Virtuosismo orquestal

Desde su fundaci¨®n, en 1934, la Orquesta Nacional Francesa ha tenido a su frente a maestros como Inghelbrecht, Rosenthal, Desormier, La Roux, Maazel o Dutoit, garantes todos de la mejor tradici¨®n de la m¨²sica francesa. Se ha demostrado, una vez m¨¢s, en su versi¨®n de Nubes y Fiestas, de Debussy, aun cuando la batuta del actual titular, el estoniano Neeme J?rvi, pertenezca, por temperamento y formaci¨®n, a otro mundo cultural y a distintos ideales sonoros. Y es que las orquestas estables suelen conservar con fuerza su identidad, adem¨¢s de una calidad, un gusto por la delectaci¨®n sonora y un virtuosismo tan definitorio como el de la gran formaci¨®n gala.

Resucit¨® en los programas El cazador maldito, de C¨¦sar Franck, sobre una balada del poeta germano Gottfried August B¨¹rger (1747-1794), destacado representante del Sturm und drang. El tema tiene tradici¨®n no s¨®lo en Alemania, sino tambi¨¦n en el Pa¨ªs Vasco o Catalu?a, y baste citar las versiones de Maragall y Rumeu. Musicalmente, la obra de Franck se avecina a la corriente alemana, Wagner incluido, y durante mucho tiempo fue p¨¢gina de programaci¨®n habitual entre nosotros.

Lo sigue siendo otra invenci¨®n francesa, en este caso de Bizet, destinada a La Arlesiana, de Alphonse Daudet, estrenada en Par¨ªs el a?o 1872, 11 a?os anterior a El cazador maldito, pero su frescor y transparente textura, unido a la precisa luminosidad de ideas y formas, la mantiene viva e incluso popular. Para finalizar el atractivo concierto, J?rvi y la formaci¨®n parisiense abordaron una creaci¨®n de dos genios: los Cuadros de una exposici¨®n, escritos para piano por Moussorgski en 1874, orquestada en 1922 por Ravel y estrenada ese a?o por Koussevitzky en sus series de la capital francesa.

La plasticidad de la m¨²sica original, acrecentada por la m¨¢gica fantas¨ªa instrumental del autor de Dafnis, exige un virtuosismo individual y colectivo que la Nacional Francesa posee en grado sumo, de modo que, aun sin agotar las posibilidades, el ¨¦xito de su nueva audici¨®n fue grande y un¨¢nime, con lo que la Universidad Complutense, patrocinadora anual de unos ciclos sinf¨®nicos, se apunt¨® un tanto muy notable.