'LA REALIDAD DE LA INMIGRACI?N NOS DESBORDA'
C¨¢ndido M¨¦ndez admite que los sindicatos est¨¢n desbordados e impotentes ante la situaci¨®n de los inmigrantes y afirma que el Gobierno podr¨ªa legalizarlos a todos sin que se conmuevan las estructuras del pa¨ªs. Acepta pacientemente las incomodidades de una conversaci¨®n no elegida, pero se niega al destino fatal de quienes est¨¢n en el ojo del hurac¨¢n. Dice todo lo que tiene que decir, sin irritarse, pero con la parsimoniosa vehemencia de quien no quiere renunciar a las ideas propias, pese a tantos a?os y trabajos sobrevenidos. No se cansa de hablar claro.
Pregunta. El Ejido antes, Lorca ahora, esas inicuas muertes... Seguro que usted sabe, se?or M¨¦ndez, d¨®nde -y por qu¨¦- puede saltar el pr¨®ximo foco de explotaci¨®n humana...
Apruebo la estrategia de Zapatero. Pero el Gobierno tiene muchos frentes abiertos que deber¨ªa aprovechar
Respuesta. Sin duda que hay muchos lugares m¨¢s en nuestro pa¨ªs donde se explota a los inmigrantes... Pero creo que es muy importante dejar claro que esa imagen que se pretende dar, interesadamente, de oleadas imparables de inmigrantes que est¨¢n invadiendo nuestro pa¨ªs no se corresponde en absoluto con la realidad. Nos movemos en una espiral psicol¨®gica provocada por una informaci¨®n distorsionada tambi¨¦n respecto de lo que pueden aportar los inmigrantes a nuestro pa¨ªs. En cuanto a los focos de explotaci¨®n humana a los que usted se refiere, est¨¢n en las zonas de este pa¨ªs donde hay trabajadores inmigrantes que son muy conocidas. Son las zonas de Levante, donde hay agricultura; las grandes concentraciones, sobre todo en la zona de Barcelona y L¨¦rida; zonas como Madrid... Lo que hay que hacer es crear las condiciones para que eso no ocurra. Las centrales sindicales ya en su momento tomamos algunas determinaciones para el sector de la agricultura, concretamente, donde los empresarios tambi¨¦n contrajeron algunos compromisos que, lamentablemente, no cumplen aunque pueda haber excepciones.
P. No se producir¨ªan... si ustedes, los dirigentes sindicales, no permanecieran habitualmente mudos, salvo cuando explotan un caso escandaloso, por temor a empeorar las cosas...
R. ?Esa afirmaci¨®n no tiene ning¨²n fundamento! ?Si nosotros venimos denunciando la situaci¨®n desde hace mucho tiempo! Concretamente, en Murcia, los sindicatos hemos denunciando las condiciones en las que son transportados los inmigrantes desde febrero de 1999... Y lo mismo hemos hecho respecto de las condiciones inhumanas y denigrantes en las que trabajan los extranjeros en nuestro pa¨ªs. No me parece justo que usted diga que estamos mudos, que no denunciamos, que...
P. Sin embargo la percepci¨®n que tienen muchos inmigrantes que padecen esas situaciones es que los sindicatos, los dirigentes sindicales, aparecen en los dram¨¢ticos escenarios de la inmigraci¨®n tan s¨®lo para hacerse la foto solidaria. Y luego desaparecen, hasta la pr¨®xima...
R. ?Qu¨¦ barbaridad! Nosotros no nos hacemos esas fotos solidarias que usted dice! Y no porque no seamos solidarios, que lo somos, sino porque no podemos permitir que haya un trabajador inmigrante al que se explote de manera inicua, o con el que se incumplan las normas laborales. Porque, al final, ¨¦sta es una situaci¨®n que degrada tambi¨¦n las condiciones de trabajo de los espa?oles. Sin duda que siempre se pueden hacer m¨¢s cosas pero creo que, sinceramente, no se nos puede negar nuestro compromiso con los inmigrantes, nuestra firme voluntad de...
P. Pero esa geograf¨ªa de la explotaci¨®n de inmigrantes, que usted conoce y admite, es contundente. Las gentes de El Ejido, por ejemplo, siguen en la misma situaci¨®n que en su d¨ªa fue noticia y hoy ha vuelto a ser rutina.
