El Guggenheim afirma que el producto para limpiar la fachada cuesta 500.000 pesetas
Un equipo de escaladores borrar¨¢ en primavera las manchas criticadas por Frank Gehry
Las cr¨ªticas de Gehry al mantenimiento de las fachadas de titanio del Guggenheim Bilbao, la obra que, tras su inauguraci¨®n en 1997, le encumbr¨® en todo el mundo como uno de los arquitectos m¨¢s importantes del fin del siglo XX, aparecieron la pasada semana en las p¨¢ginas de The New York Times. Gehry, enfrascado ahora en el dise?o de un nuevo Guggenheim que se levantar¨¢ en Manhattan, lament¨® que el museo bilba¨ªno abriera sus puertas sin eliminar la suciedad acumulada durante la construcci¨®n en algunas de las m¨¢s de 40.000 escamas de titanio que marcan la est¨¦tica del edificio. Tres a?os m¨¢s tarde, el arquitecto aseguraba que se siente 'frustrado' por la persistencia de las manchas, m¨¢s visibles por la acumulaci¨®n de polvo procedente de las obras de urbanizaci¨®n del entorno y contaminaci¨®n.
El director general del museo, Juan Ignacio Vidarte, reconoci¨® ayer que la limpieza del edificio en su totalidad se ha demorado 'm¨¢s de lo deseable', a la b¨²squeda de un sistema que pudiera incluirse en la rutina de mantenimiento de las instalaciones. Limpiar las caprichosas fachadas del Guggenheim no es tarea sencilla. Ocultar el edificio tras un andamiaje resulta caro y es inadmisible: elimina el gancho de su arquitectura mientras duren los trabajos. Por eso se impuso el empleo de escaladores, como ya se hace para limpiar los ventanales.
El prototipo de aplicador y el producto de limpieza desarrollado espec¨ªficamente por Inasmet, un centro de investigaci¨®n vasco especializado en el tratamiento de metales, est¨¢ en proceso de elaboraci¨®n. Vidarte reiter¨® que estar¨¢ listo para proceder en primavera a un abrillantamiento general de todo el exterior del edificio. El desarrollo de este estudio en Inasmet ha tenido un presupuesto de 14,5 millones de pesetas. La compra del producto a¨²n ser¨¢ m¨¢s barata. Seg¨²n Vidarte, todo el material necesario para retirar la suciedad en la parte met¨¢lica de las fachadas costar¨¢ entre 500.000 y 600.000 pesetas.
El Guggenheim cerr¨® el pasado ejercicio con 975.000 visitantes, ligeramente por debajo de la previsi¨®n, en n¨²meros redondos, de un mill¨®n de personas, que se mantiene para 2001. En cuanto al origen geogr¨¢fico del p¨²blico, el museo logr¨® mantener en 2000 su capacidad de atracci¨®n de visitantes for¨¢neos y seguir cumpliendo el papel de revulsivo de la actividad econ¨®mica para el que fue creado. En el tercer a?o completo de funcionamiento, el 82% del p¨²blico procedi¨® de fuera del Pa¨ªs Vasco y uno de cada dos visitantes fue extranjero, con mayor proporci¨®n de franceses (13%), estadounidenses (7%) y brit¨¢nicos (6%).
La est¨¦tica de las motos
El arte de la motocicleta, un recorrido por la evoluci¨®n t¨¦cnica y est¨¦tica de las motos a lo largo del siglo XX, fue la exposici¨®n temporal de mayor ¨¦xito.Frente a una media de 300.000 personas en las otras seis muestras organizadas a lo largo del a?o, El arte de la motocicleta fue vista por 870.000 personas, tras las sucesivas pr¨®rrogas que la mantuvieron abierta al p¨²blico durante casi 10 meses.
En el caso del Guggenheim, el impacto econ¨®mico que se deriva de su existencia pesa tanto como el balance art¨ªstico. Los datos acumulados al cierre del pasado ejercicio muestran que instalar el museo en Bilbao ha sido un buen negocio. Seg¨²n los c¨¢lculos, la actividad econ¨®mica generada por el museo ha permitido a las haciendas vascas recuperar la inversi¨®n realizada. Los ingresos adicionales por IVA, impuesto de sociedades e IRPF superan ya los 15.000 millones de pesetas.
Desde la inauguraci¨®n en octubre de 1997, los gastos realizados por los 3.600.000 visitantes que han acudido al museo suman m¨¢s de 100.000 millones de pesetas, que, sobre todo, han beneficiado a establecimientos de hosteler¨ªa y comercio y al sector del transporte. Su repercusi¨®n en el producto interior bruto (PIB) de la comunidad vasca supera los 80.000 millones de pesetas, que se ha traducido en el mantenimiento de una media anual de 4.000 empleos.
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