La brecha ling¨¹¨ªstica
Hace unos d¨ªas, se celebraba en la Universidad de Valencia un debate en torno al Pacto Ling¨¹¨ªstico y la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua. Est¨¢bamos invitados/as representantes de todas las formaciones pol¨ªticas del Pa¨ªs Valenciano, y los ¨²nicos ausentes fueron los que deb¨ªan expresar las razones y argumentos del PP. Sin motivo aparente, el diputado del PP Joaqu¨ªn Calomarde no compareci¨®. Qu¨¦ mejor lugar que el ¨¢mbito investigador/cient¨ªfico/culto por excelencia para debatir respecto a las diversas propuestas y/o pactos sobre la lengua. El problema es que no parece compatible el debate sosegado con el insulto y la descalificaci¨®n que practica en los ¨²ltimos tiempos Manuel Taranc¨®n, m¨¢ximo responsable de la educaci¨®n y la cultura en el Pa¨ªs Valenciano.
Las intervenciones en la mesa redonda oscilaron entre la apuesta por el secesionismo de UV, la posibilidad de que la academia resuelva el conflicto ling¨¹¨ªstico si se cumplen una serie de condiciones, o las suspicacias respecto a la credibilidad de la propuesta del presidente del Consell, Eduardo Zaplana.
A pesar del tiempo transcurrido desde el 16 de septiembre de 1997, tengo que reconocer que sigo pensando exactamente lo mismo que en aquel momento. El acuerdo ling¨¹¨ªstico, por lo que hace referencia a la concreci¨®n de una normativa reguladora del uso culto de la lengua, ya existe: son las Normas del 32. No hay ning¨²n conflicto entre los cient¨ªficos/as o los escritores/as. No obstante, durante la transici¨®n, la derecha valenciana propici¨® un enfrentamiento utilizando como campo de batalla la lengua y la cultura, es decir, las dos se?as de identidad m¨¢s importantes de nuestro pa¨ªs, enfrentamiento que se extendi¨® tambi¨¦n a otros s¨ªmbolos: denominaci¨®n y bandera. De hecho, los primeros escritos en normativa secesionista no aparecen hasta 1974. Pero, a pesar de las renuncias que se plasmaron en el Estatuto de Autonom¨ªa, el conflicto pol¨ªtico, alentado permanentemente por la derecha m¨¢s reaccionaria, ha provocado un progresivo deterioro del uso social del valenciano. As¨ª, y sin cuestionar los importantes logros de la Llei d'Us, la falta de firmeza del PSPV/PSOE permiti¨® la indefinici¨®n entre normativa y normalizaci¨®n y la ubicaci¨®n de ambas competencias en el ¨¢mbito pol¨ªtico lo que no ha contribuido a resolver el problema. Puesto que se trataba de definir con precisi¨®n las ¨¢reas de actuaci¨®n, parec¨ªa razonable, una vez aprobado el Instituto Interuniversitario de Filolog¨ªa Valenciana, transferir a este organismo las tareas de asesoramiento en materia del valenciano; pero los titubeos, la falta de decisi¨®n pol¨ªtica, lo impidieron. As¨ª llegamos a 1997, a?o en el que Eduardo Zaplana anuncia la elaboraci¨®n de un dictamen del Consell Valenci¨¤ de Cultura que se plasmar¨¢ en la Ley de Creaci¨®n de la Academia Valenciana de la Lengua.
No podemos avanzar una lectura objetiva de esta propuesta sin enmarcar el contexto y las medidas y actuaciones pol¨ªticas llevadas a cabo por el PP. En primer lugar, habr¨ªa que resaltar la voluntad de acabar con UV, socio de gobierno al que se pretend¨ªa fagocitar para alcanzar la mayor¨ªa absoluta, y la dependencia medi¨¢tica de Zaplana de los m¨¢ximos voceros del secesionismo. Adem¨¢s, habr¨ªa que recordar la coetaneidad de determinadas actuaciones del gobierno del PP: derogaci¨®n del decreto de homologaci¨®n de los certificados de conocimientos de la lengua expedidos en Catalu?a, las islas Baleares y el Pa¨ªs Valenciano; aplicaci¨®n de la censura previa a los libros de texto y proyectos editoriales; criminalizaci¨®n de la utilizaci¨®n de determinados conceptos o t¨¦rminos como Pa¨ªs Valenciano, unidad ling¨¹¨ªstica....; no aceptaci¨®n de los estatutos de la Universidad de Valencia y de la Jaume I de Castell¨®n; apoyo expl¨ªcito a la Real Academia de Cultura Valenciana; boicoteo de los programas de implantaci¨®n progresiva; denegaci¨®n de subvenciones y apoyo institucional a las trobades y a las publicaciones escritas en valenciano... No obstante, lo m¨¢s grave, como recordaba Merc¨¦ Teodoro, fue la payasada a la que se inst¨® a las Cortes Valencianas proponiendo la votaci¨®n de una moci¨®n de rechazo a la sentencia del Tribunal Constitucional, que de una forma contundente cerraba el paso a interpretaciones secesionistas. A todo esto habr¨ªa que a?adir que el PP ha seguido por la senda del desacierto y del desgaste. Su punto de partida no es, por mucho que se empe?en, el centro, inexistente en materia ling¨¹¨ªstica, su punto de partida sigue siendo la ¨®rbita del secesionismo. De ning¨²n otro modo podr¨ªan explicarse las descalificaciones que el consejero de Educaci¨®n, Manuel Tarac¨®n, contin¨²a haciendo de la Universidad y el profesorado de primaria y secundaria, al que acusa de ser el responsable del descenso en el uso social de la lengua. ?Es culpable el mundo de las letras de que ninguna de las falleras mayores de Valencia, a pesar de haber estudiado valenciano, use nuestra lengua en sus alocuciones p¨²blicas? Mala manera la suya de celebrar la fiesta que cada a?o congrega a miles de profesionales y usuarios/as de la escuela en valenciano. Cada vez que los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos del PP pretenden culpabilizar a los defensores de la unidad de la lengua de la fractura, de la brecha ling¨¹¨ªstica, est¨¢n haciendo m¨¢s inviable la pretendida propuesta de pacificaci¨®n. Cuatro a?os despu¨¦s de la propuesta y tres a?os despu¨¦s de la ley, tenemos una academia sin acad¨¦micos y el conflicto se alienta desde el gobierno. As¨ª no es cre¨ªble la existencia de una voluntad pol¨ªtica capaz de cerrar el enfrentamiento y garantizar el incremento del uso social del valenciano.
Gl¨°ria Marcos i Mart¨ª es miembro del consejo de RTVV por Esquerra Unida.
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