R. Mire, yo con el problema de El Ejido tuve una experiencia personal muy dura, una confrontaci¨®n muy dura con los empresarios. Porque yo les dije que a los inmigrantes, o se les reconocen todos los derechos..., pero no se les puede tener en una especie de limbo, de tierra de nadie... ?Es que los empresarios quisieran hacerlos desaparecer cuando no los necesitan! La verdad es que en El Ejido tuvo que pasar lo que pas¨® para que se adoptaran algunas medidas, aunque tengo que reconocer que por las informaciones que tenemos los empresarios y la Administraci¨®n no han cumplido con los compromisos que entonces adquirieron. Efectivamente es as¨ª, pero... Nosotros hacemos todo lo que est¨¢ en nuestras manos y hemos abierto las puertas a las centrales sindicales de par en par a los inmigrantes. Pero, a la hora de la verdad, no tenemos capacidad real para solucionar el problema de los inmigrantes; es la sociedad entera, comenzando por la Administraci¨®n, la que debe implicarse. A los sindicatos nos desborda la realidad de la inmigraci¨®n. Pero tambi¨¦n es cierto que ni Espa?a, ni el conjunto de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, tienen pol¨ªticas de inmigraci¨®n. ?Lo que tienen son pol¨ªticas de fronteras!
P. ?No coloque la pelota en el tejado del vecino! Usted sabe que los inmigrantes est¨¢n en una situaci¨®n de indefensi¨®n real aunque los sindicatos no siguen denunciando que persiste la misma situaci¨®n inadmisible.
R. Le aseguro que nosotros seguimos trabajando. En El Ejido y en todas partes.
P. Pues la verdad es que no se les siente, que ya no hay ruido en El Ejido. Y otra cosa: no hay inmigrantes en los niveles de responsabilidad de los sindicatos, de UGT, ?por qu¨¦?
R. Nosotros los integramos, les invitamos a afiliarse. Y no vamos a regatear, incluso con el nuevo horizonte legal, tan limitado, lo que entendemos que son sus derechos porque nosotros se los vamos a reconocer pese a quien pese.
P. ?Incluso si no tienen papeles, si no existen, legalmente hablando?
R. Evidentemente, nosotros nos tenemos que plantar para que el trabajador inmigrante, irregular, que requiera el amparo del sindicato, no tenga encima un problema a?adido... Lo que tendremos que hacer es incorporarlos a nuestras filas, aunque no puedan estar en nuestros ficheros. No descarto que, en un momento determinado, tuvi¨¦ramos que plantearnos con mucha seriedad reconocer p¨²blicamente a estos trabajadores para forzar al Gobierno un cambio, un reconocimiento de la realidad que se niega a admitir.
P. Pero no me ha explicado por qu¨¦ no hay ni un solo extranjero en sus cuadros...
LOS DERECHOS SINDICALES
R. Los inmigrantes tienen los mismos derechos sindicales que cualquier trabajador espa?ol, se lo aseguro. Lo que ocurre es que los dirigentes no se eligen por cooptaci¨®n sino democr¨¢ticamente... Quiz¨¢s su participaci¨®n en la actividad sindical no sea tan activa como ser¨ªa de desear, pero eso es una cuesti¨®n de tiempo... Algunos colectivos prefieren mantener su autonom¨ªa. Recuerdo que un compa?ero inmigrante me argument¨® en una ocasi¨®n sobre eso con un proverbio ¨¢rabe que dice algo as¨ª como: 'Nada te rasca mejor que tus propias u?as'. Muchos trabajadores inmigrantes consideran que deben autoorganizarse en estructuras propias para defender mejor sus intereses. Yo creo que ser¨ªa mejor que se integraran en las centrales espa?olas.
P. ?Usted le pondr¨ªa alg¨²n veto, alguna traba a las pretensiones de cualquier inmigrante para formar parte de la direcci¨®n de UGT?
R. Mire, esa pregunta me parece ofensiva. ?Tal y como usted la plantea resulta ofensiva!
P. Yo no afirmo nada, s¨®lo preguntaba... Y espero que no se me ofenda si le pregunto tambi¨¦n si cree, o no, que pudiera haber entre los trabajadores espa?oles, su central sindical incluso, alg¨²n sentimiento xen¨®fobo... Siquiera escondido.
