'Muchos cantantes escapan a las ideas convencionales de la belleza'
Se suele decir que la voz humana es el m¨¢s perfecto de los instrumentos musicales. El genio de Elvis Costello ha logrado que la cultivada voz de la soprano sueca Anne Sofie von Otter se transforme en una delicad¨ªsima fibra perfectamente adaptada a la canci¨®n popular. Un logro en un terreno, el de los cantantes de ¨®pera interpretando pop, en el que se han perpetrado tantas babaridades.
Pero ¨¦l lo niega y se quita todo m¨¦rito en esta transformaci¨®n. 'La voz humana es algo hermoso, si se encuentra al humano correcto', apunta Costello, con ¨¢cido humor. Son las diez de la ma?ana y el m¨²sico brit¨¢nico est¨¢ vestido totalmente de Elvis Costello, con sombrero, gafas de pasta y un impecable traje negro. Su forma de sentarse en el sill¨®n es algo sinuosa, pero ¨¦l se siente a gusto. Mientras tanto la soprano, vestida con ropa de deporte, mira a trav¨¦s del ventanal el paisaje del londinense Hyde Park nublado y hace algunos ejercicios de estiramiento. Tambi¨¦n va de negro riguroso.
'Como cantante, Tom Waits es un virtuoso. Sabe sacarle a su voz una inmensa paleta de sonidos'
'Yo aprecio much¨ªsimo la voz de Anne Sofie, pero este proyecto surgi¨® simplemente del deseo de trabajar en algo juntos. Fue una propuesta interesante porque quisimos lograr que ella cantara de una manera distinta a como lo hab¨ªa hecho en anteriores grabaciones. Para eso tomamos en cuenta muchas canciones de muy diferentes estilos y mientras las eleg¨ªamos nos fuimos conociendo mejor. El proceso de escucharlas, debo decir, fue m¨¢s divertido que grabarlas', dice Costello.
En For the stars (Deutsche Grammophon), que saldr¨¢ a la venta el 16 de abril, hay varias composiciones de Costello -dos de ellas escritas en colaboraci¨®n con Burt Bacharach y Rub¨¦n Blades- junto a canciones muy poco obvias de Brian Wilson (Beach Boys) y otras de autores como Tom Waits y Paul McCartney. Una soberbia combinaci¨®n une el tema Broken bicycles, del primero, y Junk, del segundo, con arreglos de acorde¨®n a cargo del ex Abba, Benny Anderson.
Aunque lo niegue, Anne Sofie von Otter no era una persona muy aficionada al pop. 'S¨ª que conoc¨ªa algo de m¨²sica pop', se defiende. 'La gente suele pensar que los que provenimos del mundo de la m¨²sica cl¨¢sica venimos de otro planeta, que no estamos en contacto con el mundo real y, definitivamente, con la escena pop o jazz. S¨¦ que el jazz no es para m¨ª porque requiere cierto tipo de libertad y una forma de pensar que yo nunca alcanzar¨ªa a dominar si empiezo ahora. Pero el pop es algo distinto. Lo escuchaba todo el tiempo cuando era adolescente. La m¨²sica de los sesenta y setenta -Joan Baez, Judy Collins- no la encuentro tan lejana de la forma cl¨¢sica de cantar. Ellas sab¨ªan lo que hac¨ªan, ten¨ªan mucho conocimiento t¨¦cnico. Por eso no lo veo tan distante', dice.
'Se trata de lanzar la voz con naturalidad, sin extraerla del abdomen como cuando cantas en la ¨®pera. Hay cantantes que no pueden evitar impostarla de esa manera porque es como un reflejo y hasta hablan as¨ª, con ese tono', dice ella imit¨¢ndolos. A Elvis Costello le hace mucha gracia esta observaci¨®n. El resultado en el disco es una dulc¨ªsima expresi¨®n, fluida y a la vez controlada al m¨¢ximo.
Si empezamos a hablar sobre la voz como instrumento privilegiado es porque en la m¨²sica popular no es necesario ser un virtuoso. Incluso algunos extraordinarios cantantes como Tom Waits y Bob Dylan tienen unas voces bastante oscuras. Pero Costello no lo ve as¨ª. 'Puede sonar extra?o, pero pienso que Tom Waits, como cantante, es un virtuoso. Lo que pasa es que ¨¦l utiliza una paleta de sonidos totalmente distinta. Particularmente en los conciertos, despliega una sorprendente serie de tonos y colores que la mayor¨ªa de los cantantes populares no posee. Muchos tienen un solo registro y suele ser s¨®lo una de las peque?as piezas en el gran puzzle de la producci¨®n. La diferencia con cantantes como Dylan y Waits es que se les suele grabar de forma tan desnuda como lo hac¨ªan con Ella Fitzgerald o Sara Vaughn, artistas en quienes todos reconocen una bella voz. Puede que ninguno de los dos tenga muchas posibilidades como cantante cl¨¢sico, pero es porque no fueron entrenados para ello. Muchos cantantes escapan a las ideas convencionales de la belleza, pero la tienen de otra manera. Y otros que no tienen un abanico muy amplio y cantan con un registro muy limitado son capaces de lograr maravillas con la concentraci¨®n, como Billie Holiday. Alcanzar tanto con tan poco es como pintar s¨®lo con blanco y negro, algo extraordinario', sostiene Costello.
