Consejos Sociales: el verdadero debate
Una Universidad comprometida con su entorno es fuente de progreso y de crecimiento. La Universidad se debe -ahora m¨¢s que en ning¨²n otro momento de su historia- a la sociedad, origen y destino de su misi¨®n. El sistema universitario debe ser capaz de imbricar su actividad en el tejido social que lo rodea, de atender al ritmo con que los distintos sectores plantean nuevas demandas, y dar respuesta a m¨²ltiples y variados retos. ?sa es la Universidad por la que estamos trabajando, aqu¨¦lla a la que Ortega ya concediera el valor de estandarte al vincular su madurez a la de su pueblo, por su condici¨®n de catalizadora de las perspectivas de futuro en un territorio.
La Ley Org¨¢nica de Reforma Universitaria de 1983 recalca esta idea de Universidad como servicio p¨²blico, y establece la figura de los Consejos Sociales para garantizar la participaci¨®n de la sociedad en la Universidad. M¨¢s de 15 a?os despu¨¦s de que se aprobara la vigente Ley de Consejos Sociales de la Comunidad Valenciana -una norma que se limitaba a reproducir disposiciones gen¨¦ricas de la LRU sin desarrollo en cuanto a competencias y funcionamiento de estos ¨®rganos-, se ha hecho cada vez m¨¢s evidente la necesidad de su reforma, acomodando el papel esencial de los Consejos Sociales a las nuevas exigencias que nuestra cambiante realidad ha ido generando durante todo este tiempo.
En este nuevo escenario, y dentro del marco de nuestras competencias, la Generalitat Valenciana ha presentado al sistema universitario valenciano -a trav¨¦s del anteproyecto de ley de Consejos Sociales que hemos anunciado desde la Consejer¨ªa de Cultura y Educaci¨®n- un instrumento con el que seguir profundizando en ese binomio inseparable Universidad-sociedad. Un documento que est¨¢ en la l¨ªnea de las m¨¢s modernas leyes de Consejos Sociales, y en el que se recogen atribuciones que ya aparecen reguladas en las normas elaboradas por otras comunidades aut¨®nomas.
Una lectura sosegada y un an¨¢lisis sincero del anteproyecto, posibilitar¨ªa constatar las m¨²ltiples coincidencias que existen entre el esp¨ªritu que anima la oferta del Gobierno valenciano y lo expuesto en el Informe Bricall -encargado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas y respaldado por sus componentes-, donde queda recogida la importancia de que los Consejos Sociales cuenten con una composici¨®n representativa de los diferentes colectivos y de la Administraci¨®n p¨²blica. En el citado informe tambi¨¦n se mencionan las medidas que pueden adoptarse para mejorar la gesti¨®n de los ¨®rganos de gobierno de las Universidades y facilitar 'la rendici¨®n de cuentas a la sociedad'. Entre ellas, el documento dice textualmente: 'Deber¨ªan precisarse por las Administraciones p¨²blicas las funciones del Consejo Social para que ¨¦ste pudiese ejercer de manera efectiva el control social y econ¨®mico de la instituci¨®n'.
Cabe recordar en este punto que los Consejos Sociales son un ¨®rgano de la Universidad, y como tales, el ejercicio de sus facultades no vulnera la autonom¨ªa universitaria en tanto que ¨¦stas son ejercidas por la propia Universidad a trav¨¦s de ellos. As¨ª pues, no es aventurado afirmar que todo cuanto se haga por incrementar la participaci¨®n social en la Universidad, por consolidar y mejorar la estructura y el funcionamiento de los Consejos Sociales, redundar¨¢ en beneficio de la consolidaci¨®n y mejora de la instituci¨®n universitaria.
No obstante, suenan voces disonantes frente al anteproyecto de la Generalitat. ?Qu¨¦ encubren, de verdad, las cr¨ªticas? ?Qu¨¦ realidad esconden esos recelos infundados? ?A qui¨¦n puede incomodar que se avance en la pluralidad institucional o en la transparencia de la gesti¨®n econ¨®mica de las Universidades? He le¨ªdo, en estas cr¨ªticas, acusaciones de 'politizaci¨®n' e 'injerencia'. El uso de estos dos t¨¦rminos evidencia una aproximaci¨®n poco rigurosa al texto de este anteproyecto de ley. Por dos motivos: porque en ¨¦l ha quedado establecida una cuota de representaci¨®n pol¨ªtica muy inferior a la que puede encontrarse en otras leyes similares, con s¨®lo un veinte por ciento del total del Consejo Social, lo que nos sit¨²a en este aspecto a la cola de otras comunidades aut¨®nomas; y porque debo reiterarlo, todas las funciones asignadas que se relacionan en el anteproyecto figuran ya reconocidas a los Consejos Sociales de las otras leyes auton¨®micas espa?olas.
Hemos manifestado insistentemente nuestra inequ¨ªvoca voluntad de escuchar todas las voces, para, desde el ¨¢nimo de colaboraci¨®n y participaci¨®n, incorporar aquellas aportaciones que puedan enriquecer el texto. En esa tarea hemos de saber llevar las propuestas al terreno del verdadero debate. La cuesti¨®n es tan simple como determinar si queremos subir al tren del futuro, con unas universidades en la l¨ªnea de los modelos m¨¢s progresistas, abiertas a la sociedad, viviendo su p¨¢lpito, o queremos quedarnos en la arqueolog¨ªa de la endogamia que conlleva el peligro de no dejar ver m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de los campus.
Manuel Taranc¨®n i Fandos es consejero de Cultura y Educaci¨®n.
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