Que viene el taleb
Pensaba que los talib¨¢n son un residuo del pasado. Quiz¨¢ era Jung el que describ¨ªa la civilizaci¨®n como una larga lanza cuya punta ¨¦ramos nosotros -bueno, ¨¦l: los nazis-, mientras la empu?adura estaba a¨²n en el tiempo original. He pensado que la bestia del taleb es un primitivo que sobrevive, como otros hay m¨¢s lejanos, m¨¢s hacia la prehistoria; queda alguna tribu del Amazonas de la que se supone que es feliz ('Tristes tr¨®picos', dec¨ªa L¨¦vy-Strauss: tristes porque destroz¨¢bamos al buen salvaje), sin colegios ni curas. El taleb no lo es: es uno de estos integristas. Los hay muy extendidos por los continentes que fueron colonizados. Y es que no comen. Lo de menos es que dinamiten los grandes budas, que representan una civilizaci¨®n muy superior a ellos, pero cuyo tama?o estaba hecho para asustar; lo peor es lo que hacen unos con otros, y todos con sus mujeres. Sepamos lo que sufren los hombres bajo los burros de nombres cultos (taleb, estudiante; talib¨¢n, plural; ustad, profesor); no hay liberaci¨®n de la mujer sin la del hombre, ni del ni?o sin sus padres y su maestro, 'al ustad'.
La variaci¨®n que voy sufriendo en estos ¨²ltimos tiempos es muy grave. Estoy pensando que los talib¨¢n no son un residuo de los viejos tiempos bien perdidos, sino el principio de algo que nos va ocurriendo a todos: el regreso. Lo present¨ªan los utopistas negativos del siglo pasado, desde Wells hasta Orwell y Huxley. Cierto que ten¨ªan nuestro pasado a mano para saber lo que ser¨ªa una regresi¨®n. Ellos, la Torre de Londres y el hacha del verdugo, y la horca; nosotros, la Inquisici¨®n y sus tribunales, los reyes secos y de pensamiento ¨²nico -el cat¨®lico imperial- y los feudales; los sabios que apedreaban los genitales de las estatuas griegas (y as¨ª est¨¢n en los museos, castradas) o los te¨®logos que herv¨ªan a los americanos para ver si ten¨ªan alma; y no la ten¨ªan. Ni ellos.
Voy viendo ahora un regreso al talibanismo. No estamos lejos de ¨¦l por aqu¨ª: Hitler y Franco fueron talib¨¢n. Ahora sirven para ech¨¢rselos encima de las gentes libres, porque vivieron bajo ellos: como hacen nuestros maestros Bush o Clinton -tanto da: aunque las felaciones de Clinton le hagan m¨¢s humano, pero nuestros tiranos debieron tener las de la princesa de ?boli; Franco, ni eso. Un pichicorto moral- para caer sobre los pueblos que no tienen salida de sus amos. Ah, y Sharon. Este tipo de gente, estos belicistas, en un momento llamados 'warmongers' -productores de guerras-, reaparecen al menor est¨ªmulo. Los halcones. Por eso me pregunto con inquietud si los talib¨¢n son precursores y no rezagados.
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