Bush reducir¨¢ el arsenal nuclear a cambio de desplegar el escudo antimisiles
El nuevo presidente no est¨¢ tardando en poner en marcha sus promesas electorales, desde la reforma de la educaci¨®n y el recorte de impuestos hasta el apoyo a las organizaciones religiosas y la revisi¨®n de la m¨¢quina militar. No pasa un d¨ªa sin una iniciativa, y ayer le toc¨® al Pent¨¢gono. Bush desilusion¨® a sus muchos seguidores uniformados al anunciar que no incrementar¨¢ por ahora el presupuesto de Defensa, situado por Bill Clinton en 310.000 millones de d¨®lares para 2002. Y no s¨®lo para poder recortar los impuestos sin d¨¦ficit de las cuentas p¨²blicas y tener manos libres frente a la desaceleraci¨®n econ¨®mica, sino, sobre todo, para plantear una profunda revisi¨®n de los medios y objetivos del Pent¨¢gono.
La posibilidad m¨¢s espectacular es que EE UU reduzca su arsenal nuclear de modo unilateral, sin exigir ninguna medida semejante por parte de Rusia. El n¨²mero de cabezas nucleares instaladas en misiles, submarinos y bombarderos de EE UU, 7.519 en la actualidad, podr¨ªa llegar a descender a entre 2.000 y 2.500. Rusia cuenta en la actualidad con 6.464 ojivas nucleares, pero EE UU no le exigir¨ªa una reducci¨®n. Washington aplicar¨ªa por su propia cuenta los objetivos acordados con Mosc¨² en 1997 para una eventual tercera ronda de negociaciones sobre armas estrat¨¦gicas (Start III).
Bush tambi¨¦n orden¨® el estudio de la posibilidad de que el arsenal nuclear de EE UU no est¨¦ en situaci¨®n de alerta m¨¢xima, listo para ser activado en minutos. Son medidas con las que quiere probar que no desea desencadenar ninguna carrera armament¨ªstica, como denuncian los detractores rusos, chinos y europeos del escudo contra misiles que, cumpliendo un sue?o de Ronald Reagan y siguiendo a Bill Clinton, est¨¢ impulsando. Como ya defendi¨® Clinton en sus conversaciones con Vlad¨ªmir Putin, EE UU considera obsoleto el tratado ABM (Tratado de Misiles Antibal¨ªsticos de 1972), que proh¨ªbe a Washington y Mosc¨² este tipo de sistemas de protecci¨®n.
En su discurso de aceptaci¨®n de la candidatura presidencial republicana, Bush declar¨®: 'Trabajar¨¦ para reducir las armas nucleares y las tensiones nucleares en el mundo'. Frente a las reticencias de mucha gente en el Pent¨¢gono, Bush, Rumsfeld y Powell tienen una idea nueva en mente: quieren construir unas Fuerzas Armadas que dejen atr¨¢s los conceptos de la guerra fr¨ªa y se preparen para seguir siendo las m¨¢s poderosas en el siglo XXI. Para ello, Rumsfeld ha encargado un estudio completo de las futuras necesidades militares del pa¨ªs a uno de los m¨¢s brillantes y pol¨¦micos analistas del Pent¨¢gono, Andrew Marshall.
Cr¨ªticas
Marshall es muy cr¨ªtico con los conceptos estrat¨¦gicos tradicionales de sus compa?eros del Pent¨¢gono. Cuestiona la utilidad del caza invisible F-22, el proyecto favorito de las empresas constructoras y de la Fuerza A¨¦rea de EE UU. Y tambi¨¦n cree que en el siglo XXI los tanques pesados y los portaaviones ser¨¢n tan in¨²tiles como llegaron a serlo los caballos con armadura de la Edad Media. Son ideas que suenan bien en los o¨ªdos del Gobierno de Bush, que, en materia militar, apuesta por la renovaci¨®n.
[Rusia se ha comprometido esta semana a destruir 40.000 toneladas de armas qu¨ªmicas letales a partir de esta primavera, en lo que supon¨ªa el mayor almacenamiento del mundo, informa The New York Times. Zinoviy Pak, director de la agencia de munici¨®n rusa, asegur¨® que el presupuesto para la destrucci¨®n de las armas qu¨ªmicas se ha multiplicado por seis este a?o, alcanzando los 105 millones de d¨®lares. Pak inform¨® de que ya le ha sido presentado al presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, un plan para que empiece a operar la primera de las tres plantas de destrucci¨®n de armas].
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