Sobre la escuela

La percepci¨®n de la escuela, y sobre todo de la dif¨ªcil labor de maestros y profesores, por parte de los padres es bastante favorable -o comprensiva-, seg¨²n se deduce del estudio de la Fundaci¨®n La Caixa sobre ense?anza primaria y secundaria que acaba de hacerse p¨²blico. Esa visi¨®n refleja, seg¨²n los propios autores del estudio, m¨¢s que la calidad de la ense?anza, no muy alta seg¨²n baremos internacionales, escaso nivel de exigencia social, lo que contrasta con cierta imagen catastrofista difundida por los medios.

Aun as¨ª, una gran mayor¨ªa de los padres coincide en la necesidad de mejorar el actual sistema educativo en relaci¨®n a ciertos problemas sociales externos a la propia escuela, pero que inciden en la educaci¨®n. Entre otros, las alteraciones culturales experimentadas en barrios o ciudades, la renuncia de muchas familias a participar en la educaci¨®n de los menores a su cargo, descargando toda la responsabilidad en los centros escolares, o la ampliaci¨®n de la escolaridad obligatoria hasta los 16 a?os, considerada en general positiva, pero con algunos efectos secundarios negativos.

En relaci¨®n con este ¨²ltimo aspecto, se da una respuesta parad¨®jica por parte de las familias. Un problema real hoy en los centros de secundaria es la existencia de estudiantes de tercero y cuarto de ESO que no est¨¢n motivados para seguir ese tipo de estudios, que arrastran carencias de los cursos precedentes y que, como se reconoce por la mayor¨ªa, perturban el normal desarrollo de las clases. Los padres parecen aceptar que debe buscarse un tipo de ense?anza adaptada a estos casos, para todas las materias o algunas de ellas, lo que requiere grupos o clases especiales o incluso, en opini¨®n de algunos, centros especiales. Pero, al tiempo, m¨¢s de las tres cuartas partes se oponen a una segregaci¨®n en aulas distintas seg¨²n el rendimiento acad¨¦mico. La contradicci¨®n podr¨ªa no ser tan grande si se distingue entre rendimiento acad¨¦mico y actitud clara de rechazo a los estudios.

En todo caso, el informe pone de manifiesto la importancia que la sociedad espa?ola concede a la educaci¨®n y la dificultad de arbitrar soluciones que no presenten contraindicaciones, a veces m¨¢s graves que los males que se pretende corregir. Sorprende al respecto la escasez de trabajos de campo que ayuden a evaluar la realidad y a arbitrar medidas que se ajusten a ella y no respondan ¨²nicamente a visiones doctrinarias de la escuela.