ana del s¨¢bado. Las autoridades han declarado el estado de alerta, si bien aseguran que la situaci¨®n est¨¢ totalmente controlada. Los departamentos m¨¢s afectados, Chiquimula, Jalapa, Santa Rosa y Jutiapa, forman el cintur¨®n fronterizo con El Salvador. En Jutiapa se registraron dos v¨ªctimas mortales, una ni?a de dos meses y un joven de 28 a?os. El terremoto, sin embargo, se sinti¨® con fuerza en todo el pa¨ªs. La red de carreteras sufri¨® algunos cortes debido a derrumbes y deslizamientos de tierra, y los servicios de energ¨ªa el¨¦ctrica y de tel¨¦fono han quedado interrumpidos en diversas ¨¢reas. Centenares de viviendas y de edificios p¨²blicos han sido desalojados ante los desperfectos sufridos. A pesar de estar acostumbrados a convivir con se¨ªsmos y erupciones volc¨¢nicas, la intensidad y la duraci¨®n del terremoto sobresalt¨® a millones de guatemaltecos, que se concentraron en las calles de las principales poblaciones.
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