Interpretaciones
La columna de Mart¨ª Dom¨ªnguez Mat¨¨ria borgiana (EL PA?S, 18-1-01) es un ejemplo del tipo de discurso que puede generar el sentimiento nacionalista. Desde un punto de vista te¨®rico, el texto carece de solidez. El argumento que da sobre el genocidio es tan falaz como decir que Col¨®n no descubri¨® Am¨¦rica, porque ese nombre no exist¨ªa en octubre de 1492 (y si lo que quiere decir es que lo que no exist¨ªa era el concepto de genocidio, entonces es falso: basta con leer a Bartolom¨¦ de las Casas para comprobarlo). Y la suposici¨®n sobre lo que J¨¹nger 'y sus amiguetes uniformados' hubieran hecho all¨ª y entonces con los indios, arrastra la debilidad propia de cualquier contraf¨¢ctico y no pasa de ser un f¨¢cil recurso al clich¨¦.
Pero no nos enga?emos. El prop¨®sito del texto no es el debate de ideas, sino la descalificaci¨®n personal. El autor comienza trazando un primer c¨ªrculo, del que forman parte los buenos valencianos, que pueden ser ignorantes de las grandezas de su patria, pero basta con que sean de su patria para que las gocen y admiren cuando se les muestran. Primera conclusi¨®n: Nicol¨¢s S¨¢nchez no es buen compatriota. Luego traza un segundo c¨ªrculo que incluye a los buenos universitarios valencianos, para poner tambi¨¦n en entredicho la pertenencia de aqu¨¦l a esta categor¨ªa. As¨ª las cosas, es secundario discutir sobre si comisariar una exposici¨®n sobre J¨¹nger o hurgar en el lado oscuro de la gesti¨®n de Alejandro VI es compatible con ser buen valenciano o buen universitario valenciano. Cabr¨ªa argumentar que es compatible con una interpretaci¨®n laica de estos conceptos. El problema es que esa interpretaci¨®n posible choca inevitablemente con cualquier interpretaci¨®n ortodoxa que tienda a sacralizar al pueblo valenciano y su historia. Pues conmemorar el propio pasado no es lo que est¨¢ en discusi¨®n. Lo que est¨¢ en juego es conmemorarlo cultivando mitos o haciendo un uso libre de la tradici¨®n.-
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