R. Es que... yo no comparto esa visi¨®n que usted tiene sobre la sociedad espa?ola. Mire... en Espa?a coexisten la Espa?a de los Traductores de Toledo y la Espa?a de los sucesos de El Ejido... Pero el vector resultante se inclina mucho m¨¢s hacia la integraci¨®n, la reconciliaci¨®n con nuestra propia historia. Y si pretende usted insinuar que la UGT es el reflejo de una sociedad que tiene actitudes xen¨®fobas se equivoca. No niego que la xenofobia es un problema latente, pero no creo que sea el diagn¨®stico que pueda hacerse hoy d¨ªa y no quiero aparecer como un voluntarista ingenuo sino como alguien que est¨¢ dispuesto a que no ocurra.
P. Me gustar¨ªa saber qu¨¦ situaci¨®n le parece a usted m¨¢s preocupante: la de un inmigrante sin papeles o la de un parado espa?ol de larga duraci¨®n...
R. Es una comparaci¨®n que usted hace, que se presta, ciertamente, a la demagogia. Pero yo le dir¨ªa que resulta m¨¢s preocupante la situaci¨®n de un trabajador que no puede ni siquiera reivindicar sus derechos porque no existe.
P. El delegado del Gobierno en Murcia dijo que lo arreglaba todo contratando a los 1.600 parados espa?oles que hay en la agricultura de la zona... Supongo que a ustedes eso les pone en un aprieto, ?no?
R. Bueno... Para m¨ª est¨¢ claro que el delegado del Gobierno de Murcia es una persona que debe reconocer lo que ocurre. Porque la existencia de miles de trabajadores ilegales en Murcia no es algo que haya surgido de la noche a la ma?ana, ?verdad? El delegado del Gobierno deber¨ªa de informarse de cu¨¢les son los sistemas de vinculaci¨®n laboral, por llamarlo de alguna manera, de los trabajadores inmigrantes y las razones por las que est¨¢n donde est¨¢n, en lugares como Lorca, en donde se les contrata de forma fraudulenta...
P. No se me escape... D¨ªgame a qui¨¦n se debe contratar primero, ?a un sin papeles, a un espa?ol en paro?
R. En la UGT lo tenemos muy claro. En los acuerdos que hemos firmado para la agricultura, hacemos una prelaci¨®n: trabajadores espa?oles en paro, trabajadores inmigrantes... Y luego, si no se cumple el cupo, pues hay que buscar otras f¨®rmulas. Lo que ocurre es que, lamentablemente, los empresarios van s¨®lo al abaratamiento de los costes laborales, prefieren tener a su disposici¨®n un colectivo como hace 70 a?os cuando los trabajadores esperaban en la plaza del pueblo a que el capataz los contratara por lo que ¨¦l quisiera ofrecer.
P. Pero, en igualdad de condiciones, ?qui¨¦n tiene m¨¢s derecho a un puesto de trabajo, un espa?ol o un inmigrante?
R. ?M¨¢s derechos? ?En mi opini¨®n? Pues... L¨®gicamente los derechos deben de ser los mismos para un trabajador... y para otro trabajador... Aunque no podemos ignorar que en Espa?a todav¨ªa hay muchos trabajadores en paro. En fin... A m¨ª, como sindicalista, lo que m¨¢s me preocupa es que no haya ninguna situaci¨®n de explotaci¨®n. Eso es empezar por lo esencial, tener claro que todos los trabajadores tienen que tener los mismos derechos.
P. ?Usted cree que es posible, que se debe legalizar a todo el que quiera quedarse?
R. Yo creo que no s¨®lo es deseable, sino perfectamente factible que este Gobierno legalice a todos los sin papeles, a todos los inmigrantes que quieran quedarse. ?No se resentir¨ªan nuestras estructuras econ¨®micas, se lo aseguro! Pero es que, adem¨¢s, la situaci¨®n de los inmigrantes ilegales no s¨®lo es injusta, sino que supone una degradaci¨®n de las condiciones laborales del conjunto de la sociedad espa?ola. Las cifras, hoy por hoy, son perfectamente asumibles, much¨ªsimo m¨¢s reducidas que las de la media de los pa¨ªses europeos.
P. Pues entonces no se entienden las motivaciones ¨²ltimas de una Ley de Extranjer¨ªa tan restrictiva como la que ha puesto en marcha el Gobierno.
