SENDERISMO ENTRE MONUMENTOS
Madrid parece una gran extensi¨®n de asfalto y cemento, pero es tambi¨¦n una gran pradera. Esto lo demuestra Domingo Pliego en la gu¨ªa que acaba de llegar a las librer¨ªas dentro de la colecci¨®n Itinerarios de Senderismo Urbano. En Por los parques y jardines de Madrid (Desnivel Ediciones, con cartograf¨ªa Michelin), este experto conocedor de todas y cada una de las sierras del centro peninsular demuestra que se pueden recorrer cientos de kil¨®metros por la capital del Reino sin apenas pisar el asfalto. Andar por senderos casi exclusivamente de tierra desde el singular parque de El Capricho, en el este, atravesando la gran ciudad, hasta acercarse 'por el camino verde que va a la ermita' -que dir¨ªa la canci¨®n- de San Antonio de la Florida, en el oeste. Pliego recorre el Madrid monumental, urbanita y verde, ya sea a trav¨¦s de un gran circuito b¨¢sico (153 kil¨®metros), de un trayecto de sur a norte (173) o visitando un manojo de parques destacables -Retiro, Jard¨ªn Bot¨¢nico, Casa de Campo, Juan Carlos I...- (258) y va contando, como hiciera Gaspar Melchor de Jovellanos en El diario de los viajes: 'Se ven por todas partes en este concejo muchas parras silvestres en los setos..., fresnos y casta?os forman bell¨ªsimos festones, porque sus hojas toman diferentes colores...', lo que el paseante urbano se va encontrando en su caminar. No hace falta, pues, salir de la gran ciudad para practicar senderismo verde, con el aliciente de toparse no s¨®lo con ¨¢rboles, flores, riachuelos o lagunas, sino tambi¨¦n ante monumentos arquitect¨®nicos o escult¨®ricos o simplemente hist¨®ricos. Dice el alcalde ?lvarez del Manzano -apellido a tono, eh- en la presentaci¨®n del libro que 'Madrid es una ciudad verde' con 'casi 5.000 hect¨¢reas de parques, jardines y peque?as zonas verdes urbanas y sus m¨¢s de 248.000 ¨¢rboles en las calles'. Su senda verde es alargada, no hace falta salir a la sierra para practicar un verdadero senderismo, aunque sea urbanita.-
Daniel el Travieso cumple cincuenta a?os. Su creador, Henry (Hank) Ketcham, que publica sus dibujos en mil peri¨®dicos, muestra sonriente una de las vi?etas de su c¨¦lebre historieta.
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