Gil-Robles pide a Rusia el fin de la impunidad militar en Chechenia
Mosc¨² insiste en una salida pol¨ªtica al conflicto
?lvaro Gil-Robles, el comisario para los Derechos Humanos del Consejo de Europa, se reuni¨® ayer, en su ¨²ltimo d¨ªa en Rusia, con el ministro de Exteriores, ?gor Ivanov, a quien le expres¨® que 'no debe haber impunidad' para los cr¨ªmenes cometidos en Chechenia. Al mismo tiempo, Gil-Robles comprob¨® la existencia de 'signos de cambio' en la actitud del Kremlin hacia las violaciones de los derechos humanos en esa peque?a rep¨²blica norcauc¨¢sica.
Gil-Robles estuvo tres d¨ªas en viaje de inspecci¨®n en Chechenia, donde, seg¨²n declar¨® en la conferencia de prensa celebrada ayer en Mosc¨², pudo comprobar la existencia de violaciones de los derechos humanos. 'Cada vez que voy a Chechenia regreso con el coraz¨®n enfermo', se?al¨®. Nuevamevente vio Grozni covertida en una 'ciudad fantasma', 'personas enfermas de tuberculosis, gente a la que le falta la comida', pero tambi¨¦n not¨® 'se?ales de que las autoridades rusas desean cambiar ese estado de cosas'. Ivanov, por su parte, manifest¨® que el Kremlin se centra ahora en la b¨²squeda de una 'soluci¨®n pol¨ªtica' del conflicto y que 'la acci¨®n de las bandas terroristas', como el Kremlin califica a los independentistas, 'lamentablemente oblig¨® a usar la fuerza'.
Varias denuncias hechas en v¨ªsperas de la llegada de Gil-Robles a Rusia ensombrecieron la visita del comisario de Derechos Humanos. Entre ellas destaca el descubrimiento de una fosa com¨²n en Grozni, donde, seg¨²n los independentistas, los soldados rusos enterraban a los chechenos que asesinaban; adem¨¢s, la organizaci¨®n Human Rights Watch acus¨® al Ej¨¦rcito ruso de hacer desaparecer a civiles chechenos. Comentando estos hechos ante la prensa espa?ola acreditada en Mosc¨², Gil-Robles dijo que 'no se puede permitir que ning¨²n crimen o violaci¨®n de derechos humanos quede impune'.
Mientras, en Chechenia, los soldados rusos liberaron ayer a un ucranio que durante m¨¢s de 10 a?os fue obligado a trabajar como esclavo. Anatoli Fabritsin, de 51 a?os, no se hab¨ªa enterado de que la URSS hab¨ªa dejado de existir ni de que su patria es hoy un pa¨ªs independiente. Fabritsin, que en 1990 estaba en el paro, acept¨® una invitaci¨®n para ir a trabajar al C¨¢ucaso en la construcci¨®n, pero al llegar a Chechenia le quitaron sus documentos y le vendieron. Durante la guerra de 1994 fue obligado a llevar armas y explosivos entre las bases guerrilleras de las monta?as.
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