La doble motivaci¨®n de Oiarzabal
El alpinista vuelve al Everest por af¨¢n personal y por las expectativas medi¨¢ticas suscitadas hace un a?o
El Everest, la monta?a a menudo banalizada de forma gratuita, vuelve a examinar las aptitudes de Juanito Oiarzabal, un alpinista preso de una apuesta personal -alcanzar sin ayuda de ox¨ªgeno artificial una cima que ya conoce- y de las expectativas que el reto planteado ha despertado en los medios de comunicaci¨®n.
Oiarzabal regresa a la cara norte del Everest con id¨¦nticas ambiciones a las esgrimidas hace un a?o y, sobre todo, con un par de conclusiones interiorizadas: el reto merece una preparaci¨®n f¨ªsica excelente, una inversi¨®n directamente relacionada con el ¨¦xito de una empresa exageradamente comprometida. 'El a?o pasado no llegu¨¦ en muy buena forma porque celebr¨¦ mucho la consecuci¨®n de los 14 ochomiles, pero ¨¦sta vez voy f¨ªsicamente mejor preparado', reconoce el alav¨¦s, un alpinista a la antigua, enemigo declarado de las modernas y estrictas reglas del entrenamiento cient¨ªfico adoptadas por las nuevas generaciones. Oiarzabal mantiene de su lado la enorme experiencia acumulada en el Himalaya en dos d¨¦cadas de expediciones y situaciones l¨ªmite. Tambi¨¦n cuenta con la escasa exigencia t¨¦cnica de la vertiente norte (o tibetana) a la que piensa volver a enfrentarse con el respaldo de alpinistas declaradamente pendientes de su marcha (Juan Vallejo, Ferr¨¢n Latorre, Josu Bereziartua y Juanjo Garra). Sin embargo, los 500 ¨²ltimos metros de desnivel del Everest, afrontados sin ayuda de ox¨ªgeno artificial, exigen un dif¨ªcil equilibrio entre resistencia, aclimataci¨®n ¨®ptima y bonanza climatol¨®gica dif¨ªcil de alcanzar. S¨®lo el 6% de las ascensiones registradas a la cima del Everest se han llevado a cabo sin ayuda de ox¨ªgeno embotellado, recurso que permite esquivar los efectos de la reducci¨®n del porcentaje de ox¨ªgeno en el aire: cansancio extremo y alta exposici¨®n a las congelaciones.
El a?o pasado, despu¨¦s de soportar una madrugada infernal de fr¨ªo y nieve, Oiarzabal y el resto de integrantes de su expedici¨®n, se retiraron despu¨¦s de alcanzar la cota de los 8.600 metros, a s¨®lo 250 de la cima. La climatolog¨ªa m¨¢s desfavorable de la ¨²ltima d¨¦cada disuadi¨® al grupo, que pleg¨® sus campamentos sin opciones de repetir un segundo ataque a cima. Durante la primera acometida, Oiarzabal sufri¨® un calvario f¨ªsico y una leve congelaci¨®n en su nariz. Desde entonces, el recuerdo de la interminable arista que conduce desde los 8.500 metros hasta la cima le ha animado a observar una preparaci¨®n f¨ªsica m¨¢s estricta, siempre dentro de sus costumbres.
Respaldado por el programa de TVE Al filo de lo imposible, por el diario deportivo Marca, as¨ª como por otros contratos publicitarios millonarios, Oiarzabal oficia su regreso al Everest tan motivado en el plano personal como animado desde lo estrictamente contractual. Su entorno habla de 'revancha'. En cualquier caso, el alpinista de Vitoria asume que ¨¦sta ser¨¢ su despedida de una monta?a que holl¨® en 1993. Su empresa no admite banalizaci¨®n alguna.
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