Quinto mundo
Las Fuerzas Municipales de Seguridad en El Ejido, en Almer¨ªa, para cumplir con las normas higi¨¦nico-sanitarias se plantaron el pasado s¨¢bado en el asentamiento de inmigrantes conocido como la Loma de la Mezquita.
Daban escolta a varias m¨¢quinas excavadoras que inmediatamente procedieron a tirar las chabolas habitadas por gentes porque nadie les quiere dar, alquilar, casa en el pueblo. Estaban ah¨ª debido a que no ten¨ªan m¨¢s remedio a pesar de que bastante de ellos tienen su documentaci¨®n. Ahora no tienen m¨¢s techo que el lluvioso cielo ni m¨¢s colch¨®n que el suelo embarrado, porque el sitio no sirve para nada.
En el casi centro de Sevilla, en la Torre de Los Perdigones, se presentaron unos se?ores con maletines llenos de dinero y promesas de casas de dos plantas con jard¨ªn y los chabolistas se fueron organizadamente. Ahora, como ciudadanos espa?oles, tienen dinero, derecho de organizaci¨®n, reuni¨®n y asociaci¨®n y una casa gratis en la que si falta el agua o hay ratas protestan y salen en los papeles. En el lugar que han abandonado voluntariamente se va a construir un parque precioso que revalorizar¨¢ el suelo circundante con la consiguiente movida especulativa.
Los otros, no tienen derecho a asociaci¨®n merced a una Ley de Extranjer¨ªa que la Junta va a recurrir demasiado tarde.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando para que ya se tenga que distinguir entre pobres, muy pobres, pauperrimos y nuevos parias? Ya que eso es lo que son estos inmigrantes: intocables a los cuales ni siquiera la gente de un sindicato como ASAJA quiere por no formar bolsas de marginaci¨®n.
Personas debajo de la suela del zapato de cualquiera con D.N.I., que por no poder no pueden ni ponerse a mendigar.
Se est¨¢ creando una sociedad en la que cada vez con mayor contraste hay distintas castas y se fomenta el sistema del divide y vencer¨¢s, porque los muy ricos miran y utilizan a los que quiz¨¢s tengan alg¨²n d¨ªa opci¨®n a llegar arriba, ¨¦stos pisotean a los competidores y a los que quedan definitivamente debajo encerrados en una clase media privilegiada que ve a sus contratados fijos discontinuos con la benevolencia del buitre a su carro?a. Quedan los primeros marginados, luego los del llamado Cuarto Mundo por las O.N.G. y, por fin, esa nueva subclase que se dar¨ªa con un canto en los dientes por estar en el umbral de la pobreza.
Este esquema, menos cuidadosamente descrito que dise?ado, es el de la sociedad deshumanizada a la que se ha llegado, donde lo prioritario es el dinero, no la forma de conseguirlo, el sill¨®n en la salita frente a la televisi¨®n m¨¢s grande. Un sitio para el coche y otro para las opiniones adocenadas; antes eran los hyppies, luego los drogotas sidosos y ahora estos extranjeros que vienen a quitarnos patria, lengua y trabajo.
Esto es Andaluc¨ªa; para algunos vale lo de patria, se habla espa?ol y el trabajo: ? Usted se ir¨ªa a coger fresas a Lepe o tomates a Almer¨ªa por el mismo sueldo y en semejantes condiciones que ellos, los moros y los negros?, ?Mandar¨ªa a sus hijos? ?A qu¨¦ no?.
Se?ores de las casas y chozas con coche a la puerta y antena parab¨®lica ?Lo har¨ªan? Pues eso.
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