Familia numerosa
Una especie de padre natural despistado parece que es el Gobierno central cuando va y reconoce que Andaluc¨ªa, familia d¨ªscola de la Espa?a va bien, tiene la tonter¨ªa de casi 400.000 habitantes m¨¢s, en concreto 383.000, que no es moco de pavo.
Don Crist¨®bal Montoro, el padrino de la familia cotizante espa?ola, el responsable de las propinas y aguinaldos, ha entrado en la casa auton¨®mica y se ve obligado a reconocer que los padres de la Patria tienen algunos hijos m¨¢s y que ¨¦stos, lejos de ser unos reci¨¦n nacidos, estaban en edad de segundo curso de Primaria, porque los chicos figuraban en el censo desde 1996.
?C¨®mo es posible semejante olvido? ?No ser¨¢ que el mal cabeza de familia, cabreado con las ovejas negras y con su mam¨¢ haya abandonado durante tanto tiempo el hogar, retirando, de paso, parte de la pensi¨®n por alimentos?
Algo as¨ª debe suceder cuando a lo largo de m¨¢s de un lustro se ha negado sistem¨¢ticamente a esta comunidad aut¨®noma una realidad tan obvia como su situaci¨®n demogr¨¢fica oficialmente registrada.
El presidente Manuel Chaves ha reclamado con tes¨®n, dando la lata en Madrid, para que el modelo de financiaci¨®n se modifique, entre otras cosas, por el aumento de la poblaci¨®n. No fue o¨ªdo, dice Montoro, por razones pol¨ªticas.
Se plantea entonces la discusi¨®n de cu¨¢les razones pol¨ªticas llegan a ignorar algo tan evidente como esto. Dependiendo de que los pol¨ªticos se lleven mejor o peor durante las legislaturas correspondientes, incluso durante el curso parlamentario, cogen a los ni?os que faltan o sobran, seg¨²n el inter¨¦s, y les castigan en el cuarto oscuro a pan y agua o, si la cosa va mejor, les sacan al parque y a comer en una hamburgueser¨ªa a raz¨®n de 40.000 millones anuales, que dan para mucha carne picada de vaca loca.
El se?or ministro est¨¢ acostumbrado, sin duda, a manejar cifras estratosf¨¦ricas y por eso no tiene recato en decir que el reconocimiento del censo y consiguiente desembolso tan multimillonario no supone un cambio importante. No lo supondr¨¢ para ¨¦l o para algunas comunidades privilegiadas, porque para esta tierra con el paro mayor de la UE, esos m¨ªseros dineros son muy significativos, se puede decir que imprescindibles.
No hay que echar las campanas al vuelo: los representantes andaluces no deben parar esas reivindicaciones leg¨ªtimas que hay que seguir haciendo con la misma constancia, para que el Gobierno central reconozca el censo de 1.996 y luego el ahora planteado de 2.000. As¨ª se sabr¨¢ a cu¨¢nto m¨¢s tiene derecho el pueblo del sur en esta y otras materias, pudiendo exigirlo c¨®mo y ante qui¨¦n corresponda.
Hay que considerar, tomando la palabra a la se?ora Te¨®fila Mart¨ªnez, que esto s¨®lo es un par¨¢metro de la ecuaci¨®n. Se tienen que despejar las inc¨®gnitas y de ello son responsables los pol¨ªticos.
Y que no se olviden de que nadie hace un favor a Andaluc¨ªa, porque estos derechos, la cesi¨®n de impuestos especiales y las pesetas, no solamente son necesarios, es que son, en justicia, nuestros.
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