Bush asume los pol¨¦micos indultos que dict¨® Clinton en las ¨²ltimas horas de su mandato
Rich, que tiene 66 a?os y es considerado uno de los hombres m¨¢s ricos del planeta, ha vivido refugiado en los ¨²ltimos 17 a?os en Meggen (Suiza) y, seg¨²n el diario The Washington Post, tambi¨¦n tiene una casa en Espa?a. Durante este tiempo, hu¨ªa de medio centenar de acusaciones de fraude, extorsi¨®n, evasi¨®n de impuestos y negocios petroleros con Ir¨¢n en la ¨¦poca en que EE UU practicaba un riguroso embargo comercial respecto a ese pa¨ªs. Seg¨²n los muchos cr¨ªticos del perd¨®n, Clinton adopt¨® esa medida en respuesta a los cientos de miles de d¨®lares entregados a las arcas electorales del Partido Dem¨®crata por Denise Rich, la ex esposa del fugitivo, y a las presiones de los l¨ªderes israel¨ªes.
Denise Rich apoy¨® activamente a Clinton durante el caso Lewinsky. Sus contribuciones a la causa dem¨®crata se cifran en 280.000 d¨®lares tan solo en los dos ¨²ltimos a?os. Rich, seg¨²n su abogado Jack Quinn, que tambi¨¦n fue asesor legal de la Casa Blanca de Clinton, sigue utilizando un pasaporte norteamericano, pese a que renunci¨® formalmente a su nacionalidad original y, en su petici¨®n de clemencia, se present¨® como ciudadano de Israel y Espa?a. Huy¨® de EE UU en 1983, al ser acusado, entre otras cosas, de sostener tratos petroleros por valor de 200 millones de d¨®lares con Ir¨¢n en plena crisis de los rehenes norteamericanos y de deber 48 millones de d¨®lares en impuestos.
En los ¨²ltimos meses de la presidencia de Clinton, los amigos de Rich desencadenaron una masiva operaci¨®n para arrancar su perd¨®n. Entre ellos figuraron el primer ministro israel¨ª Ehud Barak y el premio Nobel de la Paz Shimon Peres. Shabtai Shavit, ex jefe del Mossad, tambi¨¦n firm¨® una carta sum¨¢ndose a la petici¨®n de clemencia, con el argumento de que Rich desempe?a un activo papel en 'la salvaci¨®n de jud¨ªos en pa¨ªses enemigos'.
Pero, adem¨¢s de los delitos de los que es acusado, los detractores de Rich se?alaban que sus empresas han hecho y hacen negocios en lugares como la Sur¨¢frica del apartheid, la Nigeria de Sani Abacha, el Irak de Sadam y las rep¨²blicas ex sovi¨¦ticas.
Por otra parte, el presidente estableci¨® ayer una oficina en la Casa Blanca que promover¨¢ el papel de los grupos religiosos y las organizaciones sin fines de lucro en la atenci¨®n de problemas sociales como la educaci¨®n, la salud y la vivienda, informa Efe. En una ceremonia a la que asistieron 35 representantes de grupos cristianos, musulmanes y jud¨ªos, y de organizaciones de beneficencia, Bush afirm¨® que 'la compasi¨®n es la tarea de la naci¨®n entera, no s¨®lo del Gobierno'. 'Es m¨¢s que la vocaci¨®n de los pol¨ªticos, es la vocaci¨®n de los ciudadanos', dijo el presidente. 'Son los ciudadanos los que convierten las calles violentas en buenos vecindarios, los que transforman las ciudades fr¨ªas en comunidades reales'.
Pero el establecimiento de la Oficina de la Casa Blanca para Iniciativas Comunitarias y de Fe caus¨® la protesta inmediata de quienes vigilan la separaci¨®n de Estado y religi¨®n. Steve Benen, portavoz de la Uni¨®n Estadounidense para la Separaci¨®n de Estado e Iglesia, dijo que la iniciativa de Bush 'es una pol¨ªtica mal encaminada y, desde el punto de vista constitucional, es una pesadilla'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.