La justicia francesa quiere parar los pies a Bov¨¦
La fiscal¨ªa pide seis meses de c¨¢rcel para el l¨ªder campesino
La Confederaci¨®n Agraria (CP, en sus siglas en franc¨¦s), el sindicato liderado por el popular Jos¨¦ Bov¨¦, ha confirmado su fuerza gracias al doble juicio abierto contra una decena de sus dirigentes en Montpellier. La CP reuni¨® ayer en esta ciudad del sur de Francia a m¨¢s 15.000 personas en protesta contra 'la globalizaci¨®n, la mala comida y la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC)', y a favor de 'una agricultura campesina' y, sobre todo, de la libertad de Bov¨¦ y sus camaradas. La galaxia alternativa que gira en torno a la CP aglutina a trotskistas, anarquistas, verdes, hippies, partidarios de la legalizaci¨®n del cannabis o esperantistas, un mosaico de piezas desparejadas y colores muy vivos.
En el Palacio de Justicia el tono es distinto al del Woodstock callejero. El fiscal recuerda que ¨¦ste es el s¨¦ptimo proceso a Bov¨¦ en tres a?os y que ya va siendo hora de que el Estado le pare los pies. 'Hay que aplicar la ley, y la ley debe dejar de ser utilizada. Si los pol¨ªticos no quieren ver a Bov¨¦ en la c¨¢rcel, s¨®lo tienen que amnistiarlo. Cada cual tiene que asumir su responsabilidad', clama Michel Legrand, que se arroga el deber de 'silbar el final del recreo'.
Los sindicalistas de CP acud¨ªan ante el tribunal por una doble raz¨®n: porque el ministerio p¨²blico no da por bueno que en un anterior juicio Bov¨¦ y los suyos no hubieran sido condenados por el breve secuestro de tres funcionarios y porque el sindicato no acepta los tres meses de prisi¨®n firme a que se sentenci¨® a Bov¨¦ por el saqueo de un McDonald's en Millau en agosto de 1999.
Agricultura en crisis
El proceso lo ha sido sobre todo de la OMC y tambi¨¦n de la FNSEA, sindicato agrario favorable a las explotaciones industrializadas, mayoritario y pr¨®ximo al chiraquismo. La voz de Bov¨¦ se levanta en un contexto siniestrado: si en 1946 Francia era a¨²n un pa¨ªs agrario, con m¨¢s de dos millones y medio de explotaciones, hoy apenas subsisten 400.000. 'Y 40.000 m¨¢s tienen que cerrar cada a?o', explic¨® Bov¨¦ al tribunal antes de denunciar que 'la crisis de las vacas locas lo es tambi¨¦n de la agricultura industrial' y que si 'desmont¨®' el McDonald's fue porque 'es un s¨ªmbolo de la alimentaci¨®n estandarizada', la misma que defiende la OMC, 'un organismo que es juez y parte, que no escucha las alegaciones de quienes condena y que no es, en definitiva, democr¨¢tico'. 'El mundo no es una mercanc¨ªa, y yo tampoco' concluy¨® el l¨ªder campesino, que sin duda no sab¨ªa a¨²n que McDonald's tendr¨¢, por primera vez, un stand en el sal¨®n de la Agricultura que ma?ana se abre en Par¨ªs.
Para sus defensores, las acciones de los militantes de la CP 'puede que siembren el desorden pero es que el orden de hoy es el de la OMC'. Los abogados no dudaron en comparar Bov¨¦ a Gandhi e insistieron en que el queso de Roquefort -que s¨®lo puede entrar en los EE UU despu¨¦s de pagar unas tasas que duplican su precio- 'es objeto de encarnizamiento por parte de la OMC pues se trata del ¨²nico producto no gen¨¦rico que recibe ese trato'.
El fiscal pidi¨® seis meses de c¨¢rcel para Bov¨¦, tres de ellos firmes, y otros tres para Raymond Fabr¨¦gues. Para los ocho militantes restantes reclam¨® la misma condena, pero con suspensi¨®n de pena por no ser reincidentes. 'Los procesados lo son no por sus ideas, sino por su manera de defenderlas', dijo el fiscal. La CP tambi¨¦n ha aprovechado el juicio para darse a conocer mejor. Para uno de sus abogados, la discriminaci¨®n del sindicato frente al FNSEA es absurda, 'm¨¢xime cuando, despu¨¦s de Seattle o Porto Alegre, ya est¨¢ claro que Bov¨¦ ha ganado. Ahora s¨®lo les falta que la justicia lo reconozca'.
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