Costello se?ala entre sus compositores de ¨®pera preferidos a Mozart, Monteverdi y Strauss. 'No soy muy aficionado a las ¨®peras con gran aparato escenogr¨¢fico, tipo Don Giovanni en la luna. Supongo que lo hacen porque temen que la gente se aburra', comenta Costello. 'Es lo bueno de hacer discos, no tienes que sufrir a los directores de escena'.
El intento de popularizar la ¨®pera o de acercarla al gran p¨²blico ha tenido intentos con tanto ¨¦xito comercial como el de Los tres tenores. La pregunta de si se le habr¨ªa ocurrido a Costello hacer este disco con Pavarotti hace soltar una risita a Von Otter, y a ¨¦l una enorme sonrisa sarc¨¢stica. Pero se pone serio para contestar. 'Pavarotti es todav¨ªa un gran cantante, pero no veo que sean muy afortunadas sus versiones de temas ajenos a su repertorio. Estoy seguro de que su intenci¨®n es sincera, pero musicalmente son unos discos horribles. Y eso que su parte no es lo peor, sino esos arreglos espantosos. En productos como los de Los tres tenores el marketing fomenta la idea de popularizar famosas arias sacadas completamente de contexto. No tiene nada que ver conmigo, pero no lo condeno. Es como comparar un ¨¢lbum de guitarra ac¨²stica y uno de rock and roll. Son distintos', apunta con amabilidad.
No hace falta que insista Costello en evitar las comparaciones porque, tras escucharlo o aun durante la primera escucha, es evidente que se trata de otra especie musical. Una que remite inmediatamente a la intimidad y a una dulce y solitaria melancol¨ªa. Es tambi¨¦n un disco muy femenino y crepuscular en su sentimiento. 'Yo tambi¨¦n lo siento as¨ª', afirma Von Otter. 'S¨¦ que cuando canto lieder sucede algo parecido, quiz¨¢ tenga que ver con el clima de los pa¨ªses n¨®rdicos. Ese tipo de m¨²sica extrae algo particular de m¨ª. Las letras tambi¨¦n ayudan'.
Las idas y venidas entre la m¨²sica cl¨¢sica y el pop en la carrera de Costello, desde su relaci¨®n con el Cuarteto Brodsky, no han cesado. 'Las oportunidades han surgido y las he aprovechado', dice simplemente. 'Las giras con el Cuarteto Brodsky fueron algo excepcional. Fue una gran experiencia porque esas canciones s¨®lo existen en concierto. Sin llegar a la complejidad de la m¨²sica cl¨¢sica, s¨ª son m¨¢s elaboradas. He tenido oportunidades de trabajar con otros compositores cl¨¢sicos, el a?o pasado para un ballet en Italia, y es siempre una oportunidad para aprender. Ser¨ªa una tonter¨ªa desaprovecharlas. Yo no aprend¨ª a escribir m¨²sica hasta hace ocho a?os y ya hab¨ªa escrito 200 canciones. Me las apa?aba bien pero no lograba comunicarme con la gente que recib¨ªa buena parte de esa informaci¨®n musical en su lenguaje. Una vez que empec¨¦ me sent¨ª como un tonto'.
Los intentos de compositores contempor¨¢neos de renovar la ¨®pera, como Michael Nyman o Philip Glass, no parecen entusiasmar a ninguno de los dos. 'No he visto estos nuevos montajes, pero no me gusta el minimalismo, las repeticiones interminables. Me parece una falta de imaginaci¨®n. Quiz¨¢ funcionen en pel¨ªculas como las de Greenaway, pero yo prefiero la m¨²sica que viene del coraz¨®n m¨¢s que de la mente', dice Von Otter.
Pese a la satisfacci¨®n con el resultado del disco, la soprano se siente algo t¨ªmida ante la idea de llevarlo al escenario. 'No s¨¦ si podr¨¦ encajarlo en mi agenda', dice como disculpa, pero a?ade: 'S¨¦ que funcion¨® bien en el estudio, pero no estoy acostumbrada al tipo de p¨²blico y escena que esto requerir¨ªa. Me atemoriza un poco'.
Babelia
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