Henri L¨¦vy afirma que Fernando Savater es el Sartre espa?ol
El intelectual franc¨¦s presenta en Madrid su ensayo sobre el fil¨®sofo existencialista
L¨¦vy cuenta que llevaba planeando este libro de 600 p¨¢ginas desde hace 20 a?os, exactamente desde el d¨ªa del entierro de Jean-Paul Sartre en el cementerio de Montparnasse. ?l era m¨¢s bien un antisartriano entonces, pero le 'ilumin¨® la idea' de que ese d¨ªa se estaba enterrando 'al s¨ªmbolo del siglo', y adem¨¢s descubri¨® que le fascinaban muchas cosas del personaje: el modo absoluto en que domin¨® la cultura de su tiempo; la multiplicidad de Sartres que hubo a trav¨¦s de los a?os, entre el fil¨®sofo comprometido con la libertad y el que luego ampar¨® a los totalitarismos sovi¨¦tico y cubano; sus influencias cruzadas, de Stendhal, C¨¦line, Gide y Flaubert a Bergson, Heidegger, Hegel o Nietzsche; su apasionante relaci¨®n amorosa e intelectual con Simone de Beauvoir, El castor al que Sartre nunca dej¨® de llamar de usted...
L¨¦vy es un tipo atractivo, elegante y muy medi¨¢tico. Ayer someti¨® sus encantos f¨ªsicos a una sesi¨®n de fotos estilo Hollywood antes de exhibir sus innegables dotes intelectuales en una rueda de prensa, en Casa de Am¨¦rica, en la que casi no hubo tiempo para preguntar: ¨¦l lo dijo casi todo durante una hora y cuarto llena de ideas y titulares a favor y en contra.
'No estoy a favor ni en contra de Sartre, pero nadie pasa impunemente sobre la obra de un personaje tan magn¨ªfico como ¨¦l'.
'Hay un estilo de vida sartriano muy fascinante, sobre todo en esta ¨¦poca de conformismo y conveniencias: el de su relaci¨®n con Beauvoir y sus amistades peligrosas'.
'Es un libro bastante raro. El que m¨¢s he trabajado en mi vida. Pero no trata sobre Sartre. Trata sobre las dos caras de Heidegger, las dos caras de Althusser, las dos de C¨¦line...'.
'Sartre se perdi¨® en la locura del siglo e hizo que el siglo se perdiera en la locura. Fue lo mejor y lo peor. Como Moby Dick, esa novela que tanto am¨®, ten¨ªa dos ojos, dos visiones del mundo completamente separadas'.
'Todas sus preocupaciones son actuales. Los que quieran saber cosas sobre racismo, la identidad nacional herida y la inmigraci¨®n salvaje deben releer sus an¨¢lisis: son incomparables'.
'Hoy hay intelectuales en Espa?a que se est¨¢n enfrentando cara a cara con el terrorismo en la mejor l¨ªnea de Sartre. Intelectuales como Savater, que con mucho coraje, dignidad y peligro para sus vidas denuncian la uni¨®n entre terror y fascismo, como hizo ¨¦l al final de su vida, cuando estuvo al borde de la tentaci¨®n y supo reconocer el peligro a tiempo'.
'En su obra compleja, sabia y contradictoria no hay respuesta para todos los problemas. Su pensamiento estaba muy atado al momento. Lo ¨²nico que puedo decir es que hoy ¨¦l estar¨ªa en Portoalegre en lugar de en Davos'.
'Es verdad que no muri¨® en 1980 sino en 1960. Esos ¨²ltimos 20 a?os fueron a?os de desgracia: era c¨¦lebre, pero nadie lo le¨ªa. O sea, que hace 40 a?os que nadie lo lee, y eso ha servido para que otros se hayan atribuido algunas creaciones te¨®ricas suyas'.El libro, a?ade L¨¦vy, trata de reparar esa 'injusticia hist¨®rica'. Dividida en tres grandes partes (El hombre-siglo; Justicia para Jean-Paul Sartre y La locura del tiempo), la obra se detiene tambi¨¦n en la relaci¨®n del pensador con la gloria ('la amaba y le aterrorizaba'), con la Academia ('dec¨ªa que cuando la sociedad ya no tiene m¨¢s calumnias que lanzarte, te intenta condecorar y academizar'), y analiza su rivalidad con Camus. 'Por decirlo en dos palabras, Camus ten¨ªa raz¨®n en el plano pol¨ªtico y Sartre la ten¨ªa en el plano metaf¨ªsico'.
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