Sin volver al pasado

La reuni¨®n que hace unos d¨ªas celebraron Gaspar Llamazares, nuevo coordinador de Izquierda Unida (IU), y Joan Saura, reci¨¦n elegido presidente de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), ha ocupado un cierto espacio en los medios de comunicaci¨®n y ha merecido, no sin fundamento, alg¨²n comentario estimulante de ciertos dirigentes pol¨ªticos. Y es que, m¨¢s all¨¢ del modesto espacio electoral que ocupan las dos fuerzas, la experiencia pol¨ªtica ha demostrado dos cosas. Por un lado, que ambas adquieren su justo valor cuando nos planteamos con seriedad una alternativa de centro izquierda en Espa?a y en Catalu?a. Por otro lado, que no han triunfado los intentos de aniquilarlas, ya sea con una hipot¨¦tica apropiaci¨®n de sus votos desde el PSOE en el caso de IU, ya sea con el intento de eliminar sus pretendidas desviaciones reformistas por parte de los ortodoxos del paleocomunismo en el caso de IC-V. Ambas siguen viviendo, afincadas en el espacio socioelectoral de una izquierda con voluntad transformadora.

La reciente reuni¨®n entre el coordinador de IU, Gaspar Llamazares, y el presidente de IC-V, Joan Saura, puede abrir un nuevo cap¨ªtulo tras la ruptura que mantuvieron las dos formaciones en tiempos de Anguita y Rib¨®

Si todo esto es razonablemente cierto, la primera reuni¨®n entre los m¨¢ximos dirigentes de ambas organizaciones merece una detenida atenci¨®n, m¨¢s all¨¢ de descalificaciones interesadas o de golpecitos en la espalda, pretendidamente estimulantes e invitando al abrazo.

Para el conjunto de la izquierda razonable, es un hecho positivo que IU e IC-V pasen de ningunearse o enfrentarse a dialogar y, en la medida posible, a entenderse. Pero para que esto se concrete es necesario huir de simplificaciones y entender que en el momento de la ruptura, al margen de las responsabilidades personales -que las hubo-, hab¨ªa tambi¨¦n, y sobre todo, diferencias pol¨ªticas estrat¨¦gicas importantes, a mi entender no tanto en la concepci¨®n multinacional de Espa?a como en la pol¨ªtica de alianzas, la importancia del reformismo en una perspectiva transformadora y el papel de la izquierda en la construcci¨®n europea. Pero adem¨¢s, y esto es si cabe m¨¢s importante, tras la ruptura y durante un buen trecho que a¨²n no sabemos si ya ha terminado las din¨¢micas han sido divergentes. IC-V ha seguido su trayectoria cultural antidogm¨¢tica, eurocomunista y nacional catalana, asumiendo transversalmente como componente fundamental la concepci¨®n ecologista. Al mismo tiempo, consolidaba una alianza s¨®lida con los Verdes, en Espa?a y en el resto de Europa, y con las fuerzas emergentes en diversas autonom¨ªas, como es el caso de la Chunta Aragonesista. Mientras, Julio Anguita segu¨ªa imperturbable su estrategia de las dos orillas. Habr¨¢ que ver si la nueva direcci¨®n de IU, encabezada por Gaspar Llamazares y cuyos primeros pasos -entre los que est¨¢ la entrevista con Joan Saura- son esperanzadores, prosigue en una trayectoria que permita el di¨¢logo y el entendimiento con IC-V, pero teniendo en cuenta dos cosas: primera, que es imposible volver al pasado, y segunda, que en Catalu?a el espacio socioelectoral ¨²til -y la utilidad en pol¨ªtica no puede responsablemente obviarse- est¨¢ ocupado definitivamente por IC-V.

Antoni Guti¨¦rrez D¨ªaz es miembro de IC-V.