Vaz de Soto reflexiona en su nueva novela sobre el derecho a morir
El escritor publica 'Perros ahorcados', su tercera entrega polic¨ªaca
'La actitud ante la muerte en esta ¨¦poca est¨¢ desacralizada. Quer¨ªa reflexionar sobre el derecho de una persona con una enfermedad terminal a plantearse el suicidio o la eutanasia. Hay una gran inquietud ante este tema, porque se trata de un paso trascendental y definitivo', explica Vaz de Soto, que con Perros ahorcados ha formado una trilog¨ªa polic¨ªaca que se inici¨® con Las piedras son testigo (1994) y S¨ªndrome de Oslo (1998).
Cayetano Pedrero, un comisario retirado, y su ayudante, el profesor tambi¨¦n jubilado Manuel Dom¨ªnguez (ambos personajes de novelas anteriores), forman la pareja encargada de investigar el sucidio de un terrateniente enfermo de c¨¢ncer en un cortijo, en una finca de encinares situada en los alrededores de Matulara, una localidad ficticia, pero que Vaz de Soto aclara que puede ser cualquier pueblo de la provincia de Huelva. 'No quiero tener un compromiso estricto con la realidad. As¨ª tengo m¨¢s libertad y evito el costumbrismo. No me interesa siquiera el realismo como fidelidad absoluta a la realidad, aunque tampoco pretendo desvincularme totalmente de ella', precisa el autor de El infierno y la brisa, que fue llevada al cine con el nombre de ?Arriba Haza?a! El mundo de la caza est¨¢ presente en la obra.
La acci¨®n se desarrolla tambi¨¦n en Sevilla, 'sin cofrad¨ªas ni palmas ni nada de lo que es t¨ªpico', matiza, y pese a que lo policiaco queda en un segundo plano ('Los personajes me interesan m¨¢s casi que la intriga'), se atiene al canon: 'Al final se aclara todo, porque en Las piedras son testigo el lector se quedaba en la duda, no se averiguaba qui¨¦n era el criminal. En la vida real s¨ª ocurre que muchas veces no se desvela la verdad, pero esta vez he seguido las reglas del g¨¦nero'. Vaz de Soto ha querido seguir una 'falsilla en la estructura': el polic¨ªa listo que ser¨ªa el calco de Sherlock Holmes, y el profesor, que es tambi¨¦n el narrador de Perros ahorcados, 'un hombre culto pero sin la penetraci¨®n del comisario', a modo del doctor Watson.
'Me gusta eso de la pareja literaria, que la invent¨® Cervantes y no Conan Doyle. ?l fue el primero que la introdujo, fue su gran invento. Cervantes cre¨® dos protagonistas, Don Quijote y Sancho Panza, frente a las novelas anteriores que siempre ten¨ªan a uno solo. El Quijote es un largo di¨¢logo entre dos personajes', recuerda.
El autor de Despe?aperros, novela con la que consigui¨® el Premio Andaluc¨ªa de Novela en 1988, ha buscado en su ¨²ltimo libro la amenidad a trav¨¦s de 'los di¨¢logos, las descripciones breves y una narraci¨®n r¨¢pida', con un respeto absoluto a la cronolog¨ªa de los hechos. 'Cada cosa ocurre detr¨¢s de otra, no hay saltos en el tiempo'. Y el humor, pero 'en peque?as dosis'.
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