R. Yo creo que la intenci¨®n del Gobierno, con la Ley de Extranjer¨ªa, es una intenci¨®n oscura... y equivocada. Oscura porque no se corresponde con el esp¨ªritu abierto y de tolerancia que exigen los nuevos tiempos de una realidad sin fronteras, y equivocada porque, a pesar de sus esfuerzos para frenar la inmigraci¨®n, est¨¢ consiguiendo el efecto contrario. Lo que va a provocar es justo lo que dicen combatir, que es el protagonismo delincuente de las mafias. Y el precio del billete de la patera subir¨¢ cada vez m¨¢s.
P. Me gustar¨ªa saber si usted hubiera hecho algo m¨¢s contra la Ley de Extranjer¨ªa que retirar la enmienda a la totalidad, como ha hecho el PSOE...
R. Yo comparto la filosof¨ªa b¨¢sica que impuls¨® a los socialistas a retirar esa enmienda, porque ellos buscaban un consenso con el Gobierno para mejorar la Ley. Lamentablemente, el Gobierno no respondi¨® a esas expectativas.
LA OPOSICI?N DE ZAPATERO
P. Por cierto, ?A usted le gusta la oposici¨®n que hace Rodr¨ªguez Zapatero?
R. Pienso que lo que tiene que hacer un partido que tiene vocaci¨®n de Gobierno y que est¨¢ en la oposici¨®n es cargarse de razones. Y, en ese sentido, creo que Zapatero est¨¢ haciendo una oposici¨®n inteligente que le est¨¢ abriendo espacios... Sin embargo, quiero dejar claro que yo soy de los que piensan que la oposici¨®n del PSOE deber¨ªa ser distinta en otras materias, como en la cuesti¨®n fiscal, que es una pieza clave para diferenciar a un partido de derechas de un partido de izquierdas. Y el mensaje del PSOE en materia fiscal es obsoleto, identificado con una filosof¨ªa que ha tenido ya experiencias y consecuencias nefastas. Hay que recuperar el sentido ¨²ltimo de para qu¨¦ se pagan los impuestos.
P. Pero las grandes cifras todav¨ªa van bien, todav¨ªa le permiten al Gobierno una cierta capacidad de maniobra.
R. ?Las cifras no van bien en absoluto! Las cifras que hablan de la vida real de los espa?oles no van bien. ?Se est¨¢ aprovechando el crecimiento econ¨®mico para crear m¨¢s empleo? Y el problema de la precariedad laboral, que el PP no quiere reconocer, es tremendo, es tremendo... Por otra parte, el que la inflaci¨®n termine en el 4%, el doble de la previsi¨®n del Gobierno, no es casual.
P. Parece que ustedes combatieron los Gobiernos de izquierdas del PSOE y no se meten con la derecha...
R. ?Eso no es verdad! Nosotros nos hemos movilizado contra las pol¨ªticas de los Gobiernos que han atentado directamente contra los intereses que defendemos. Hicimos una huelga general el 14D, por un problema laboral, contra el plan de empleo juvenil; hicimos una huelga general en 1992 contra el recorte de las prestaciones por desempleo, hicimos una huelga contra la reforma laboral... Con este Gobierno de la derecha, en la anterior legislatura, lo que hemos hecho es zurcir algunos rotos de la reforma laboral de 1994. Y ahora hemos realizado movilizaciones para defender la protecci¨®n social.
P. Parece que se han acabado los tiempos dulces de las fotos amables, con aquel Arenas, el dialogante...
R. ?Nosotros, los sindicatos, nunca nos hemos hecho fotos complacientes con nadie! Lo que hemos hecho es firmar acuerdos que han tenido un reflejo gr¨¢fico. Con los que hemos conseguido mejoras muy importantes para los trabajadores. Lo que s¨ª que es cierto es que en estos momentos el Gobierno puede estar confundiendo la mayor¨ªa absoluta con un cr¨¦dito social permanente, pero nosotros no le vamos a dar ese cr¨¦dito si no se lo merece.
P. Me gustar¨ªa saber cu¨¢l ser¨ªa el detonante para que los sindicatos, la UGT en este caso, se pensara seriamente eso que se llama 'ir a por todas'...
