El tercer reto: la pol¨ªtica social
Lichtenberg en uno de sus cl¨¢sicos aforismos reclamaba que 'para escribir con sensibilidad hac¨ªa falta algo m¨¢s que l¨¢grimas y un claro de luna'. No iba nada desencaminado el sabio alem¨¢n del XVIII en su afirmaci¨®n. En pol¨ªtica sucede algo semejante. El ¨¦xito de una legislatura o la consecuci¨®n de algo largamente reivindicado no son m¨¢s que claros de luna, si no se es capaz de mantener una renovaci¨®n ideol¨®gica constante. Pocas ideas podr¨¢n llegar a tener una plasmaci¨®n real, si antes no han superado la fase del debate y de la aportaci¨®n social. ?sta ha sido, a mi modo de ver, la raz¨®n de la reciente convenci¨®n del Partido Popular celebrada en la ciudad de Alicante hace unos d¨ªas.
Cuando el pa¨ªs en su conjunto se encuentra inmerso en importantes debates como el del Plan Hidrol¨®gico Nacional, la calidad de los alimentos, la reestructuraci¨®n de las grandes infraestructuras de comunicaci¨®n, el modelo de financiaci¨®n auton¨®mico o la situaci¨®n de los inmigrantes, el PP ha sabido abrir desde la Comunidad Valenciana una nueva ventana para la discusi¨®n. Se trata de repensar y arbitrar ideas con el horizonte puesto en los pr¨®ximos a?os. Ese proceso al que nos tuvieron acostumbrados algunos partidos que se reclaman de la izquierda, antes de llegar a la actual situaci¨®n de desdicha y falta de proyectos, es la manera principal de canalizar unas inquietudes ansiadas desde siempre por nuestra sociedad. Ese empe?o, en el que algunos partidos de la izquierda han fracasado estrepitosamente en la ¨²ltima d¨¦cada, ha sido lanzado con valent¨ªa por el PPCV, como un impulso m¨¢s del debate ideol¨®gico que se produce en su interior y que aspira a dotar de mayor dinamismo a la sociedad civil valenciana.
Es cierto que vivimos en la 'era del riesgo' (A. Giddens), en la que plantear el futuro a un a?o vista puede llegar a parecer una temeridad. Hablar de la pr¨®xima d¨¦cada, para algunos ya es futurolog¨ªa. Sin embargo, la experiencia ense?a que llevar la iniciativa pol¨ªtica y complementarla con la participaci¨®n social es la mejor garant¨ªa para afrontar el futuro sobre bases s¨®lidas.
Hay, sin embargo, tres caracter¨ªsticas que, por su normalidad, pudieran pasar desapercibidas y desvirtuar en su origen la finalidad de este embate que se ha lanzado a la sociedad valenciana, y que por ello me gustar¨ªa destacar. Por primera vez en la historia de la Comunidad Valenciana, en cualquier propuesta de inter¨¦s general para el conjunto del Estado participamos activamente (PHN) e incluso en casos como el modelo de financiaci¨®n auton¨®mica o la estructuraci¨®n de las comunicaciones (AVE, autov¨ªas...) las propuestas de discusi¨®n se han gestado aqu¨ª.
En segundo lugar, el reto de dise?ar las ideas fuerza para los pr¨®ximos lustros nace del propio partido que da su apoyo al Gobierno, y ello, con el tentador sosiego que puede ofrecer un horizonte de dos a?os antes de las pr¨®ximas elecciones. Esta situaci¨®n, desde el punto de vista pol¨ªtico, refuerza la perspectiva de un horizonte lejano sin las prisas y confrontaciones propias de una campa?a electoral.
