Solos en el desierto
Los refugiados saharauis viven con la sensaci¨®n de que la comunidad internacional les ha abandonado
El tiempo transcurre con lentitud perezosa en la jaima de Minetu, instalada en el barrio 1 del campamento de refugiados saharauis de El Aai¨²n. Vestida con una melhfa, el traje tradicional de las mujeres saharauis, Minetu recibe a las visitas con la mejor hospitalidad de las gentes del desierto. El ritual se repite: saludo cort¨¦s, t¨¦ verde y noticias sobre los parientes que estudian o trabajan en el extranjero.
Fuera de la tienda de campa?a, los ni?os juegan al sol de invierno reboz¨¢ndose en la arena. Hoy no hay colegio; el campamento est¨¢ de fiesta por el 25? aniversario de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), el Estado en el exilio fundado en 1976 tras la anexi¨®n marroqu¨ª del S¨¢hara Occidental. Desde hace un cuarto de siglo, 150.000 refugiados viven en cuatro campamentos bautizados con nombres de provincias originales de la antigua colonia espa?ola (El Aai¨²n, Dajla, Smara y Auserd), esparcidos por la hamada (desierto de piedras) argelina de Tinduf. Sin luz el¨¦ctrica ni agua corriente, sobreviven gracias a la ayuda internacional -procedente en buena parte de ciudadanos espa?oles- y al apoyo pol¨ªtico de Argelia.
En los campamentos, las conversaciones giran estos d¨ªas en torno al futuro, y su denominador com¨²n es el pesimismo. Los saharauis se sienten hoy, m¨¢s que nunca, abandonados a su suerte por la comunidad internacional. El destino principal de su iras es la ONU, que puso en marcha en 1991 un plan de paz para la zona con el compromiso de convocar un refer¨¦ndum para que los saharauis pudieran elegir entre la independencia o la soberan¨ªa marroqu¨ª. Tras intentar en vano organizar la consulta -aplazada una y otra vez por las discrepancias en torno a la composici¨®n del censo-, Naciones Unidas parece ahora abandonar la idea de organizar la consulta y busca en su lugar que el Frente Polisario y el Gobierno de Rabat negocien un estatuto de autonom¨ªa para el territorio. Los rebeldes saharauis rechazan de plano la iniciativa, conocida ya como 'tercera v¨ªa', insisten en que la consulta es la ¨²nica salida y amenazan con reanudar las hostilidades contra Marruecos.
'El proceso de paz se ha podrido con tanto aplazamiento', dice el pintor Ahmedu Ahmed Zein, de 30 a?os, que expone sus cuadros en una escuela del campamento de El Aai¨²n coincidiendo con el aniversario de la RASD. En una de sus obras, cuyo estilo recuerda al surrealismo de Salvador Dal¨ª, las manecillas de un reloj despertador se han convertido en gusanos. Junto a ¨¦l, un enorme globo azul con el emblema de la ONU y una rosa roja representan la autoridad y la esperanza de paz. 'Pinto desde que era un ni?o', dice el artista con su cabeza envuelta en el turbante negro propio de los hombres saharauis, 'para que el mensaje de nuestro pueblo llegue, si no con las palabras, con la pintura, para que se conozcan nuestra cultura y nuestras penalidades'. Ahmedu, que pronto deber¨¢ reincorporarse a su unidad en el ej¨¦rcito popular saharaui, espera dedicarse de lleno a la pintura 'cuando haya paz' y seguir creando bajo la inspiraci¨®n de sus artistas favoritos: Picasso, Van Gogh y Rembrandt.
Cansados de esperar al refer¨¦ndum que no llega, muchos refugiados son partidarios de que el Frente Polisario rompa el alto el fuego firmado en 1991 y desentierre el hacha de guerra. 'Aunque s¨¦ que mis hijos ir¨¢n al frente, creo que es hora de que hagamos algo. Hemos esperado demasiado y no podemos continuar as¨ª indefinidamente', dice una madre saharaui. 'Ya estamos cansados de esperar a un espejismo que no llega', sostiene un combatiente del Polisario.
La semana pasada, el presidente de la RASD y m¨¢ximo l¨ªder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, expres¨® la frustraci¨®n de los refugiados en un encuentro con medio centenar de periodistas. 'El status quo no puede durar indefinidamente. Si el plan de paz no se cumple, ser¨¢ responsabilidad de la ONU, y el pueblo saharaui utilizar¨¢ todos los medios necesarios para defender sus leg¨ªtimos derechos', dijo Abdelaziz.
Los periodistas y los 400 invitados internacionales que asistieron al aniversario de la RASD abandonaron los campos de Tinduf dejando atr¨¢s a 150.000 refugiados que esperan ahora la visita del ex secretario de Estado norteamericano, James Baker, enviado especial de la ONU a la zona. El Consejo de Seguridad ha dado a Baker dos meses para desbloquear el proceso y ha pedido moderaci¨®n a Marruecos y al Polisario para no empeorar a¨²n m¨¢s las cosas. Un portavoz de la ONU declar¨® que a¨²n no hay fecha para el viaje del mediador y que su visita est¨¢ condicionada a que Marruecos presente una oferta de autonom¨ªa para negociar con el Polisario. El Gobierno de Rabat prepara su propuesta, asegura, inspir¨¢ndose en experiencias como la espa?ola.
En su jaima del campamento de El Aai¨²n, Minetu seguir¨¢ por ahora sirviendo el t¨¦ a sus invitados. Muy pronto, uno de sus hijos partir¨¢ hacia Cuba para estudiar en la Universidad, y no lo ver¨¢ hasta su regreso, dentro de cuatro o cinco a?os. Que el reencuentro familiar tenga lugar en un campamento del desierto o en el aut¨¦ntico El Aai¨²n, en la costa atl¨¢ntica del S¨¢hara, depender¨¢ de la evoluci¨®n de un proceso con final cada vez m¨¢s incierto.
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