'Basta ya de cerrar los ojos'
Resumen del discurso pronunciado por el rector de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, Manuel Montero, en la reuni¨®n de la Conferencia de Rectores de Universidades Espa?olas celebrada ayer en el campus de Leioa (Vizcaya).
'En el Pa¨ªs Vasco y en otros lugares de Espa?a hoy se est¨¢ conculcando el ejercicio de la libertad, que no es sino la base de la convivencia. Se est¨¢ atentando contra la libertad de pensamiento, contra la libertad de c¨¢tedra. No es s¨®lo una amenaza. Es una realidad. Basta ya de cerrar los ojos o de mirar hacia otro lado. Eso es lo que est¨¢ sucediendo, aqu¨ª y ahora. La barbarie, la coacci¨®n terrorista, las presiones fascistas est¨¢n amenazando a la democracia en el Pa¨ªs Vasco. Quieren acabar con ella, en funci¨®n de delirios ideol¨®gicos totalitarios. La democracia, nuestra democracia, est¨¢ en peligro, en grave peligro. Pero la reflexi¨®n, la libertad intelectual, la tolerancia, est¨¢n siendo ya muy seria, muy gravemente conculcados. Aqu¨ª y ahora. Como sucediera en los periodos m¨¢s negros de nuestra historia.
Hace menos de dos meses, muy cerca de este lugar, ETA puso una bomba. Un azar afortunado hizo que no explotase, pero quien la puso, quienes se lo ordenaron, ten¨ªan el prop¨®sito de asesinar a un miembro de nuestra universidad; es seguro, adem¨¢s, que hubiese provocado una matanza indiscriminada (...). S¨®lo en el ¨²ltimo a?o, personas vinculadas a nuestra comunidad universitaria han sufrido atentados terroristas. Han asesinado a Fernando Buesa, que fue Consejero de Educaci¨®n del Gobierno Vasco. Han asesinado a Jos¨¦ Luis L¨®pez de la Calle, que fue miembro del Consejo Social de la UPV/EHU. Han asesinado a Ernest Lluch, que fue un intelectual brillante, Rector, catedr¨¢tico y amigo de muchos de los que aqu¨ª estamos. Han querido matar a Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, profesor extraordinario, dem¨®crata y colega nuestro, que afortunadamente est¨¢ hoy aqu¨ª, entre nosotros (...).
No s¨®lo es eso, aunque lo dicho estremece por s¨ª mismo. Es que, adem¨¢s, algunos de nuestros profesores han sido objeto y siguen siendo objeto de acciones terroristas, de amenazas de muerte, de presiones y coacciones. Algunos han tenido que marchar del Pa¨ªs Vasco, a un exilio f¨ªsico, ya que no intelectual -afortunadamente, las ideas no tienen fronteras-; otros viven en la angustia, con la certeza de que quieren acallar su voz y de que su vida corre, por ello, un riesgo grave. Todos los d¨ªas, todas y cada una de sus horas y de sus minutos. Algunos tienen que vivir con escolta, pues han cometido la grave falta de expresar sus opiniones, de ejercer su libertad de pensamiento, de cumplir con sus obligaciones de universitarios; porque han alzado su voz contra el terror, porque reivindican la libertad. Y son legi¨®n los que se refugian en una suerte de exilio interior. Hay m¨¢s: algunos de nuestros estudiantes han recibido tambi¨¦n amenazas, coacciones, agresiones, el chantaje totalitario (...).
Lo confieso. Yo, como Rector de la Universidad del Pa¨ªs Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, tengo miedo. Miedo a que se consume la supresi¨®n de la libertad de pensamiento, a que sucumbamos ante la amenaza del terror; tengo miedo al silencio; a que, hartos de soportar las coacciones, nos callemos. Miedo, tambi¨¦n, a que ¨¦sa sea la antesala del final de la democracia en el Pa¨ªs Vasco, democracia que, repito, est¨¢ en un grave peligro, puede desaparecer o seguir condicionada por el terror. Soy capaz de imaginarme muchas clases de futuro para nosotros, los vascos. Ninguno que merezca la pena si no se construye sobre la democracia. Y esta puede desaparecer, o quedar gravemente da?ada, desde el momento en que periodistas, concejales, parlamentarios, empresarios, artistas y un sinf¨ªn de sectores profesionales, adem¨¢s de los universitarios e intelectuales, est¨¢n siendo amenazados, chantajeados, viven el temor por sus vidas.