Y, en tercer lugar, las propuestas planteadas a debate en Alicante ponen el ¨¦nfasis -en su transversalidad-, en la pol¨ªtica social. S¨®lo un ejemplo, de las seis ponencias all¨ª planteadas, dos tratan sobre temas tan candentes como la participaci¨®n e integraci¨®n de las personas y sobre la plena garant¨ªa frente a situaciones de dependencia. En las cuatro restantes sobrevuela un modelo de sociedad basado en la acumulaci¨®n de capital social y solidaridad para hacer frente al futuro. Estamos, por tanto, ante el quebramiento de una divisi¨®n largamente mantenida desde el alumbramiento de los primeros partidos comunistas en Europa: la pol¨ªtica social era exclusiva del centro-izquierda, y parec¨ªa que al centro-derecha s¨®lo le correspond¨ªa la pol¨ªtica econ¨®mica.
Un somero an¨¢lisis de la realidad pol¨ªtica actual nos llevar¨ªa a unas conclusiones claramente percibidas allende de nuestras fronteras. El debate abierto en Madrid y Barcelona ante el auge de la Comunidad Valenciana en contexto nacional, o incluso la lectura sesgada que desde fuera se hace de los beneficios que el PHN reportar¨¢ a esta Comunidad que, a¨²n siendo ciertos, no son m¨¢s que un ejemplo de solidaridad interterritorial expresan el protagonismo creciente del Gobierno valenciano y la desorientaci¨®n de la oposici¨®n como consecuencia de las discrepancias internas del principal partido de la oposici¨®n.
La primera conclusi¨®n ante este nuevo escenario es que el nivel de interlocuci¨®n con el Estado ha elevado el rasero hasta situarse cuanto menos al mismo nivel que las denominadas comunidades hist¨®ricas. En segundo lugar, la recuperaci¨®n de la autoestima en unos ciudadanos acostumbradas a ser solidarios, sin recibir nada a cambio.
Y, finalmente, las actuaciones aqu¨ª desarrolladas han adquirido el respeto internacional, como sucede en la proyecci¨®n de nuestra cultura, en la promoci¨®n de nuestros artistas, en el dinamismo empresarial y en otros muchos asuntos.
En un mundo globalizado, en el que los grandes avances en pol¨ªtica de empleo, cultura o de infraestructuras son un hecho incontestable, era preciso dar un nuevo impulso a favor de la solidaridad y la convivencia. La riqueza de un pa¨ªs, mensurable s¨®lo sobre bases econ¨®micas, puede dejar coja a su sociedad por el riesgo que conlleva de mantener la exclusi¨®n social como un efecto marginal. Uno de los principios estructurales de estas ponencias ha sido 'la distribuci¨®n de la riqueza, la plena integraci¨®n social de todos los ciudadanos y la protecci¨®n de los m¨¢s desfavorecidos', con lo que se quiere atacar de ra¨ªz el riesgo de exclusi¨®n.
Con esta credencial redistributiva de la pol¨ªtica social, el presidente Zaplana ha querido lanzar una nueva propuesta que englobe a la sociedad civil para luchar contra la exclusi¨®n social. La salud y la educaci¨®n van a tener ahora su complemento con los tres conceptos b¨¢sicos de la nueva pol¨ªtica social: la nueva solidaridad, la nueva ciudadan¨ªa y la nueva participaci¨®n.
El PPCV ha dado un salto importante en su historia reciente y, por ello, debemos felicitarnos todos, los militantes, los independientes y los valencianos en general e, incluso, la oposici¨®n. Un partido europeo de centro reformista ha asentado desde las instituciones un discurso propio y ha sido capaz de abrirlo a la sociedad. Un discurso cimentado sobre la solidaridad pasiva, es decir la de aquellos que tienen garantizados un conjunto de beneficios, pero que trabaja por la solidaridad activa para que estos mismos beneficien a quienes por circunstancias diversas hab¨ªan quedado exclu¨ªdos.
Este es el gran reto que se ha planteado en Alicante. Es el arriesgado desaf¨ªo que a todos nos compete. La humanizaci¨®n del nuevo entorno comunicacional, que certeramente expone Javier Echevarr¨ªa en su obra Los se?ores del aire: tel¨¦polis y el tercer entorno, se nos plantea como un debate del que no podemos huir. Cada uno desde nuestra responsabilidad solidaria debemos luchar para que 'la resignaci¨®n no se convierta en el suicidio cotidiano' contra el que ya en sus tiempos, luch¨® Balzac.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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