Isabelle Huppert admite que se le dan bien los papeles de perversa

Tiene un aire ingenuo y casi m¨ªstico, pero con un leve cambio de mirada en sus ojos almendrados puede revelar todos los misterios de una despiadada asesina. Reci¨¦n cumplidos los 46 a?os, Isabelle Huppert acaba de estrenar en Espa?a Gracias por el chocolate, su ¨²ltimo papel de dulce perversa a las ¨®rdenes de Claude Chabrol. Una de las mejores actrices francesas ha declarado esta semana: 'Debo admitir que se me da bien hacer el mal en la pantalla'.

El Instituto Franc¨¦s de Madrid dedica un ciclo durante los meses de marzo y abril a la filmograf¨ªa de esta int¨¦rprete menuda e intensa que ha desfilado por pel¨ªculas como La encajera, Madame Bovary o La ceremonia y que ha trabajado a las ¨®rdenes de algunos de los mejores realizadores europeos en una lista que va de Bertrand Tavernier y Jean Luc Godard a Joseph Losey y los hermanos Taviani. En un coloquio con periodistas espa?oles, Isabelle Huppert manifest¨® que los actores son 'como animales, como caballos que saben en qu¨¦ sentido quiere el director que vayan'.

A pesar de que en algunas de sus m¨¢s brillantes creaciones ha encarnado a mujeres perversas, Isabelle Huppert -que ha rodado 62 pel¨ªculas en 30 a?os- no muestra predilecci¨®n por un tipo de papel concreto. 'Al fin y al cabo', se?al¨®, 'las pel¨ªculas o los papeles obedecen m¨¢s a una cuesti¨®n de ritmos que de g¨¦neros. As¨ª pueden darse comedias lentas o dramas r¨¢pidos'.

En la cima del cine europeo desde hace a?os, Huppert ha rodado poco en Estados Unidos. 'He trabajado en tres o cuatro pel¨ªculas en Am¨¦rica, pero ninguna ha sido un ¨¦xito precisamente. De todos modos, Estados Unidos no representa una obsesi¨®n para una actriz francesa. El sue?o americano existe, pero es muy relativo'. Al hilo de esta reflexi¨®n, Huppert confes¨® que le apetecer¨ªa m¨¢s trabajar en el cine asi¨¢tico. 'El mapa del mundo cambia', dijo, 'y algunas de las propuestas m¨¢s interesantes ahora vienen de Asia'.

Su reciente visita a Madrid ha significado la primera vez en que Isabelle Huppert ha presentado una pel¨ªcula en nuestro pa¨ªs. 'Lo cierto', explic¨®, 'es que las actrices francesas trabajan poco en Espa?a. Durante mucho tiempo ha funcionado un eje de coproducciones entre Francia e Italia, pero esa colaboraci¨®n no ha incluido a Espa?a'. Esta actriz, premiada y adorada en media Europa, nunca ha recibido una oferta para trabajar en una pel¨ªcula espa?ola.

Estrenado el pasado viernes en las salas espa?olas, Gracias por el chocolate es un filme de intrigas e historias ocultas en un ambiente burgu¨¦s de Suiza. Su director, Claude Chabrol, ha definido as¨ª el esp¨ªritu de la pel¨ªcula: 'Intentamos ilustrar esta idea de la perversidad desmontando las certidumbres m¨¢s evidentes de nuestra sociedad. La idea fundamental de Gracias por el chocolate es que todas las certidumbres se van desvaneciendo a medida que el relato avanza'.

La iron¨ªa como salsa

A su vez, la Huppert califica su personaje como el de una mujer triunfadora, rica y aparentemente feliz. 'Pero en el fondo', apostilla la actriz, 'se siente vac¨ªa y hu¨¦rfana porque no puede acceder al mundo de sensaciones creativas de su marido, que es un famoso pianista. En realidad, se comporta como una ni?a que no hubiera crecido'. A juicio de Isabelle Huppert, Gracias por el chocolate traza dos mundos, el de aquellos que tienen acceso a la creaci¨®n art¨ªstica y aquellos que no.

La pel¨ªcula, en cuyo reparto acompa?an a Huppert el veterano Jacques Dutronc y la debutante Anna Mouglalis, contaba con otro t¨ªtulo en una fase inicial. 'Pero al final', cont¨® la protagonista, 'Chabrol opt¨® por Gracias por el chocolate. La iron¨ªa de Chabrol a lo largo del filme es como la salsa del chocolate. A m¨ª me gusta el t¨ªtulo, porque el chocolate es el hilo conductor y cada uno puede so?ar lo que quiera con el chocolate. Se dice que es afrodisiaco, se puede preparar con leche, negro, con almendras...'.

A orillas de un pl¨¢cido lago suizo, Isabelle Huppert interpreta a la propietaria de una f¨¢brica de chocolates, una sustancia tan dulce como indigesta. Siempre depende de las combinaciones en su elaboraci¨®n. Esa dualidad eterna es la que, una vez m¨¢s, ha bordado esta actriz francesa.