El 'subcomandante' y los intelectuales
La 'glorificaci¨®n' de Marcos incomoda al Gobierno y preocupa a parte de la sociedad mexicana
Coincidiendo con la estancia del subcomandante Marcos en Ciudad de M¨¦xico, un ministro admit¨ªa en privado su pesadumbre por la adhesi¨®n sin reservas que el carism¨¢tico rebelde ejerce entre las filas de la intelectualidad extranjera. 'Alain Touraine pr¨¢cticamente le atribuy¨® todo el ¨¦xito de la transici¨®n a la democracia en M¨¦xico'. Esa glorificaci¨®n incomoda al Gobierno, y preocupa a pensadores locales. 'Desconocen plenamente la enorme complejidad de la realidad mexicana y son absorbidos, zarandeados y manipulados por ella. Hay una aparente exaltaci¨®n del salvaje no occidental', opina Roger Bartra, ensayista de la izquierda mexicana.
Sin llegar a la adscripci¨®n de la argentina Hebe de Bonafini, dirigente de las Madres de la Plaza de Mayo, quien pidi¨® al insurrecto de Chiapas seguir alzado en armas, un grupo de intelectuales europeos, y un norteamericano, abundaron sobre las posibilidades del subcomandante como l¨ªder planetario contra la globalizaci¨®n y el neoliberalismo. Noam Chomsky, catedr¨¢tico de ling¨¹¨ªstica en el Massachusset Institute of Technology, no descart¨® que si forja una vinculaci¨®n con otros grupos sociales del mundo 'podr¨ªa cambiar la historia contempor¨¢nea'.
'Algunos espa?oles est¨¢n fascinados por la posibilidad de encontrar en Am¨¦rica Latina lo que ya no hallan en Espa?a'
Chomsky, desde EE UU, el Nobel de Literatura Jos¨¦ Saramago, el escritor espa?ol Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, los soci¨®logos franceses Alain Touraine e Ivon Le Bot, o la ex primera dama Danielle Mitterrand, entre otros representantes del pensamiento, acertaron en lo fundamental: atribuir al encapuchado el m¨¦rito de la actual catarsis nacional sobre el secular abandono de los diez millones de ind¨ªgenas mexicanos.
No obstante, sus posteriores an¨¢lisis sobre la evoluci¨®n mexicana, o las descalificaciones, en algunos casos, de los esfuerzos institucionales en curso, condujeron a la cr¨ªtica reacci¨®n de los intelectuales mexicanos que apoyan la liberaci¨®n de las 57 etnias pretendida por Marcos, pero dicen creer en la sinceridad del Gobierno, o le conceden el beneficio de la duda. El historiador Enrique Krauze sostiene que el zapatismo no puede reclamar la representatividad de 10 millones de ind¨ªgenas, 'ni mucho menos la de 40 millones de pobres por m¨¢s atractivo, mesi¨¢nico y genio medi¨¢tico que sea su l¨ªder'. S¨ª tienen derecho a defender sus puntos de vista 'y hay que darles todas las tribunas posibles, pero deben de admitir que vivimos en una democracia, y la representatividad en una democracia no se gana con balas, ni con procesiones, se gana con votos, o negociando'.
Las manifestaciones de los intelectuales extranjeros a favor del l¨ªder insurgente, con quien participaron en una mesa redonda seguida por m¨¢s de mil estudiantes, fueron titulares de portada. Touraine equipar¨® las emociones que le causa Marcos con las del movimiento polaco de Lech Walesa. 'No veo ning¨²n esfuerzo intelectual que haya cambiado tanto nuestra manera de pensar'. 'La caravana zapatista es uno de los principales fragmentos de una larga caravana que, heter¨®clita y discontinua, se ha puesto en movimiento en el continente', dijo Le Bot.
Para V¨¢zquez Montalb¨¢n, el zapatismo no es un movimiento mesi¨¢nico para cambiar la realidad por mandato divino, y la respuesta sobre su futuro 'tendr¨¢ que ser la movilizaci¨®n de las masas'. Saramago declar¨® que los siete a?os de lucha del EZLN es apenas un pr¨®logo de lo que se viene. 'Marcos no debe creer a Fox (Vicente Fox, presidente mexicano), no tiene por qu¨¦ creerle'. Por su parte, Walter de Cesaris, diputado italiano de Refundaci¨®n Comunista, anticip¨® que el EZLN 'reactivar¨¢ a la izquierda internacional, que dejar¨¢ de llorar la ca¨ªda del comunismo'.
La transici¨®n mexicana, tras la derrota de la hegemon¨ªa de 71 a?os del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones del pasado 2 de julio es compleja, sujeta a sobresaltos, y aunque la apertura de fronteras a la observaci¨®n internacional es uno de los cambios derivados del triunfo de Vicente Fox, la interferencia extranjera a¨²n desasosiega en amplios sectores de opini¨®n. Fuentes oficiales reconocieron su temor a que los v¨ªtores de la intelectualidad for¨¢nea consoliden el pasamonta?as como metodolog¨ªa pol¨ªtica. 'Walesa luchaba contra una dictadura comunista. Marcos lucha contra una democracia'.
Aun aceptando que la pol¨ªtica necesita de agarraderos simb¨®licos para la discusi¨®n, Bartra observa peligros: 'Lo negativo no es tanto hacia la realidad mexicana, sino hacia Espa?a, hacia Europa, etc¨¦tera', declara a este diario. 'Porque ellos (los intelectuales extranjeros) est¨¢n transmitiendo una informaci¨®n que es falsa, est¨¢n envenenando el imaginario colectivo europeo con una serie de visiones que contribuyen a la ceguera europea ante el otro'. Seg¨²n este intelectual, en sinton¨ªa con otros, 'una parte de la progres¨ªa europea cree que puede hacer la revoluci¨®n c¨®modamente en un weekend o en unas vacaciones en el Tercer Mundo, y encontrar cerca del mundo ind¨ªgena las verdades que no halla en su pa¨ªs; es una postura retr¨®grada'.
'Hay una actitud de aparente exaltaci¨®n del salvaje no occidental, pero en realidad lo que hay es la invenci¨®n de un salvaje artificial portador de nuevas luces revolucionarias. Este salvaje trae las claves de una nueva izquierda, pero los int¨¦rpretes son siempre extranjeros. Es un retroceso notable'. Algunos intelectuales espa?oles, a?ade, 'est¨¢n tambi¨¦n fascinados por la posibilidad de encontrar en Am¨¦rica Latina lo que ya no hallan en Espa?a'. 'Aqu¨ª tienen un movimiento guerrillero, de lenguaje duro y agresivo', a?ade el ensayista, 'pero al tiempo son simp¨¢ticos, sofisticados, pacifistas, po¨¦ticos. Para ellos es el ideal. La posibilidad de ser radical sin arriesgar nada'.
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