Sobre la m¨²sica cl¨¢sica y otras carencias
Hace algunas semanas centr¨¦ mi atenci¨®n sobre unas noticias que comentaban el aparente revuelo suscitado por una estad¨ªstica en la que se daba testimonio de que aproximadamente un 97% de los espa?oles desconocen o son indiferentes a la m¨²sica cl¨¢sica. Como no dudo de la veracidad o fiabilidad de dicha encuesta, el resultado me parece, en ¨²ltima instancia, la constataci¨®n de otra carencia de nuestra sociedad, como lo es tambi¨¦n el bajo ¨ªndice de lectura, y el desapego hacia los temas culturales en general. La triste realidad es que la Espa?a del 'todo va bien', o del welfare state, es un pa¨ªs de catetos, pero el pueblo es el menos culpable si tenemos en cuenta que dicho resultado es el producto de la desatenci¨®n demostrada por todos los gobiernos de la transici¨®n (incluido el actual, por supuesto) por el desarrollo de la cultura, a pesar de los magn¨ªficos ministerios del ramo que sostenemos mediante nuestros impuestos. Es muy triste reconocer (sobre todo para un antifranquista de toda la vida) que durante la dictadura, al margen de las cuotas de adoctrinamiento, hab¨ªa m¨¢s preocupaci¨®n por estos temas.
Si tomamos como espejo de la realidad actual a la televisi¨®n, que es el medio de difusi¨®n por excelencia, podremos comprobar que la programaci¨®n de cualquier d¨ªa en cualquier canal est¨¢ plagada de manifestaciones de zafiedad, estupidez y sensacionalismo barato, am¨¦n de la publicidad, que tambi¨¦n est¨¢ a la misma altura. Si por casualidad se deciden a incluir entre tanta bazofia alguna pel¨ªcula de calidad (por ejemplo, La decisi¨®n de Sophie, de Mery1 Strep), la proyectan a partir de las dos de la madrugada en adelante; y en el caso mucho m¨¢s improbable de que alg¨²n canal decida ofrecer la grabaci¨®n de un concierto cl¨¢sico, como es de suponer se lo injerta tambi¨¦n en un horario hecho a la medida del conde Dr¨¢cula.
Pero, aparte de padecer las consecuencias de tan lamentable panorama, me preocupa tambi¨¦n, como buen mel¨®mano, que para invertir la tendencia de la encuesta mencionada al comienzo se propongan soluciones de tipo circense con el fin de estimular la concurrencia a los conciertos sinf¨®nicos. El gusto por la m¨²sica, como por cualquier otra manifestaci¨®n art¨ªstica, no puede imponerse, pero puede orientarse desde las escuelas y los medios de comunicaci¨®n. Lo hac¨ªa Leonard Bernstein en EE UU, y lo est¨¢ haciendo con pocos medios Fernando Argenta en Espa?a, pero no es suficiente.
La soluci¨®n no es rebajar el espect¨¢culo para atraer a un p¨²blico sin formaci¨®n, sino exactamente al rev¨¦s.-
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