El fiscal cree que Tabares y Lagier acordaron intercambiar efectos ficticios desde 1997
El fiscal considera que cuando Tabares se hizo cargo de la direcci¨®n del Ivex, en julio de 1997, dise?¨® una estrategia compartida con Lagier para intentar paliar las deudas acumuladas por la entidad p¨²blica que deriv¨® en un delito continuado de estafa.
Seg¨²n el fiscal, Tabares intent¨® que el Arab Bank prorrogara sus cr¨¦ditos al Ivex a pesar de que los impagos de las empresas europeas de Lagier hab¨ªan generado una deuda de 544 millones. Ante la negativa del banco, Tabares y Lagier llegaron a un acuerdo para eliminar la deuda.
Seg¨²n el relato del fiscal, Lagier, un empleado suyo y Tabares, como avalista, se embarcaron en una rueda de letras 'siendo perfectamente conscientes, ambos imputados, de que los efectos cambiarios suscritos no obedec¨ªan a operaci¨®n mercantil alguna'.
La acusaci¨®n sostiene que cuando los bancos recib¨ªan remesas de efectos abonaban su importe en cuentas de una sociedad de Lagier. Y cuando los efectos estaban a punto de vencer, Lagier, 'de acuerdo con un plan previamente establecido con Tabares', presentaba a los bancos, nuevas remesas de documentos, con las mismas carater¨ªsticas que los anteriores, que permit¨ªan evitar los descubiertos. Una compleja operaci¨®n ficticia que se interrumpi¨® 's¨²bitamente' cuando Tabares abandon¨® su cargo y que el fiscal califica como un delito continuado de estafa.
El caso Ivex arranca en 1995, cuando la multinacional Ford comunic¨® a Procova -empresa predecesora del Ivex- su inter¨¦s por exportar veh¨ªculos a T¨²nez. El pa¨ªs magreb¨ª exig¨ªa a las empresas extranjeras que adquirieran mercanc¨ªas en T¨²nez para poder exportar posteriormente a aquel pa¨ªs. Tabares, por orden del entonces director del Ivex, contact¨® con Lagier y gestion¨® diversos contratos desde marzo de 1995 con empresas tunecinas y francesas, todas ellas vinculadas a Lagier.
El acuerdo inicial establec¨ªa que el Ivex comprar¨ªa mercanc¨ªas a una empresa tunecina para venderlas por el mismo precio a otra sociedad francesa, ambas propiedad de Lagier. El Ivex corr¨ªa con los gastos de financiaci¨®n y obten¨ªa as¨ª los derechos de compesaci¨®n que ceder¨ªa, mediante unas comisiones pactadas, a Ford, para que la multinacional pudiera introducir sus coches en T¨²nez.
No hubo problemas con las primeras facturas que giraba la sociedad tunecina Sonotube y que el Ivex cobraba a la empresa francesa Apod. Pero poco despu¨¦s la sociedad francesa dej¨® de pagar y empezaron a acumularse unas deudas que en 1995 llegaron a los 215 millones de pesetas.
Juan Mir, todav¨ªa director general del Ivex, encomend¨® a Tabares que negociara con el Arab Bank, entidad que empez¨® a atender las facturas que, en ejecuci¨®n del contrato de Ford, fueran recibiendo las sociedades Sonotube y Smac a cargo del Ivex.
Desde entonces la relaci¨®n entre Lagier y el Ivex experiment¨® cambios, seg¨²n el fiscal. Se redujeron los requisitos para que el banco atendiera al pago de facturas presentadas por las empresas tunecinas llegando a no exigirse garant¨ªa de las operaciones. Se ampli¨® tambi¨¦n sin contrato el c¨ªrculo de empresas tunecinas. 'Las empresas europeas', se?ala el fiscal, 'a las que el Ivex facturaba' no efectuaban pago alguno aunque las tunecinas s¨ª descontaban al Arab Bank las facturas que emit¨ªan al Ivex. La situaci¨®n increment¨® la deuda del Ivex con Arab Bank hasta 544 millones a principios de 1997 casi 544.
Sin embargo, el propio fiscal recoge que parte del dinero descontado por Sonotube permiti¨® reducir la deuda inicial del Ivex con el Arab Bank en m¨¢s de 400 millones de pesetas.
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