El se?or presidente y el escribidor
Me preguntaba si el molt honorable presidente de la Generalitat, don Eduardo Zaplana, iba a engrosar la larga lista de pol¨ªticos-escritores que jalonaron nuestra historia cultural. El acierto de Espa?a. La vertebraci¨®n de una naci¨®n plural, el libro presentado con bombo, platillo, canap¨¦s, ministros y presidentes auton¨®micos parec¨ªa la ocasi¨®n para que don Eduardo se situase en esa tradici¨®n de ilustres como Jovellanos, Pi y Margall o Manuel Aza?a. Hay hasta sagas familiares de pol¨ªticos-escritores, como los Albornoz; hay nombres que podr¨ªan llenar una colecci¨®n de pensamiento pol¨ªtico espa?ol que podr¨ªa haber cerrado el libro de esta semana.
Un peque?o desliz enturbia la salida del presidente hacia las m¨¢s altas cumbres del Estado. Empec¨¦ a sospechar cuando o¨ª una declaraci¨®n en la que don Eduardo respond¨ªa a la pregunta insidiosa de un periodista sobre si lo hab¨ªa escrito ¨¦l, con un tajante 'hasta la ¨²ltima coma'. Llevo escribiendo algunos a?os y parte de las comas, y sobre todo la ¨²ltima, son corregidas por mi entorno familiar y algunos colegas sufridores. Pens¨¦ que muy seguro me parec¨ªa.
Ahora est¨¢ claro que no ha debido escribirlo, o se lo han revisado mal, o no es explicable que, como se le han ca¨ªdo las comillas, cite p¨¢rrafos de otro libro, sin indicar fuentes ni origen. Un abogado como don Eduardo sabe que existe la propiedad intelectual y el C¨®digo Penal. Aunque no hay que ponerse tr¨¢gicos. Todos los a?os suspendo a algunos alumnos que en sus trabajos dejan caer las comillas. En unos meses de visitante en una Universidad estadounidense, conoc¨ª la expulsi¨®n de un alumno por dejar caer las comillas en un trabajo.
Cabe la posibilidad de que unas notas del propio don Eduardo, o alguna conferencia suya, sea la que ha dado origen al asunto. Algunos de los autores del libro saqueado han podido ser los que han utilizado sin citar la fuente, cualquiera sabe. In dubio, pro reo.
Otra posibilidad es que don Eduardo haya recurrido a un escribidor, figura que me aseguran prolifera en los aleda?os del poder. Hay tantos discursos que hacer, tantos saraos que inaugurar... que algunos, dicen, han puesto su pluma al servicio de los pol¨ªticos ¨¢grafos. Yo no doy cr¨¦dito, aunque con un amigo que sabe de inform¨¢tica estamos preparando un programa de localizaci¨®n de estilos que atribuir¨¢, mediante c¨¢lculos de palabras y frases, cada texto a su autor. Y, a lo mejor, obtenemos sorpresas infinitas.
Esto es siempre saludable y no tiene porque sentarle mal a nadie. Lo importante es elegir bien al escribidor. Don Eduardo pod¨ªa recurrir a su amigo Vargas Llosa que seguro no caer¨ªa en gazapos de esta magnitud. Pero Vargas Llosa, afortunadamente, se dedica s¨®lo otra vez a la literatura.
Jos¨¦ Carlos Rovira es catedr¨¢tico de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Alicante.
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