Lleg¨® la ley

Hay que poner rejas en las ventanas, atrancar puertas con dobles cerrojos y cargar doblemente el trabuco vengador para proteger a los seres queridos bajo la tutela del padre de familia, s¨²bdito de Gobierno central y auton¨®mico que ven llegar a?os de vacas flacas porque ha entrado en vigor la temida Ley del Menor.

Ha tomado por sorpresa, con alevos¨ªa, nocturnidad y casi escalo a P¨¦rez Salda?a, consejero de Asuntos Sociales de la Junta de Andaluc¨ªa, la aplicaci¨®n de una Ley a la que se refiere el reformado C¨®digo Penal de 1995, que ya estaba advertido desde el 13 de enero del a?o 2000 sobre la aplicaci¨®n de estas disposiciones malvadas.

No ha sido al ¨²nico pillado con el paso cambiado, tambi¨¦n al Gobierno central y a otras autonom¨ªas les ha ocurrido exactamente lo mismo y ahora claman, la Junta tambi¨¦n, como pajarillos reci¨¦n nacidos en el nido, unos cuantos miles de millones para poder financiar la puesta en marcha de un proyecto que ten¨ªa que estar m¨¢s que solucionado, sobre todo teniendo en cuenta que en Andaluc¨ªa van a poder acogerse a estas medidas, que no penas, aproximadamente 30 menores de los 50 recluidos preventivamente. En la prisi¨®n de Sevilla II, de los 10 muchachos en estas circunstancias solo se beneficia 1.

Este Ejecutivo, en la ¨²ltima semana, se ha puesto las pilas y solicitado a toda prisa informes y datos, llorando por los dineros, creando cuatro juzgados de menores -para 30 casos-y 31 plazas de fiscales. M¨¢s vale tarde que nunca, dir¨¢ el pueblo veterano, pero ?qu¨¦ ocurre con la cantidad de tribunales colapsados por miles de casos?, ?no van a crear nada para solucionar temas tan criminales o m¨¢s que los de las ni?as de San Fernando o el chico de Ja¨¦n?

Hay que ser serios; la Ley del Menor es un texto progresista, donde por una vez, se tiene una orientaci¨®n educadora y no solo represora. No es una locura arbitraria; en ella est¨¢n contempladas medidas que se aplican de diferente modo a j¨®venes de 14 a 16 a?os o a los de 16 a 18. Los presuntos culpables tendr¨¢n acceso a una instrucci¨®n en unas edades todav¨ªa d¨²ctiles. Y eso es bueno y deseable. Es una barbaridad pretender que crea alarma social como dicen determinados medios de comunicaci¨®n, olvidando resaltar que en la madrugada del 13 de diciembre s¨®lo 111 adolescentes se beneficiaron y que de ellos m¨¢s de 50 pasaron a centros de internamientos.

Los padres, matrimonios como los que perdieron a su hija en San Fernando o el formado por Sof¨ªa Padilla y Rafael Carrillo que amenazan con una guerra de familias, como la mafia, ? qu¨¦ piden: justicia o venganza? Han de pensar que no son lo mismos unos adolescentes enloquecidos que unas personas mayores y maduras. Obren en consecuencia.

La sociedad democr¨¢tica, tan mencionada cuando conviene, aprob¨® esta ley por medio de sus representantes electos. Entre ellos y los ciudadanos de a pie est¨¢ la responsabilidad de enriquecer el Estado de Derecho utilizando todas las medidas al alcance y una de ellas es la juventud recuperable.