Jes¨²s Albarrac¨ªn,economista
Jes¨²s Albarrac¨ªn, uno de los economistas cr¨ªticos m¨¢s importantes de nuestro pa¨ªs, falleci¨® el pasado d¨ªa 2, a los 57 a?os de edad, v¨ªctima del c¨¢ncer. Todos los que, siguiendo el consejo de Joan Robinson, nos aprestamos a estudiar econom¨ªa para no dejarnos enga?ar por los economistas (oficiales) hemos perdido con ¨¦l a un gran maestro.
Lo primero que se debe destacar de su trayectoria profesional es su larga vinculaci¨®n, desde 1968, con el Servicio de Estudios del Banco de Espa?a, en el que siempre ha trabajado como economista titulado y en el que se form¨® como autor capaz y competente, versado en las m¨¢s diversas cuestiones de la econom¨ªa te¨®rica y espa?ola. Al mismo tiempo, Albarrac¨ªn fue profesor de la Universidad Complutense desde finales de los sesenta y, m¨¢s tarde, en los noventa, de la Universidad Carlos III. Sin embargo, un hecho muy especial hace de ¨¦l un profesor muy singular en la historia de la Universidad espa?ola. Siendo ¨¦l profesor de Estructura Econ¨®mica en el departamento de Jos¨¦ Luis Sampedro se produjo en la Facultad de Econ¨®micas (curso 1971-72) una protesta estudiantil en contra de un catedr¨¢tico de Teor¨ªa Econ¨®mica, que termin¨® en el abandono definitivo por parte de ¨¦ste de su puesto de trabajo. En esa circunstancia, y crecidos con su victoria, los estudiantes votaron democr¨¢ticamente al profesor que quer¨ªan que sustituyera al derrocado, y ¨¦ste no fue otro que Jes¨²s Albarrac¨ªn, quien, a partir de entonces se hizo cargo tambi¨¦n de la asignatura de Teor¨ªa Econ¨®mica IV.
Como por aquel entonces Albarrac¨ªn compart¨ªa despacho en el Banco de Espa?a con Carlos Solchaga y Luis Garc¨ªa de Blas, fue precisamente de su mano como empez¨® la carrera docente del que luego llegar¨ªa a ser -as¨ª de burl¨®n es el destino- el todopoderoso ministro de Econom¨ªa del liberal Gobierno del PSOE, convertido en los ochenta en antagonista pol¨ªtico y sindical de Albarrac¨ªn, pero colega y amigo quince a?os antes en las tareas docentes de la nueva asignatura que los estudiantes le hab¨ªan adjudicado a ¨¦ste. De s¨®lida formaci¨®n acad¨¦mica, Albarrac¨ªn hab¨ªa comenzado como buen economista convencional, pero su continua pasi¨®n por el estudio y la investigaci¨®n lo llevaron pronto a la concienciaci¨®n pol¨ªtica y sindical, que supo combinar con el ejercicio de una heterodoxia te¨®rica que no abandonar¨ªa jam¨¢s.
Autor de libros tan importantes como La onda larga del capitalismo espa?ol (1987) o La econom¨ªa de mercado (1990), y de numerosos art¨ªculos y trabajos sobre los temas m¨¢s diversos, muchos de ellos en colaboraci¨®n con Pedro Montes -desde el mercado de trabajo y la distribuci¨®n de la renta a la cuesti¨®n del excedente y la acumulaci¨®n de capital en Espa?a; o desde el problema de la transformaci¨®n de los valores en precios de producci¨®n al an¨¢lisis del enfoque te¨®rico de Ernest Mandel-, Albarrac¨ªn hab¨ªa hecho del compromiso con los trabajadores una forma de vida. Su militancia pol¨ªtica en la LCR primero y en IU despu¨¦s, su vinculaci¨®n permanente a la IV Internacional y su activismo sindical dentro de CC OO, donde fue miembro de la ejecutiva confederal, le ganaron el respeto de los asalariados m¨¢s combativos, no s¨®lo en nuestro pa¨ªs, donde era un ubicuo propagador de la moral de resistencia y combate contra la ideolog¨ªa liberal y procapitalista, sino tambi¨¦n en el extranjero.
Como economista heterodoxo, Albarrac¨ªn no s¨®lo gozaba personalmente con su cotidiana labor pol¨ªtico-sindical de oposici¨®n, sino sobre todo con el trabajo de te¨®rico avezado y a la vez inspirado en la b¨²squeda permanente de alternativas, que tantas veces puso de manifiesto con su asidua presencia en las Jornadas de Econom¨ªa Cr¨ªtica, que se celebran en Espa?a desde 1987 y que, como ¨¦l mismo, siempre han gozado de la m¨¢s exquisita falta de atenci¨®n por parte de toda la prensa 'bien pensante'.
Su generosidad personal era, por lo dem¨¢s, proverbial, siempre dispuesto a acudir all¨ª donde lo llamaran. S¨®lo cuando su enfermedad se agrav¨® hasta el punto de obligarle a cancelar, muy a su pesar, alguna cita tuvo que explicar que 'en la pr¨¢ctica, mi actividad se limita a mis responsabilidades sindicales los d¨ªas en que la quimioterapia me deja en condiciones para trabajar'. Por eso, en los ¨²ltimos meses de vida ten¨ªa como prioridad absoluta 'un libro que estoy escribiendo sobre La clase obrera y el capitalismo global (as¨ª, como suena), y he subordinado toda mi actividad a avanzar en este proyecto que, por su dimensi¨®n, no s¨¦ si ver¨¢ el final'.
El mejor homenaje que podemos hacer los economistas cr¨ªticos espa?oles a nuestro maestro Jes¨²s Albarrac¨ªn es contribuir a que se le lea y se difundan profusamente sus ideas.-
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