El Senado boliviano investiga las fuentes de periodistas
Una comisi¨®n de investigaci¨®n del Parlamento de Bolivia pretende solicitar en los pr¨®ximos d¨ªas la comparecencia obligatoria de varios periodistas. Se trata de interrogarles sobre sus fuentes de informaci¨®n en la elaboraci¨®n de los art¨ªculos sobre el esc¨¢ndalo que llev¨® a dimitir, en enero pasado, al entonces ministro de la Presidencia, Walter Guiteras. El Senado boliviano se suma as¨ª al acoso del dimisionario contra un sector de la prensa boliviana al que culpa de su salida del Gabinete.
?ste es un nuevo intento de obligar a comparecer ante esa instituci¨®n a personas relacionadas con los medios de comunicaci¨®n, en unos trabajos iniciados para aclarar las responsabilidades del ex ministro y senador en presuntos malos tratos en el seno de su familia y abuso de poder (con sobornos a polic¨ªas incluidos) para evitar el conocimiento p¨²blico del incidente. Guiteras, en su momento brazo derecho del presidente Hugo B¨¢nzer, debi¨® dimitir por el esc¨¢ndalo, pero arremeti¨® desde el primer momento contra los medios de comunicaci¨®n que lo denunciaron.
El controvertido pol¨ªtico ha intentado, desde el momento en el que fue descabalgado del poder y perdi¨® el respaldo de sus compa?eros de Gobierno, ocultar el origen de las denuncias: una presunta agresi¨®n a su mujer y a su hija menor en el domicilio familiar en la noche del 1 al 2 de enero ¨²ltimo. La esposa del entonces ministro de la Presidencia hubo de acudir a un centro policial, apenas vestida con ropa de cama, semidescalza, llorosa y presa de una crisis de angustia, para pedir el auxilio de los agentes ante el estado -al parecer ebrio, seg¨²n un testigo que permanece con identidad oculta para preservar su vida- de su esposo, que la habr¨ªa golpeado por no querer mantener relaciones sexuales.
Acusaciones sin pruebas
En su estrategia, primero de negaci¨®n y m¨¢s tarde de ocultaci¨®n, Guiteras se dedic¨® a lanzar acusaciones sin pruebas y siempre amparado en su inmunidad parlamentaria, en declaraciones extrajudiciales, contra el empresario Ra¨²l Gar¨¢fulic (del grupo que edita La Raz¨®n, El Nuevo D¨ªa, el diario popular Extra y la principal cadena de televisi¨®n del pa¨ªs, ATB). M¨¢s tarde salpic¨® a su hijo, director de La Raz¨®n, al tiempo que otros personajes implicados en el caso comenzaban a cuestionar la labor de los periodistas que llevaban la investigaci¨®n.
Al dimitir del cargo ministerial, Guiteras se refugi¨® en su acta de senador y consigui¨® de la C¨¢mara una comisi¨®n que en principio deb¨ªa investigarle a ¨¦l. Pero con el paso del tiempo y una peculiar manera de llevar el procedimiento por parte del presidente nombrado al efecto, el dirigente de Condepa (Conciencia de Patria, formaci¨®n de corte populista expulsada de la alianza gubernamental que ahora encara su ¨²ltimo a?o de legislatura), Reynaldo Venegas, ha terminado por arropar la estrategia contra los periodistas. Venegas cierra las sesiones aportando sus opiniones particulares, como si fueran conclusiones oficiales de toda la comisi¨®n y que en varias ocasiones han favorecido al inculpado Guiteras.
A la actitud del Senado, instancia a la que se han negado a acudir los periodistas, se suma la de los fiscales encargados del caso, que centraron igualmente sus pesquisas en este particular de la 'presi¨®n medi¨¢tica', obviando el celo en la investigaci¨®n de los hechos originarios del proceso, disposici¨®n que tampoco han demostrado las brigadas de asuntos internos de la polic¨ªa, seg¨²n agentes consultados por los medios locales.
Ante la justicia s¨®lo hay en la actualidad la denuncia presentada por Ra¨²l Gar¨¢fulic contra Guiteras por las acusaciones sin pruebas vertidas por ¨¦ste, listado que d¨ªa a d¨ªa trata de aumentar, siempre emplazando a los testigos o documentos para m¨¢s adelante. As¨ª, el mi¨¦rcoles, el senador llegaba a solicitar la demolici¨®n de la sede del diario La Raz¨®n por presunta construcci¨®n ilegal, lo que el peri¨®dico demostr¨® tambi¨¦n falso en su edici¨®n del d¨ªa siguiente. Antes, en una de sus estramb¨®ticas comparecencias p¨²blicas (en alguna de ellas hab¨ªa llegado a insultar a los propietarios de los medios denunciantes), incluso ret¨® a un duelo p¨²blico al que se ha convertido en el blanco de su ira, el empresario Gar¨¢fulic.
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