(...) No se puede confiar la supervivencia de nuestra democracia a las capacidades de resistencia individuales, a los hero¨ªsmos cotidianos y con frecuencia an¨®nimos de quienes tan s¨®lo pretenden vivir una vida normal, ir y venir libremente, hablar libremente, pensar libremente, practicar la tolerancia como sucede en cualquier lugar de nuestro entorno, en cualquier sitio de la Europa occidental.
Hablar de libertad, aqu¨ª y ahora, quiere decir cosas sorprendentemente sencillas: que todos nosotros, que todos nuestros universitarios, que todos nuestros conciudadanos puedan hacer las cosas que son habituales en cualquier sociedad civilizada. (...) Y creemos que no puede haber ninguna pol¨ªtica sensata que no tenga como objetivo prioritario devolvernos la libertad, terminar con el fascismo, con la demencia terrorista. No puede admitirse bajo ning¨²n concepto una situaci¨®n que est¨¢ trastocando la vida de cientos y cientos de personas, que tienen derecho a la libertad. No podemos, no debemos acostumbrarnos al terror, ni a que se piense que la violencia, el chantaje o el miedo pueden ser una circunstancia pol¨ªtica, cuando son, en s¨ª mismos, la negaci¨®n de la pol¨ªtica. La negaci¨®n de la civilizaci¨®n. Ni puede admitirse que suponga nadie que alguna raz¨®n o circunstancia social justifica este acoso totalitario.
(...) En lo sustancial, la sociedad vasca quiere ser una sociedad normal; una sociedad democr¨¢tica, una sociedad en la que existe no ya un problema pol¨ªtico sino muchos problemas pol¨ªticos, como en todas los sociedades. Una sociedad en la que existe una organizaci¨®n terrorista dispuesta a eliminar cualquier versi¨®n de lo vasco que no coincida con sus alucinaciones ¨¦tnicas e ideol¨®gicas. En la que su entorno, y por su incapacidad democr¨¢tica de convencer al conjunto de la sociedad vasca, practica sistem¨¢ticamente la violencia; es su se?a de identidad. Busca aterrorizar, acabar con nuestro pluralismo.
Todo eso es cierto. Pero si algo caracteriza a la sociedad vasca a comienzos del siglo XXI es su resistencia activa al fascismo; su voluntad mayoritaria de oponerse al pensamiento ¨²nico que quieren imponernos ETA y sus seguidores -o mejor, la eliminaci¨®n de cualquier forma de pensamiento libre-. Aqu¨ª y ahora la democracia est¨¢ en peligro, en grave riesgo. Pero la inmensa mayor¨ªa de la sociedad vasca se manifiesta con lucidez y frecuencia por la libertad. Aqu¨ª, en medio de tantos riesgos, se est¨¢ luchando por la democracia d¨ªa a d¨ªa, con una energ¨ªa que suele olvidarse por la reiteraci¨®n de noticias violentas y luctuosas. Se est¨¢ haciendo desde los posicionamientos colectivos y desde las actitudes individuales de quienes sin alardes y sin glorias est¨¢n construyendo su vida cotidiana sobre el pluralismo y la afirmaci¨®n de sus ideas. (...) Mi mayor orgullo es presidir una universidad que, d¨ªa a d¨ªa, est¨¢ luchando contra los intolerantes; una universidad cuyos miembros est¨¢n protagonizando un combate pac¨ªfico contra el terror, contra la opresi¨®n de ETA y sus adl¨¢teres. Un combate en el que, adem¨¢s, est¨¢n participando ideolog¨ªas democr¨¢ticas muy diversas, pues en esto no debemos caer en los reduccionismos al uso, que tienden a suponer que s¨®lo un ¨¢mbito pol¨ªtico est¨¢ participando en esta resistencia antifascista. Vor¨¢gines partidistas al margen, lo que sucede en la Universidad del Pa¨ªs Vasco demuestra que todos los dem¨®cratas, cualquiera que sean nuestras opciones pol¨ªticas personales, podemos unirnos en la lucha por la libertad.
Quiero transmitirles una seguridad: desde la UPV/EHU, desde toda la comunidad universitaria vasca, seguiremos defendiendo la libertad, el pluralismo, la tolerancia. No es ¨¦ste un mensaje ag¨®nico (...). Todo lo contrario: nace del conocimiento de las energ¨ªas de nuestra universidad y de las que tiene la sociedad vasca, que cree en la democracia. Del conocimiento de la voluntad de aceptar nuestro pluralismo y de vencer al terrorismo fascista. Por eso lo digo: tenemos miedo, pero estamos venciendo al miedo. La Universidad vasca est¨¢ venciendo al miedo. Lo seguir¨¢ venciendo. Pueden estar ustedes seguros de ello'.
Texto completo del discurso en htpp//www.elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.