Dignidad ante la adversidad
Los jugadores del C¨¢diz se encierran en su estadio para pedir una soluci¨®n a la crisis del club
La historia se repite. Y los principales perjudicados vuelven a ser los mismos. Los futbolistas de la primera plantilla del C¨¢diz, saben de sobra lo inc¨®modo que es dormir sobre un colch¨®n y pasar las horas muertas sin nada que hacer en el estadio Ram¨®n de Carranza, ahora su residencia obligada y el escenario de sus pesadillas. Desde hace tres d¨ªas protagonizan un encierro que ya vivieron en julio pasado ante la posible desaparici¨®n por motivos econ¨®micos de un club hist¨®rico del f¨²tbol espa?ol, aunque hoy luche en Segunda B.
Los jugadores llevan cuatro meses sin cobrar y la situaci¨®n se ha vuelto tan insoportable que no han tenido m¨¢s remedio que optar por esta medida radical ante la nula respuesta del consejero delegado de la entidad, el empresario jerezano Antonio Mendoza. ?ste, tras comprar el club hace dos meses, no ha cumplido con las expectativas generadas.
En los ¨²ltimos d¨ªas son varias las acciones que han emocionado a los 25 jugadores y cuatro empleados que no salen del estadio. Con todo, esto no hace sino maquillar una dura realidad. El capit¨¢n del equipo, Ra¨²l L¨®pez, exterioriza el sentir general: 'Hay que entender que algunos compa?eros no tienen ni para comer. Adem¨¢s, a varios les van a echar hasta de sus viviendas. No hay derecho'.
Ante este panorama, los jugadores pretend¨ªan ayer llamar la atenci¨®n: colocar urnas a las puertas del estadio y que los aficionados depositasen monedas estuvo en la mente de todos. No les seduc¨ªa la idea, as¨ª que desistieron en el ¨²ltimo momento. No merec¨ªa la pena. 'Nuestra dignidad est¨¢ por encima de 20.000 duros', comentaban todos. La recaudaci¨®n tampoco hubiese dado para m¨¢s. La afici¨®n, como siempre en estos casos, respondi¨® acudiendo al campo. Seis mil personas dieron aliento al equipo. Atr¨¢s qued¨® otro domingo y un nuevo partido que, cosas del destino, fue ante los jugadores del ?cija, quienes la pasada temporada tambi¨¦n durmieron en la calle hasta que les solventaron un problema similar. Dif¨ªcil lo tiene el submarino amarillo, pero, como dicen los gaditanos, 'en La Tacita no hay imposibles', quiz¨¢ recordando las gestas deportivas de finales de los ochenta.
Pero, mientras llega una soluci¨®n, hoy, desde muchos puntos de la ciudad, seguir¨¢n llegando alimentos, porque los futbolistas contin¨²an en su encierro. La plantilla del C¨¢diz es agradecida, de ah¨ª las escuetas pero sinceras palabras de Ra¨²l L¨®pez, que s¨®lo dice: 'Gracias, C¨¢diz'... El resto est¨¢ en manos de quienes hace s¨®lo dos meses se hicieron cargo del club para, qui¨¦n sabe, a lo peor poner fin a sus 92 a?os de historia.

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