Arte grande

Los conciertos extraordinarios de Juventudes Musicales de Madrid, pensados para allegar fondos con los que sostener becas internacionales para j¨®venes int¨¦rpretes, se han convertido en uno de los abonos m¨¢s interesantes de los cursos madrile?os. Ahora ha correspondido al violonchelista Mischa Maisky (Riga, 1948) y al pianista Alan Weiss (Nueva York, 1950) protagonizar una exhibici¨®n de maestr¨ªa, virtuosismo y musicalidad. En el programa se suced¨ªan la Sonata para viola de gamba y Cembalo, en sol menor, de Bach, en la que resuena el Allegro del tercer concierto brandenburgu¨¦s; la Sonata en mi menor, de Brahms, y la de Serge Rachamninov, compuesta hace cien a?os, precedida de la Vocalis, tan c¨¦lebre como merece la belleza de su melod¨ªa.

Maisky, premios Chaikovski y Cassad¨® en plena juventud, accedi¨® sin tardar hasta la fila de privilegiados cuyo arte signa la evoluci¨®n de cada periodo. Desde el primer momento, a la vocaci¨®n virtuosista de Maisky se uni¨® su acendrado amor a los g¨¦neros de c¨¢mara, que practic¨® con Martha Argerich, Malcolm Frager, Ivri Gitlis, Belkin, Lupu y, actualmente, Weiss.

El dominio de los estilos vistos desde una ¨®ptica de fuertes se?as de identidad nos permiti¨® gozar de bellezas diferentes e ideales sonoros tan contrastados como son los de los tres compositores elegidos. Y en ese m¨¢s que todo artista hondo debe poseer hay que anotar, tanto en el haber del pianista como del chelista, un poder de comunicaci¨®n con el p¨²blico tan sustancial que no precisa de ning¨²n exceso inspiracionista.

Todo nos lleg¨® hermoso y magistral, sencillo y noble. El ¨¦xito alcanz¨® a Mar¨ªa Isabel Falabella, presidenta de Juventudes y promotora de los ciclos.