R. Nosotros no descartamos ninguna acci¨®n, en nuestras perspectivas est¨¢n contempladas todas las hip¨®tesis... ?Todas! Pero yo creo que el margen de toda acci¨®n, digamos, contundente, lo que m¨¢s deber¨ªa preocupar al Gobierno es que se creara un clima de crispaci¨®n permanente, un cambio del clima social. No se tratar¨ªa de un conflicto con fechas, sino que podr¨ªa prolongarse durante toda la legislatura. Y le aseguro que ese desencuentro de car¨¢cter radical se puede producir si este Gobierno hace lo que hizo el Gobierno de Gonz¨¢lez en 1993, intentando imponer una reforma laboral de car¨¢cter unilateral.
P. No se me enfade, pero es que el Gobierno parece dormir tranquilo con unos sindicatos con tan seria crisis de afiliaci¨®n como la que tienen los sindicatos espa?oles, ?no?
R. No voy a negar que nuestras cifras son modestas, pero no reflejan ninguna crisis porque crecemos de forma constante. De todos modos, es verdad que no somos el gigante Goliat. Ni lo ¨¦ramos antes, en las primeras etapas de la democracia, ni lo somos ahora. Pero tenemos solidez y credibilidad, que es lo que importa entre los trabajadores.
P. Como militante del PSOE, supongo que tendr¨¢ una opini¨®n respecto a la posibilidad de que la l¨ªnea de sus actuales dirigentes acabe acerc¨¢ndose a la tercera v¨ªa de Blair...
R. ?No me gustar¨ªa nada! Adem¨¢s, esa pol¨ªtica ya la hizo el PSOE en el Gobierno y yo creo que ya hemos sufrido, en otras etapas, una contaminaci¨®n lamentable de los valores de la derecha. Si ese acercamiento a la l¨ªnea Blair se repitiera ahora, con los nuevos dirigentes, yo, francamente, creo que se equivocar¨ªan gravemente. Y me sentir¨ªa muy defraudado.
La tozuda habilidad de un sindicalista sin otras ambiciones
Militante del PSOE y de UGT desde 1970, C¨¢ndido M¨¦ndez naci¨® en Badajoz hace 48 a?os y asegura tener sus ambiciones cumplidas. No aspira a ser ni m¨¢s ni menos que lo que es: un sindicalista convencido. Sin embargo, en el PSOE ha vivido la responsabilidad pol¨ªtica, como diputado nacional y en el Parlamento de Andaluc¨ªa, para optar finalmente por el sindicato. A la Secretar¨ªa General de UGT llega en abril de 1995, cuando la crisis desatada por el esc¨¢ndalo de la PSV parec¨ªa no tener final. Pero la credibilidad y mesura de su trayectoria lograron superar un trauma que a punto estuvo de acabar con las siglas hist¨®ricas de la UGT. Tampoco su elecci¨®n como secretario general de UGT fue un camino de rosas, pero su liderazgo se ha consolidado. Hoy, nadie, ni dentro ni fuera del sindicato, discute la paciencia, la tozuda habilidad con la que ha sabido imponerse. No tiene oposici¨®n y, si la tiene, ni chista... Es de los que apuestan por el nuevo PSOE de Zapatero, aunque discrepe m¨¢s que discretamente de su pol¨ªtica econ¨®mica. Quienes le conocen bien aseguran que el secretario general de los socialistas har¨ªa bien en tenerle contento. Porque M¨¦ndez es de los que le cantan las verdades a cualquiera... Y si no que se lo digan a Felipe Gonz¨¢lez, que seguro que no se olvida de sus encontronazos con la UGT, de los que M¨¦ndez no se arrepiente: 'Es Felipe el que deber¨ªa de aceptar que cometi¨® muchos errores con la UGT, con los sindicatos', afirma hoy, cuando se le saca a relucir el idilio que los sindicatos mantuvieron con el primer Gobierno del PP... ?l piensa que un sindicato debe ejercer el pragmatismo sin complejos, y est¨¢ convencido de que la derecha acaba siempre saliendo por sus fueros... No le preocupa la posibilidad de una huelga, pero s¨ª el clima de confrontaci¨®n social que se deriva de cualquier posici¨®n de fuerza. Y est¨¢ convencido de que las pr¨®ximas negociaciones con la patronal y el Gobierno van a ser la prueba del nueve...
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